Opus Dei. Una
investigación.
Vittorio Messori. EIUNSA
“Se deja de odiar (y también de desconfiar) en cuanto se deja de ignorar”. Esta sabia sentencia de Tertuliano, con la que arranca su libro el periodista y escritor italiano Vittorio Messori, expresa bien lo que nos ofrece su investigación sobre el Opus Dei, prelatura personal de la Iglesia católica, fundada en 1928 por san Josemaría Escrivá.
Messori , periodista “ajeno” al Opus
Dei, se muestra sorprendido y agradecido por la actitud de apertura y
transparencia encontrada en la institución para proporcionarle los datos y
abrirle las puertas necesarias para su trabajo. Un trabajo hecho por encargo de
una de las editoriales más “laicas” de Italia y de Europa, Mondadori.
Salpicada en sus
inicios por diversas calumnias procedentes de unas pocas personas de mentalidad
estrecha, de “partido único” o que se dejaban llevar por celotipias, esas
calumnias llegaron a crear una atmósfera enrarecida hacia el Opus Dei en quienes
no lo conocían de primera mano. Y fueron aprovechadas después por enemigos de
la Iglesia para ampliar su difusión.
Pero, como concluye Vittorio Messori, quienes decían hacer “denuncias”
contra la Obra en realidad lo que propalaban eran calumnias. La diferencia
entre denuncia y calumnia es que en la primera se presentan pruebas. Calumnias
similares han sufrido siempre la Iglesia y los cristianos desde sus inicios, como las
sufrió el mismo Jesucristo.
La primera puerta que se le abrió para
su investigación fue la del prelado del Opus Dei, el beato Álvaro del Portillo,
con quien mantuvo una larga y amigable conversación en 1994. Esta entrevista le
impactó tanto que ha dejado escrito su testimonio:
“Poco después de comenzar a charlar, tuve que esforzarme para vencer una “tentación”: la de dejar de lado mi papel de periodista con vocación de investigador, que debía formular preguntas precisas –cuando no agresivas- para sentirme como un creyente que se dirige a un maestro espiritual, a un padre en la fe, y recibir así consejos espirituales o incluso confesarme. Es decir, en lugar de un Alto Dirigente (o de un Gran Manipulador, como le presenta la leyenda negra…) la figura de don Álvaro (…) trajo a mi mente la del sacerdote de verdad…”
“Poco después de comenzar a charlar, tuve que esforzarme para vencer una “tentación”: la de dejar de lado mi papel de periodista con vocación de investigador, que debía formular preguntas precisas –cuando no agresivas- para sentirme como un creyente que se dirige a un maestro espiritual, a un padre en la fe, y recibir así consejos espirituales o incluso confesarme. Es decir, en lugar de un Alto Dirigente (o de un Gran Manipulador, como le presenta la leyenda negra…) la figura de don Álvaro (…) trajo a mi mente la del sacerdote de verdad…”
Messori investiga el origen de los principales estereotipos acerca del Opus Dei, dentro y fuera de la Iglesia. Contrasta datos y fuentes con rigor. Y analiza con sentido común y lógica los argumentos “en contra” que ha escuchado en algunos ambientes. Buen conocedor de la Curia Vaticana y ambientes eclesiásticos, con frecuencia aporta sustanciosos testimonios personales. Es el caso, por ejemplo, de unas antiguas afirmaciones sin fundamento de von Balthasar, que algunos se encargaron de airear durante años, a pesar de que el teólogo alemán se había retractado en cuanto conoció mejor la realidad.
Messori busca también
entender a quienes no lo comprenden. Por ejemplo, la tendencia en ciertos ambientes
anticulturales a considerar sectario a quien no acepte el relativismo. Y se
pregunta: ¿cómo se puede acusar de intolerante a una institución como el Opus
Dei que admite como cooperadores a los ateos?
Descubre también, en
contraste con el estereotipo difundido, que el Opus Dei está
arraigado en las favelas y en las villas miseria de los pueblos más pobres de
América del sur, o en zonas deprimidas de Manila o de Kinshasa. Si procura comenzar su labor en un país por los intelectuales es precisamente para poder llegar después a todos.
Respecto al propio
nombre de la institución, Opus Dei, explica que no se trata de “un delirante
copyright”, sino que hace referencia al trabajo de Dios en la creación, al que
cada hombre y mujer está llamado a cooperar con su propio esfuerzo,
convirtiéndose en co-creador: cuidar y mejorar la creación mediante el trabajo
profesional hecho con la mejor perfección posible. Esto, concluye, es un bien
indudable para todo el conjunto social. Y de eso habla, en feliz coincidencia,
el magisterio del papa Francisco en su encíclica Laudato Sí.
A modo de conclusión, Messori afirma
que, a su juicio, lo que más atrae del Opus Dei es que se trate
de “un fenómeno (...) único quizá, al que uno se vincula sólo por fines espirituales,
para procurar hacer bien, a título personal, lo que la conciencia le dicta a
cada uno.”
Con el Opus Dei, afirma, “desde el punto de
vista histórico aparece un fenómeno
cargado de significado y de contenido, compuesto por millares de personas que,
día tras días, en las ocupaciones más dispares, buscan traducir en realidades
un mensaje que se compendia en pocas palabras del fundador, san Josemaría Escrivá de Balaguer: Conocer a
Jesucristo; hacerlo conocer; llevarlo a todos los sitios.”
Las palabras de Tertuliano citadas
al comienzo encierran una gran verdad. Cuántos tópicos y estereotipos sobre
personas e instituciones son fantasmagorías, que se diluyen en
cuanto uno hace el esfuerzo de acercarse a la verdadera realidad, para conocerla
de primera mano. Ese convencimiento lleva a Messori a afirmar que la profesión de informadores
puede tener un significado no lejano del Evangelio. Porque vencer la falta de
conocimiento entre los hombres quiere decir disminuir la agresividad, ahuyentar
el temor que puede suscitar aquello de lo que se ignora su auténtica
naturaleza.
Se puede decir que Messori cumple con este libro esa alta misión que
debería hacer suya todo periodista: acercar la verdad de las cosas al ciudadano. El imaginario público está a veces cargado de tópicos o estereotipos que oscurecen la verdad. Y las categorías para acercarse a la realidad histórica no son divisiones vacías del tipo "reaccionario o conservador", "izquierda o derecha", sino "verdadero o falso", "bien o mal".
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Vittorio Messori es autor de obras que han tenido una
extraordinaria difusión en todo el mundo. Educado en un ambiente anticlerical,
su trayectoria discurre entre el ateísmo y los partidos de la izquierda
radical. Hasta que un día la lectura de un pasaje del Evangelio (“un objeto
para mí desconocido, que nunca había abierto…”) le golpea interiormente. “Fue un encuentro directo con la misteriosa
figura de Jesús”. Y su vida cambió radicalmente.
Una de sus obras más
conocidas es el libro entrevista al papa san Juan Pablo II Cruzando el umbral de la esperanza. Un hito periodístico, porque por primera vez un papa exponía en ese
formato cercano y directo su visión de la Iglesia y del mundo.
También ha tenido
mucha difusión su Leyendas negras de la Iglesia, donde analiza el origen de
algunas de las más difundidas acusaciones contra la Iglesia. Tras investigar en las fuentes auténticas,
comprueba la falsedad y manipulación que contienen muchas de esas afirmaciones que hoy siguen en el imaginario público.