Historia de la Iglesia en
Valencia. Vicente Castell Maiques
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Cripta de san Vicente Mártir |
Riguroso trabajo de
investigación histórica del canónigo de la catedral de Valencia y doctor en
teología Vicente Castell. Contextualiza los hitos más significativos de la
historia del cristianismo en la capital del Turia. La lectura resulta amena e
instructiva.
Todo bautizado debería conocer
cómo ha llegado hasta él la fe cristiana. Para los nacidos en el reino de Valencia, tierra
que muy pronto acogió la semilla cristiana, este libro
ayuda a conocer y amar las vidas de tantos miles de hombres y mujeres, la mayor
parte desconocidos para nosotros pero no para Dios, que con su vida cristiana ejemplar lograron construir una sociedad más humana.
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Procesión de san Vicente Mártir, patrón de Valencia |
A través de quienes nos
han precedido surcan el tiempo las raíces de nuestra fe hasta llegar a su
fuente originaria: aquellos cristianos de primera hora (marinos, comerciantes, pescadores,
soldados…) a quienes las circunstancias les condujeron hasta aquí y trajeron
con ellos la semilla del Evangelio, aprendida de los discípulos de los Apóstoles,
que a su vez la habían recibido del
mismo Jesucristo, Dios encarnado.
Conocer nuestra historia
es una manifestación de agradecimiento a la Providencia por el legado recibido, y también de
agradecimiento a quienes con su vida –heroica en
tantos casos- hicieron posible que el legado no se desvirtuase.
La Iglesia está compuesta por hombres y mujeres frágiles y vulnerables, por pecadores. "Apártate de mí, Señor, que soy un hombre pecador", dijo san Pedro a Jesús. Pero sobre esa vulnerabilidad ha querido su Fundador edificar su Iglesia, de la que Él Cabeza. Y a esa familia de hombres y mujeres pecadores y vulnerables ha prometido su asistencia hasta el fin de los tiempos.
Asomarse a la historia de la Iglesia es asomarse a la acción de Dios entre nosotros. Una acción divina que se manifiesta, entre otras cosas, en que, aun en los momentos de mayor crisis, nunca han faltado hombres y mujeres de vida santa que, aún sabiéndose pecadores, se han mantenido fieles y han
dedicado su vida a embellecer el mundo con la savia del Evangelio y el mandamiento del amor.
Acercarnos a la verdad
histórica nos permite también conocer los errores de personajes poco ejemplares, que con su
actuación incoherente han desvirtuado la verdad evangélica. Hay que conocer
esos hechos lamentables para no caer en los mismos errores.
Como en todo grupo humano, en los cristianos hay errores y pecados, y la Iglesia es la primera en reconocerlo. Pero
es de justicia ponerlos en su contexto, sin juzgar desde la mentalidad actual,
que es un error que el buen historiador no comete.
Con frecuencia se lanzan versiones falseadas de acontecimientos en los que intervinieron cristianos, o se juzgan
perversamente sus intenciones, con la única finalidad de desacreditar la enseñanza del Evangelio. Se
miente sobre la Iglesia para alejar a la gente de ella. Se ha hecho desde
antiguo.
Ya lo hacía en el siglo II
el filósofo griego Celso, preocupado por el creciente grupo de seguidores de
Cristo que se negaban a reconocer las divinidades de cada nación. Los
cristianos adoraban a un Dios que no era nacional, sino universal. Eso a Celso le
parecía peligrosamente revolucionario, porque ponía en
cuestión el sistema mundial establecido: cada nación tiene su dios, y no es
buen ciudadano -decía- quien no adora y ofrece sacrificios al dios de su nación: sea César, el
Emperador, Zeus, Zaratrusta o Júpiter.
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Emperadores romanos divinizados |
Para conservar el sistema
establecido era preciso denigrar y desacreditar ante el pueblo a esos "peligrosos" cristianos, que se negaban a adorar a dioses falsos. Eso suponía una amenza para el sistema dominante.
No es muy distinto ahora el origen de algunos ataques contra la Iglesia o sus instituciones: un cristiano coherente se resiste a adorar a los dioses del sistema actual: el Mercado, la Crápula, el Placer... En el fondo, como ha dicho el filósofo Alejandro Llano, "El diablo es conservador", y teme la revolución cristiana.
Por eso no debería
extrañarnos que a lo largo de la historia algunos hayan arrojado en el camino de la Iglesia "leyendas negras", que actúan como la cizaña que “el
enemigo” siembra en el campo de trigo
bueno de Dios.
Es penosa también la falta de sentido crítico de no pocos cristianos, que dan por ciertas esas
mentiras, o verdades a medias, sin tomarse la molestia de acudir a fuentes fidedignas.
Eso es este
trabajo de Vicente Castell: una fuente a la que acudir para conocer el verdadero rostro
de la Iglesia, libre de las mentiras con que han intentado ocultarlo. Y comprobar que a pesar de los errores y pecados de sus fieles, y de las falseades y calumnias de sus enemigos, la Iglesia permanece bella y resplandeciente, porque es de Dios. La historia real es la mejor apología del catolicismo.
Muy oportuna la frase de Gregorio
Mayans, el erudito historiador de Oliva: “Si hoi entablasse
yo mis estudios, me aplicaría de propósito a la Historia Eclesiástica para
servir a Dios y a la su Iglesia.”
Anoto varias fechas significativas extraídas del libro, con algún comentario personal:
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Valencia romana. La espina del circo atravesaba la actual iglesia de san Juan del Hospital |
138 a. C.: fundación de
Valencia por los romanos, sobre una fortaleza ibérica anterior.
Los primeros cristianos
debieron llegar por los puertos mediterráneos. Hay un silencio de fuentes
durante los 3 primeros siglos de la era cristiana.
250 d.C.: bajo el
emperador Decio, el número de cristianos en el mundo era de unos 3 millones. A principios del siglo IV eran 6 millones. Ese aumento llevó a
cierta relajación de costumbres, no entre los fieles sino sobre todo entre entre algunos clérigos y jerarquía.
304/305 d.C.: martirio del
diácono san Vicente, bajo la persecución del emperador Diocleciano. Fue traído
prisionero desde Zaragoza, probablemente porque en Valencia había menos cristianos
que en Zaragoza y sería más fácil la ejecución. Su sepulcro en Valencia dio
aliento a la primitiva comunidad cristiana valentina y atrajo peregrinos de
otros lugares.
Cárcel y cripta de san Vicente, en el corazón de Valencia
El martirio de san Vicente
es el primer testimonio textual histórico que no permite dudar de la presencia
cristiana en Valencia. El establecimiento de la jerarquía, con el primer obispo
valenciano, debió tener lugar en el siglo V.
409 d.C.: entran en la
península ibérica vándalos, suevos y alanos.
415 d.C.: entran los
visigodos (Ataúlfo) y se establecen en Tolosa y la Aquitania. Los visigodos se
funden con los nativos.
476 d.C.: cae el imperio
romano. De hecho ya había un reino visigodo en Tolosa, constituído de derecho
con el rey Eurico en el 466 d.C.
568 d.C: el rey Leovigildo
impone a los católicos de Valencia obispos arrianos.
589 d.C: conversión al
catolicismo del rey Recaredo, de su
corte y de todos los obispos arrianos, en el primer concilio de Toledo: es la
fecha más trascendental para la historia del catolicismo español.
711 d.C.: invasión árabe
de España tras la batalla de Guadalete.
713 d.C.: Valencia queda
incorporada al islam. La mayoría de los cristianos fueron obligados a convertirse. Quedó una minoría mozárabe, cada
vez menor.
1094 d.C.: El Cid
Campeador conquista Valencia.
1102 d.C.: cae de nuevo
Valencia en poder musulmán.
1180 d.C.: martirio de
Bernardo, María y Gracia, hijos del emir de Carlet, que se habían convertido al
catolicismo al pasar por el monasterio cisterciense de Poblet (Tarragona) fundado
poco antes, en 1151.
1230 d.C. aprox: martirio (probablemente
en la actual plaza de la Reina) del sacerdote Juan de Perusa y del hermano
Pedro de Saxoferrato, franciscanos; habían venido del reino de Aragón para
anunciar la fe cristiana a los musulmanes.
9-X-1238: el Rey don Jaime
conquista Valencia y se celebra la primera misa en la ciudad tras la reconquista, en uno de los laterales de lo que hoy es la catedral de Valencia. Fue construida en los siglos XIII y XIV, sobre los restos de un antiguo templo romano que más tarde fue catedral visigótica y que los musulmanes habían convertido en mezquita.
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catedral de Valencia |
El número de mozárabes era muy escaso en el reino. La
repoblación por catalanes y aragoneses fue lenta, y comenzaron ocupando las
poblaciones del norte abandonadas por los musulmanes. En 1270 el número de
habitantes del reino era de unos 130.000, de los cuales apenas 30.000 mozárabes
y el resto árabes. Hasta finales del siglo XV los cristianos valencianos no
fueron mayoría. Hacia 1483 el reino contaba con unos 300.000 habitantes, mitad cristianos y mitad
musulmanes. Sólo a finales del XVI, cuando se llegó a los 500.000 habitantes
los cristianos superaron a los musulmanes. En 1609 tuvo lugar la expulsión de
130.000 moriscos, tras fracasar los intentos de integración social. Era obispo san Juan de Ribera. Hubo también
motivos de seguridad nacional, por la
connivencia de poblados musulmanes con piratas y corsarios turcos que asaltaban
y sembraban el terror en pueblos de las costas valencianas.
1238: el rey don Jaime
hace donación de una mezquita y su terreno adyacente a los caballeros
hospitalarios de la Orden de san Juan de Jerusalén que le acompañaron en la
conquista de Valencia. Se erige una capilla dedicada a su patrono, san Juan Bautista,
se establece un hospital, y se comienza a edificar la actual iglesia de san Juan del Hospital.
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capilla del Rey don Jaime, en la iglesia de san Juan del Hospital |
Ya en 1243 el
clero de san Juan salía con cruz alzada, por cuya observancia se le concedió el
privilegio de preceder a las demás parroquias de la ciudad en las procesiones.
En la capilla de la Purísima de esta iglesia estuvo radicada la parroquia
castrense. Y en 1645 se estableció la fundación del Oratorio, para difundir la
Comunión frecuente, el culto a la Eucaristía y la oración mental. En el siglo
XVIII la iglesia de san Juan del Hospital tenía 12 sacerdotes beneficiados de
la orden de san Juan de Jerusalén, sin territorio de parroquia, y este clero
precedía a todas las parroquias de la ciudad en las procesiones. Con la
desamortización de las órdenes militares en 1850, la iglesia fue abandonada y
destinada a otros usos, sufriendo diversos saqueos e incendios que la dejaron
en estado de ruina y estuvo a punto de ser derribada. Un decreto de 1943 la
preservó del derribo, aunque no de convertirse en cine de barrio durante varios
años. En 1966 el obispo de la diócesis pidió a sacerdotes del Opus Dei que se
hicieran cargo de restaurarla para devolverla al culto. Hoy es una de las iglesias
más bellas de Valencia, aunque aún prosiguen los trabajos de recuperación de
las huellas históricas en el conjunto monumental.
1348: año de la peste
negra, que produjo una grave crisis
económica y una relajación de la disciplina de religiosos y clero. De los 640
dominicos que había en el reino de Aragón quedaron 130. En Valencia se sufrió
un fuerte debilitamiento de la vida religiosa a lo largo del siglo XIV. Además
de la peste se sufrieron las consecuencias de la guerra de los Cien Años y del
gran cisma de Occidente. Muchos religiosos, dedicados a los estudios y la
investigación, se apartaron lentamente de la evangelización directa del pueblo.
La crisis afectó especialmente a los dominicos, que por su prestigio habían
penetrado en la curia pontificia y en la corte y vivían en situación de
privilegio.
1350: nace san Vicente
Ferrer (+1419), de padres oriundos de Gerona. Tenía una amplia cultura y un
influjo carismático en el pueblo.
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San Vicent Ferrer, el santo de la calle del Mar |
1347/1380 Santa Catalina
de Siena.
1372: se celebra en Valencia la primera procesión del Corpus Christi, la Festa Grossa o Fiesta Mayor del Cap y Casal.
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Solemne Procesión del Corpus |
1378: es elegido Urbano VI
por presiones y amenazas del populacho romano. Comienza el cisma de Occidente,
que dura hasta 1429.
s. XV: esplendor
demográfico, económico y cultural de Valencia, unido a un profundo hundimiento
espiritual. Es el siglo de Luis Vives, Ausias March, Joanot Martorell y Micer
Mascó.
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Luis Vives, humanista valenciano |
1414: se funda la Cofradía
de Nuestra Señora de los Desamparados.
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Nuestra Señora de los Desamparados y los santos Inocentes |
1429: Primer Borja obispo
de Valencia, aunque nunca estuvo presente. Durante 80 años se suceden obispos
de la misma familia, siempre ausentes de la sede. Esa ausencia fue trágica,
porque cundió el mal ejemplo entre párrocos y beneficiados, que llegaron a
alquilar sus prebendas.
1437: es traído el Santo
Cáliz desde san Juan de la Peña (Huesca)
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Capilla del Santo Cáliz, en la catedral de Valencia |
1474: se imprimen Les trobes en lahors de la Verge María, primera obra literaria impresa en España, con la mayor parte de los poemas en valenciano
1478: los Reyes Católicos
establecen la Inquisición, con jurisdicción independiente de los obispos y
sometida a la corona. La anterior inquisición procedía del siglo XIII y tuvo
una actividad muy escasa.
1480: nace el Venerable
Agnesio, que fue beneficiado de la catedral. Describe con crudeza la lamentable
situación del clero, y pone en guardia a Sto Tomás de Villanueva (1544),
animándole en su labor de reconstrucción de la diócesis. La clase sacerdotal
estaba muy desacreditada porque abundaban los casos de baja moral.
S XVI: decadencia y
burocratización del clero: pingües beneficios (diezmos y primicias, rentas…) permitían
una existencia acomodada. Tenían escasa formación, no predicaban, algunos
alardeaban de dotes declamatorias nada
convincentes. Abundaban pendencias y moral relajada, se unían a
revueltas, como en el caso de las Germanías. Es una época de absentismo
clerical que se extiende hasta el Concilio de Trento: los obispos abandonan las
diócesis, los canónigos las catedrales, los sacerdotes las parroquias y los
religiosos los conventos. La parte más sana fue el pueblo.
1510: nace en Gandía san
Francisco de Borja.
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Palacio Ducal de Gandía
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1519: Carlos I aprueba las
Germanías, organización armada de los gremios contra los corsarios turcos.
1520: guerra de las
Germanías. Tuvo su origen en la lucha de los gremios contra los musulmanes y
los nobles que les protegían porque cultivaban sus tierras. Los gremios estaban
hartos de las devastadoras razias turcas
apoyadas por los musulmanes que vivían en el reino de Valencia. Cesa la guerra
en 1523.
1525: graves sucesos en la
sierra de Espadán, donde se hicieron fuertes grupos armados de moriscos que
asolaron durante meses las aldeas cristianas de la zona. Sucedió también en
Benaguacil.
1544: toma posesión Sto
Tomás de Villanueva, el obispo santo que precisaba la renovación de la
diócesis. Visitó todas las parroquias, impuso la obligación de residir a los
párrocos y de vestir el traje talar. Les prohibió dedicarse a negocios e impuso
penas graves a las inmoralidades. Prohibió celebrar a sacerdotes sin licencia y
puso freno a la venta de indulgencias.
1545/1563: concilio de
Trento
1568: toma posesión como
obispo de Valencia san Juan de Ribera, el santo Patriarca. Continúa la reforma
y aplica las directrices del concilio de Trento, consiguiendo una profunda
renovación del clero. Hombre de estudio y gobierno y buen pastor, se distinguió
por su profundo amor a la Eucaristía. A él se debe en buena parte la larga
tradición de sacerdotes valencianos sabios y piadosos, que tienen la Santa Misa
en el centro de sus vidas y la celebran con profunda devoción. Estableció disposiciones para dignificar el
culto divino; por ejemplo que nadie se acercase al sacerdote durante la
celebración de la Santa Misa.
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Colegio del Patriarca |
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Iglesia del Patriarca san Juan de Ribera |
San Juan de Ribera se
estrelló en los intentos de evangelización de los moriscos, y pudo comprobar
que los pocos que se convertían solían fingir. Lejos de integrarse, la
comunidad musulmana soñaba con volver a dominar políticamente la situación del
país, y sus costumbres provocaban continuas tensiones sociales. Cuando llegó a
evidenciarse el entendimiento de los moriscos con los piratas musulmanes que devastaban las costas, los
reyes de España temieron seriamente por la seguridad del Reino si los moros se
alzaban en armas ayudados por los turcos.
1609: Felipe II decreta la expulsión de todos los moriscos que
no se hubiesen convertido, con la aprobación de San Juan de Ribera. La
expulsión supuso un gran alivio para la tranquilidad ciudadana y para la
recuperación de costumbres cristianas. Pero también supuso un grave descenso de
población y un hundimiento económico, que no se recuperó hasta finales de
siglo. Hasta 1750 Valencia no volvió a tener el mismo número de habitantes.
1647: peste bubónica,
muere el 25% de la población.
1650/1700 depresión
económica, bandolerismo y segunda guerra de las Germanías, por enfrentamiento
entre señores y vasallos que se negaban a pagar tributos.
1707: el 25 de abril
Felipe V, borbón, derrota al archiduque Carlos de Austria en la batalla de
Almansa. Valencia, que había apoyado al archiduque, pierde sus fueros. Para
tener dominada la capital se construye la Ciudadela en un extremo de la
muralla, junto al río Turia (fue derribada en 1901).
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Derribo de la Ciudadela de Valencia en 1901 |
1713: fin de la guerra de
Sucesión con el tratado de Utrecht. Se instaura en España el absolutismo
centralizado, que acelera el proceso de pérdida del valenciano como lengua,
llegando a finales del siglo XVIII a su extinción casi total. Como en el resto
de la sociedad, en la Iglesia decae el uso del valenciano. La castellanización
avanza progresivamente durante más de dos siglos, favorecida por el centralismo
político, por la comercialización del libro y por la repoblación con gentes de
otras tierras tras la expulsión de los moriscos. No fueron los clérigos
regulares quienes introdujeron el castellano, como falsamente se ha dicho.
1767: expulsión de los
jesuitas de España.
1773: el Papa extingue la
Compañía de Jesús. En 1814 fueron restaurados y regresan.
1790: fundación del
seminario diocesano. Desde 1550 existían diversas fundaciones de colegios
mayores para la formación de sacerdotes (de la Presentación, de la Asunción…)
1793: revueltas contra los
franceses de la ciudad, porque no querían acoger a sus compatriotas que huían
de la revolución francesa.
1808: guerra de la
Independencia contra los franceses y en defensa de la religión: fue un
levantamiento popular.
1812: cae Valencia en
manos de los franceses. Aunque el arzobispo de Valencia, Company, les era
hostil, ofreció su colaboración a cambio de que se frenara el saqueo de
Valencia, que se garantizara el culto en los templos y que no se establecieran
logias masónicas. Lo consiguió en parte, pero no pudo evitar que muchos sacerdotes
abandonaran las parroquias y se alistaran en la guerrilla.
1813: el gobierno
afrancesado suprime las órdenes religiosas. Con la expulsión de los frailes se
extendió el pillaje de los conventos abandonados, con graves pérdidas. Se
produjeron numerosas secularizaciones, sobre todo de regulares, que llevaron
una vida poco ejemplar y produjeron escándalos en las parroquias.
1820: pronunciamiento del
liberal Riego. El nuevo capitán general, masón, ejecuta a su antecesor, el
general Elio. Se establece el Trienio liberal. Comienza la Desamortización de
bienes eclesiásticos, que fue en realidad un verdadero expolio y supuso la
ruina de gran parte del patrimonio artístico-religioso valenciano. Desaparecen entre otros los monasterios de
Santa María de Valldigna, cisterciense; Santa María de la Murta, de los
Jerónimos; san Miguel de los Reyes, San Vicente de la Roqueta y Santa Mónica.
Bastantes clérigos
participaron con entusiasmo en la vida política del Trienio liberal. Muchos
fueron diputados, se afiliaron a sectas secretas y a los comuneros. Bastantes
fueron considerados masones, y aparecieron en listas del Archivo Secreto
Vaticano.
1823: restauración
absolutista.
1833: muere Fernando VII.
Primera guerra carlista, de Carlos de Borbón contra Isabel II, hija de Fernando
VII.
1835/1848: trece años de
sede episcopal vacante. En la vida política se impone el liberalismo
anticlerical.
1840: se cierra el
seminario.
1868: revolución
“Gloriosa”, que destrona a Isabel II. En Valencia se forma una Junta presidida
por Peris y Valero, que siguiendo la política de Madrid ordena la demolición de
templos y la expulsión de los jesuitas. En diversas ciudades de España se
cometen graves atropellos: robos sacrílegos, fusilamientos de imágenes,
vejaciones a eclesiásticos.
1873: Primera República.
Movimiento cantonalista republicano en Valencia y Alcoy.
A lo largo del siglo XIX
se produce un lento y progresivo descrédito del clero, especialmente en los
ambientes intelectuales: abundaban los clérigos mediocres, sin formación teológica,
cuyos sermones, en lugar de edificar, escandalizaban o provocaban hilaridad, porque
carecían de doctrina y estaban cargados de política o de retórica vacía, con
dramatismo declamatorio y excesos verbales. Desconocían la predicación
encaminada a instruir al pueblo en las verdades de la fe y en la corrección de
costumbres. Se produjo el alejamiento del sacramento de la confesión, por el
mal ejemplo del clero o la imprudencia en materia moral. Abundaba la suciedad y
el abandono en las iglesias. El clero no cumplía las rúbricas en las
celebraciones litúrgicas…
1876: se aprueba la
presencia legal de otras religiones.
1882: los liberales
comienzan la lucha con el catecismo católico en la escuela.
1885: obra social y movimiento
obrero del padre Vicent, jesuita. Encíclica Rerum Novarum de León XIII.
1902: Alfonso XIII. El
blasquismo valenciano, cargado de anticlericalismo, continúa su ascensión y su influjo en las
masas populares.
1903: san Pío X comienza
la renovación pastoral y litúrgica.
1931: Segunda República.
Alfonso XIII se exilia. Asaltos e incendios de templos y conventos por parte de
las masas, dirigidas por masones. Se suprime la dotación económica del clero y
culto, que en realidad era una restitución simbólica por los bienes sustraídos
a la Iglesia durante las desamortizaciones, y un reconocimiento del Estado a la
actuación benéfica y social de la Iglesia en favor del pueblo español.
16 de febrero de 1936:
victoria de las izquierdas en las elecciones. La convivencia pacífica se hace
muy difícil, pues se incita a la destrucción y venganza sobre todo lo que
significara derecha o tuviera contenido religioso. Se producen incendios,
saqueos y expulsión de sacerdotes de las parroquias.
20 de abril de 1936: aunque no se cita en el libro, menciono el primer viaje de san Josemaría Escrivá a Valencia. Había fundado el Opus Dei en
1928 ("un querer de Dios para el mundo", explicaba) y se entrevista con monseñor Lauzarica con
vistas a comenzar su labor apostólica en nuestra tierra.
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san Josemaría Escrivá con el beato Álvaro del Portillo en los Viveros |
18 de julio de 1936: guerra
civil. El autor analiza las causas de la persecución religiosa durante la
guerra civil. Aporta datos para concluir que el comunismo y sus adláteres ideológicos
y sindicales desencadenaron la más cruel persecución religiosa que ha conocido
la historia de España. Casi todas las víctimas fueron torturadas y asesinadas
fundamentalmente por motivos religiosos, porque eran sacerdotes o sencillamente
católicos coherentes. No es de recibo, añade, tratar de explicar la persecución religiosa
como mero resentimiento social contra el clero: las razones políticas o
sociales, como las venganzas, quedaron relegadas a segundo plano. Además, los
sacerdotes valencianos y la mayor parte de los católicos asesinados eran tan
pobres como sus propios asesinos. El odio contra la religión católica,
hábilmente instigado y azuzado por algunos dirigentes, es lo que movió a
asesinar a gente tan del pueblo como sus asesinos. Miles alcanzaron así la
palma del martirio.
Una vez más "la sangre
de los mártires fue semilla de cristianos."
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san Juan Pablo II venera el Santo Cáliz en la catedral de Valencia |
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En 1982 san Juan Pablo II ordena sacerdotes en la Alameda de Valencia |