sábado, 13 de octubre de 2012

Todos a una




Estoy leyendo un breve resumen de la biografía de Ezinne Ukagwu, economista nigeriana, Premio Harambee 2012 a la Promoción e Igualdad de la Mujer Africana. Harambee-Valencia y el Orfeón Universitario le rinden homenaje con un concierto solidario en el salón de actos de la Fundación Bancaja: Melodías para África.

Impresiona el temple de mujeres como Ezinne, que trabajan sin grandes alardes pero con fortaleza, dispuestas a impulsar el liderazgo de la mujer a través de la educación,  en una región –Itapamaco, al sureste de Nigeria-  en la que la mujer está muy sometida  y sufre graves injusticias.

Ezinne, junto a un grupo de mujeres  valerosas como ella, puso en marcha allí en 1985 un Centro de Formación Rural, Iroto, para atender las necesidades de alfabetización y educación de las mujeres. Varias decenas de miles de mujeres nigerianas han pasado desde entonces por sus cursos,  y han aprendido cosas tan importantes como  leer o  las normas básicas de la higiene doméstica y la nutrición equilibrada.

Junto a las necesidades educativas, pronto vieron que era necesario cuidar de la salud.  Sin apenas medios consiguieron edificar un Centro Médico, Abidagba,  que para nosotros sería normalucho pero que en aquellas latitudes es un auténtico lujo. Abidagba y los cuidados que proporcionan sus médicos y enfermeras, ha conseguido hacer descender la mortalidad infantil, que estaba en el 60%, hasta el 25%. Ha logrado también una disminución drástica en la mortalidad de otra población de riesgo: las mujeres.  Uno de los apoyos que les presta Harambee es facilitar el acceso a medicinas inalcanzables para las familias de la zona.
Desde hace pocos años Ezinne y sus amigas han puesto en marcha un tercer proyecto, la Escuela de Hostelería y Turismo Iroto. Las promociones de mujeres que han pasado ya por sus aulas salen con una carrera profesional  bajo el brazo, y un sólido bagage de conocimientos que les abre las puertas a buenos empleos. Así, Iroto está contribuyendo a romper el cerco de pobreza que por generaciones ha acechado a las familias de la región.

Ezinne comparte con Harambee un sentimiento y una visión. El sentimiento es el que expresaba san Josemaría en una de sus homilías: “un hombre o una sociedad que no reaccione ante las tribulaciones o las injusticias, y que no se esfuerce por aliviarlas, no son un hombre o una sociedad a la medida del amor del Corazón de Cristo”. Esa enseñanza de san Josemaría, tan profundamente cristiana, está en el origen de Harambee, ONG promovida por algunos de los asistentes a la canonización del fundador del Opus Dei hace ahora justo diez años.

Ezinne y Harambee comparten también una visión: una mirada distinta sobre África, alejada de la que con frecuencia nos muestran los medios, llena de violencia y corrupción. Es la mirada sobre la buena gente africana, dispuesta a trabajar duro para mejorar su tierra. Gente con menos recursos materiales, pero tantas veces con mejor alma que la nuestra, y llena de virtudes como la audacia y el optimismo, que a veces nos faltan a los europeos. Tienen motor propio, pero el esfuerzo que deben realizar es ingente, y qué bien les viene el cable que desde aquí les podemos echar, aún en medio de nuestras crisis.  

Al menos que no falte una mirada de cariño. Todo menos la indiferencia.Todos juntos, todos a una –eso significa Harambee en swahili- podemos conseguir ese África mejor. (Y muchas más cosas, claro. Lo humano es unir, ir juntos...Y ayudando es como mejor nos ayudamos a nosotros mismos).


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