domingo, 24 de noviembre de 2024

El paso siguiente en el baile.




El paso siguiente en el baile. Tim Gautreaux. Ed. LGH

Colette y Paul son una joven pareja que viven en un pequeño pueblo de Luisiana. La mayor parte de sus habitantes son de origen francés y católicos.  Humildes y de costumbres algo bruscas. Los hombres amantes del alcohol, el baile y las peleas. Colette, chica lista y muy guapa, tiene aspiraciones materiales más altas de lo que Paul parece poder ofrecerle, y tras una ruptura decide marchar sola a California para emprender una nueva vida. Allí encuentra un buen trabajo. Paul, intrigado, quiere conocer qué atrae tanto a Colette del estilo de vida del oeste, y sigue sus pasos.

Cada uno por su cuenta irán descubriendo la quimera del oeste. Hay abundante oferta de trabajo, y los sueldos son altos. Pero –reflexiona Colette- “la mayoría de la gente estaba obsesionada con la forma física, acumular cosas o el sexo como diversión, mientras que ella –por más que se esforzaba por olvidarlo- no podía dejar de ser, en el fondo, católica, no materialista, y amante de la buena mesa.” En Los Ángeles, “la mayoría de la gente que había conocido era agradable de ver, sana y elegante, pero impaciente: parecían no estar satisfechos nunca. Parecían esperar que les sucediera algo.” Ese estilo de vida en que se ha sumergido buena parte de occidente, en el que la gente está siempre ambicionando cosas nuevas, en lugar de aceptar y agradecer lo que se tiene.

Paul no pierde la esperanza de recuperar a Colette. En su sencillez, se sorprende de las cortantes frases que ella le lanza, como cuando le dice: “A mí no me han puesto en la tierra para hacerte feliz a ti!” Se pregunta de dónde sacaría ella esas ideas. “Quizá de esas revistas de mujeres, que en cada número presenta mujeres vestidas de millonarias que hablan de cómo mejorar sus relaciones sexuales. ¡Qué equivocada estaba!”

“Recordó por qué la quería, además de por lo bien que cocinaba y lo guapa que era. Era la mujer más lista que había conocido nunca y, como él, había procurado seguir su catolicismo lo mejor que podía. (…) Sabía también que haberse casado por la Iglesia significaba algo para ella: algo a lo que un juez no podía poner fin.” Respeta su deseo de distanciarse de él, pero permanece fiel.

Colette y Paul, cada uno por su cuenta, actúan con la plena naturalidad de quien tiene asumido que hay cosas por las que no se está dispuesto a pasar. Ella rompe literalmente la cara al jefe que intenta propasarse, aunque sabe que le costará el despido. Él no se pliega a firmar informes falsos de los clientes, y si por negarse le despiden: “es algo con lo que se puede vivir.”

Paul sabe mucho de motores, pero además estudia constantemente para estar al día. Colette trabaja a conciencia. Ambos van a Misa los domingos. Ambos son apreciados por su buen hacer profesional y su honradez. Ambos, con sus errores y defectos de carácter, con sus peleas y en medio de encuentros y desencuentros, piensan y viven con sentido cristiano. Cuando Colette explica el motivo de su ruptura: "Dejé a Paul porque le hacían feliz cosas estúpidas", una voz amiga le hace la pregunta inocente y certera: "¿Lo dejaste porque era feliz?" A lo que Colette responde sintiéndose infantil "Lo dejé porque la que no era feliz era yo." La vida les acabará enseñando -a ambos, pero sobre todo a Colette- que el amor y el egoísmo no son compatibles. 

Una novela magistral, soberbiamente ambientada, con unos personajes entrañables que viven en un ambiente plenamente real, sin ficción. Un realismo que no esconde la sencilla naturalidad de los cristianos que conocen su condición de hijos de Dios y, porque se saben cuidados por su Providencia amorosa, son capaces de afrontar riesgos para cuidar de los seres queridos aunque se jueguen la vida. Como se la juegan Paul y Colette varias veces en esta trepidante historia, narrada con un lenguaje directo y lleno de naturalidad. 

Recomiendo seguir a Tim Gautreaux, autor de otros libros y relatos como Desaparecidos;  Luisiana 1923;  El mismo sitio, las mismas cosas

 

 

 

jueves, 5 de septiembre de 2024

Tarde de golf lluviosa. Relato corto

 



    Nos hemos echado unas risas con este relato breve que he dedicado a un buen amigo en la celebración de su cumpleaños. Un poco osado por mi parte intentar un relato breve, pues él ha ganado varios premios en esa modalidad literaria. Pero me ha parecido muy tentador, pues permite la gracieta rápida y divertida. 

    Además, mi amigo se acaba recién –como dirían nuestros hermanos hispanos- de aficionar al golf, y le veo a esa afición golfista un no se qué de enganche que debe estar próximo a la adicción. Seguro que lo han notado en algunos conocidos: “se han enganchado” al golf.  

    Ahí va el relato que hemos leído en la sobremesa. No hace falta aclarar –o quizá sí, que nunca se sabe- que no está basado en hechos reales.


Tarde de golf lluviosa


    Oteó el horizonte. Calculó la dirección del viento. Se concentró sobre la bola y compuso su mejor figura. El swing iba a ser grandioso. Dibujando una enorme parábola, la pelota sobrevolaría el lago y caería sobre el hoyo, a doscientos metros. Ni la lluvia lo impediría:  hoyo en uno. El golpe de su vida. Miles de espectadores admirarían asombrados. 

    Golpeó con toda su alma… Y cuando ya casi escuchaba la ovación del gentío, lo que oyó fue el inconfundible sonido de un vidrio que estalla en mil pedazos: ¡craasss, criisss, clinchs…! A su nariz llegó un intenso y familiar aroma de licor. 

    Sobresaltado, abrió los ojos y visualizó la escena. Y lo comprendió todo. Se retrepó con esfuerzo en el sillón orejero. Y con gesto entre burlón y compungido, comenzó a reunir -con el atizador de la chimenea que aún empuñaba- los añicos de la quinta copa de orujo, víctima del memorable swing de aquella lluviosa tarde. 



lunes, 26 de febrero de 2024

¡Qué buena gente hay en España!


 

Foto Las Provincias

Ante las tragedias, como el reciente incendio de un edificio en Valencia, siempre aparecen algunos dedicados como “de oficio” a sembrar odio y división. Su primera reacción es buscar culpables, en lugar de compadecerse y ayudar a remediar los problemas de las víctimas. Su “solución” es encrespar los ánimos, buscar chivos expiatorios, y a ser posible encontrarlos entre aquellos que su fanatismo ideológico tiene marcados de antemano como enemigos.

Pero la realidad es muy distinta. La inmensa mayoría de la gente que nos rodea es buena, muy buena. Y ante una tragedia sacan lo mejor de sí mismos, y buscan cómo ayudar, dando más de lo que en justicia deberían, porque esa es la verdadera justica con el ser humano: excederse en su favor, gratuitamente.

Un ejemplo de esa cortedad de miras de unos pocos, cegados por su ideología, se ha manifestado en algunas publicaciones, ciertamente minoritarias, intentando apropiarse del buen hacer -heroico buen hacer, en muchos casos- de los organismos públicos oficiales (bomberos, policías, médicos y personal sanitario, funcionarios públicos…) y enarbolándolo como si lo público lo hubiesen inventado ellos y fuera de su exclusivo patrimonio. Tal cortedad de miras se descalifica a sí misma y no merece respuesta. Lo público somos todos y está al servicio de todos, y colabora en estrecha armonía con todas las fuerzas sociales promovidas por la libre iniciativa de los ciudadanos. Como se ha demostrado estos días.


Pero la verdadera noticia es que vivimos rodeados de personas muy buenas, que ante la tragedia son capaces de poner sus vidas en juego, como han hecho los bomberos, y el conserje de uno de los edificios, y seguro que muchos más entre los vecinos. Gente que en lugar de comenzar por buscar culpables aportan ante todo soluciones, y comparten lo que tienen con los que se han quedado sin nada, hasta desbordar sus necesidades.



Lo describe muy bien este mensaje que he recibido en un grupo de whatsapp, de alguien que ha estado trabajando muy duro desde el primer momento de la tragedia:

“Qué buena gente hay en España (...) : "El ayuntamiento de Valencia dará vivienda totalmente amueblada

Con nevera llenada por la empresa Mercadona

Inditex, Mango y El Corte Inglés proveerán de ropa a todos los afectados

Sanidad realizará cartillas Sanitarias con solo ir a solicitarla en el centro de salud y toda la medicación gratuita para las personas que necesiten un tratamiento

Varios hoteles de Valencia como Meliá ya han alojado a todas las familias hasta que se les entregue una vivienda

Se solicita a la población que ya no lleven más donaciones porque están desbordados

Chicas, tras un día durísimo de trabajo solo

deciros q estoy emocionada.

En tiempo récord, se ha puesto en marcha un edificio de 131 viviendas q tiene el ayuntamiento y en el q vamos a realojar a los afectados: anoche, se pusieron en marcha los 8 ascensores y esta mañana, a las 7, operarios de Iberdrola y aguas han instalado los contadores de agua y luz. Se han limpiado las viviendas con empresas q voluntariamente se han ofrecido. Mercadona, ikea, dormitienda y empresas de Onteniente  han donado todo lo necesario para empezar una nueva vida. Teníais q haber visto el ambiente de colaboración q había. De verdad que estoy emocionada! Impresionada me he quedado con los de ikea. 50 minions ( como se han autodenominado) q han venido de manera voluntaria a montarlo todo. Impresionante!!! Eso es remangarse a trabajar y dar solución a situaciones extremas👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻👍👍👍