Dos mujeres destacan en el panorama mundial por su
eficiente gestión de la crisis del COVID: la canciller federal de Alemania,
Angela Merkel, de la Unión Demócrata Cristiana, y Jacinda Ardern, Primera
Ministra de Nueva Zelanda, del partido laborista. Los analistas
destacan que han sabido gestionar la crisis porque se han
centrado en resolver el problema y no en buscar imagen ni rédito político.
Esta forma de actuar, centrada en el
interés común, es la que concede autoridad a un político y lo
convierte en líder. Para que cualquier organización funcione bien se requieren
líderes con autoridad. Pero tener autoridad es distinto de tener
poder. El poder puede ser usurpado, la autoridad no. El poder puede ser
déspota, la autoridad no. El poder puede mantenerse mediante compromisos
oscuros, la autoridad no.
La autoridad hay que ganársela con ejemplaridad y
transparencia. Autoridad es lo que la gente concede a quien es
ejemplar en su actuación. Su buen ejemplo genera confianza, y entonces los
subordinados le conceden autoridad.
Que el líder sea merecedor de autoridad es un requisito para el
buen funcionamiento de cualquier organización, cuánto más de los gobiernos
encargados de regir un país, y por extensión en cuantos se dedican a la noble
tarea de la cosa pública.
Pero la autoridad hay que ganársela día a día actuando con motivaciones
trascendentes, esto es, buscando resultados no solo para uno mismo sino
para los demás, para el bien común, un concepto que deberíamos
recuperar con urgencia. El bien común tiene en cuenta a todos, y no solo a los
de tal o cual facción.
La confianza, en la que se basa la autoridad, es más que una suma de votos
u opiniones. Se pierde por el uso injusto del poder (cuando
quien manda solo piensa en su propio interés y no en el del conjunto social);
por no usar el poder cuando y como se debe (por falta de
competencia); o por un uso inútil del poder, restringiendo en
exceso la libertad de los subordinados en perjuicio del interés de la empresa,
o del país.
Lo explican todos los manuales de gestión de las organizaciones.
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