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domingo, 27 de octubre de 2013

Harambee: Africa nos concierne

África nos concierne




La reciente tragedia de Lampedusa es sólo la punta del iceberg de una tragedia más grande que afecta a todo el continente africano. El Papa Francisco no dudó en presentarse en aquella isla del sur de Italia, puerta de la esperanza para tantos africanos desesperados, para señalar desde allí con su dedo a los gobernantes de la Unión Europea y decirles con voz fuerte  que la situación es una vergüenza para Europa, que no pueden quedarse de brazos cruzados. Nadie puede mirar a otro lado. No podemos aceptar esa "globalización de la indiferencia". 


Francisco  recogía el eco de unas palabras de Joseph Ratzinger en su libro Jesús de Nazaret, que han cobrado rabiosa actualidad. Comenta Ratzinger  el episodio del Evangelio en que un doctor de la ley pregunta a Jesús: “¿Y quién es mi prójimo?”


Casi todos tenemos claro que hay que hacer algo por los “prójimos”, los allegados. Pero ¿hasta dónde llega el concepto de prójimo? Le ponemos límites: los parientes más cercanos, quizá también los de mi pueblo, o  incluso los connacionales. Pero los de otros pueblos, o sencillamente  quienes no piensan como yo, ¿esos son también mi prójimo?


Jesús responde con esa maravillosa parábola del Buen samaritano, en la que deja clara la universalidad de su concepto de prójimo, imagen del  amor universal de Dios por los hombres, por cada persona.  El extranjero, el más alejado, el que ni siquiera comparte mis ideas… ése, me concierne. Jesús pone a un extranjero, mal visto por los judíos,  como modelo sobre cómo debemos tratar a los demás. Sólo el extranjero se compadece de aquel pobre hombre asaltado, golpeado y saqueado por unos bandidos, a quien  sus más “prójimos” han abandonado a su suerte.


Ratzinger concreta mucho.  El buen samaritano no se pregunta hasta qué punto llega su obligación de solidaridad.  Al buen samaritano sencillamente se le parte el corazón ante el dolor ajeno.  Se despierta en él un maternal sentimiento de compasión, que se impone a cualquier otra consideración sobre su grado de responsabilidad en la tragedia, sobre si le compete o no aquel asunto, sobre si atender a aquella persona herida le complicará la existencia. No se pregunta si aquel es su prójimo. Sencillamente siente la evidencia de que él mismo debe convertirse en prójimo para el otro. Y actúa. Ahora sabe que es hermano de todo aquel que se cruza en su camino y necesita ayuda. Siente en su interior la universalidad del amor.


Y sigue concretando Ratzinger: “La actualidad de  la parábola resulta evidente. Si la aplicamos a las dimensiones de la sociedad mundial, vemos cómo los pueblos explotados y saqueados de África nos conciernen. Vemos hasta qué punto son nuestros “prójimos”; vemos que también nuestro estilo de vida, nuestra historia, en la que estamos implicados, los ha explotado y los explota. Un aspecto de esto es sobre todo el daño espiritual que les hemos causado. En lugar de darles a Dios, el Dios cercano a nosotros en Cristo, y aceptar de sus propias tradiciones lo que tiene valor y grandeza, y perfeccionarlo, les hemos llevado el cinismo de un mundo sin Dios, en el que sólo importa el poder y las ganancias; hemos destruido los criterios morales, con lo que la corrupción y la falta de escrúpulos en el poder se han convertido en algo natural. Y esto no sólo ocurre en África”.


Vale la pena releer el texto íntegro del libro de Ratzinger. Y escuchar a Francisco. Y sacar conclusiones: África nos concierne. No podemos quedarnos de brazos cruzados.  Hay que ayudar.  


Gracias a Dios son muchas las iniciativas de solidaridad que trabajan desde hace tiempo en África. Hay donde elegir para echar una mano. Una de esas iniciativas es Harambee. Nacida en 2002 por iniciativa de Álvaro del Portillo, prelado del Opus Dei, es una pequeña gota en el océano de la generosidad. Pero una gota eficiente que ha desarrollado con éxito varias decenas de proyectos asistenciales, sanitarios y educativos.





Los días 5 y 6 de noviembre tendremos en Valencia  a la doctora congoleña Celine Tendobi, del hospital Monkole de Kinsasha.  Acaba de recibir el premio Harambee a la Promoción e Igualdad de la Mujer Africana.  Una ocasión  excelente para conocer de primera mano qué sucede en África y cuánta gente buena, como Celine,  trabaja de firme con profesionalidad y entrega para hacer de África un continente mejor, donde las condiciones vitales no obliguen a salir, sino inviten a quedarse. 


Es posible, si ayudamos todos. Que eso significa Harambee: todos a una. 



martes, 25 de junio de 2013

Harambee: Comunicar África, también con dibujos


Creatividad, emoción contenida e ingenio artístico. Son los ingredientes de estos simpáticos dibujos llenos de color sobre África.



Están realizados por alumnos del Colegio El Vedat de Valencia, tras la charla que mantuvieron con Ezinne Ukagwu, nigeriana, ganadora del Premio Harambee a la Igualdad de la Mujer




Les impresionó conocer cuanto Ezinne les contaba sobre la vida en África. Las duras condiciones en que discurría la vida de niños como ellos, afrontadas sin embargo con una alegría llena de vitalidad y optimismo ante el futuro.


Y sobre todo les impresionó saber que ellos podían ayudar desde aquí a que esas duras condiciones fuesen cada vez menos. Que con su pequeña esfuerzo y su sensibilidad comunicativa podían contribuir a que el bienestar y la calidad de la enseñanza y la sanidad mejorasen. Les entusiasmó saber que existen africanas como Ezinne, que trabajan con gran profesionalidad y sin desanimarse por las dificultades. Y que existen niños como ellos en muchos países  que apoyan con el mismo entusiasmo. Con gente así se cambia el mundo.
 

 



sábado, 13 de octubre de 2012

Todos a una




Estoy leyendo un breve resumen de la biografía de Ezinne Ukagwu, economista nigeriana, Premio Harambee 2012 a la Promoción e Igualdad de la Mujer Africana. Harambee-Valencia y el Orfeón Universitario le rinden homenaje con un concierto solidario en el salón de actos de la Fundación Bancaja: Melodías para África.

Impresiona el temple de mujeres como Ezinne, que trabajan sin grandes alardes pero con fortaleza, dispuestas a impulsar el liderazgo de la mujer a través de la educación,  en una región –Itapamaco, al sureste de Nigeria-  en la que la mujer está muy sometida  y sufre graves injusticias.

Ezinne, junto a un grupo de mujeres  valerosas como ella, puso en marcha allí en 1985 un Centro de Formación Rural, Iroto, para atender las necesidades de alfabetización y educación de las mujeres. Varias decenas de miles de mujeres nigerianas han pasado desde entonces por sus cursos,  y han aprendido cosas tan importantes como  leer o  las normas básicas de la higiene doméstica y la nutrición equilibrada.

Junto a las necesidades educativas, pronto vieron que era necesario cuidar de la salud.  Sin apenas medios consiguieron edificar un Centro Médico, Abidagba,  que para nosotros sería normalucho pero que en aquellas latitudes es un auténtico lujo. Abidagba y los cuidados que proporcionan sus médicos y enfermeras, ha conseguido hacer descender la mortalidad infantil, que estaba en el 60%, hasta el 25%. Ha logrado también una disminución drástica en la mortalidad de otra población de riesgo: las mujeres.  Uno de los apoyos que les presta Harambee es facilitar el acceso a medicinas inalcanzables para las familias de la zona.
Desde hace pocos años Ezinne y sus amigas han puesto en marcha un tercer proyecto, la Escuela de Hostelería y Turismo Iroto. Las promociones de mujeres que han pasado ya por sus aulas salen con una carrera profesional  bajo el brazo, y un sólido bagage de conocimientos que les abre las puertas a buenos empleos. Así, Iroto está contribuyendo a romper el cerco de pobreza que por generaciones ha acechado a las familias de la región.

Ezinne comparte con Harambee un sentimiento y una visión. El sentimiento es el que expresaba san Josemaría en una de sus homilías: “un hombre o una sociedad que no reaccione ante las tribulaciones o las injusticias, y que no se esfuerce por aliviarlas, no son un hombre o una sociedad a la medida del amor del Corazón de Cristo”. Esa enseñanza de san Josemaría, tan profundamente cristiana, está en el origen de Harambee, ONG promovida por algunos de los asistentes a la canonización del fundador del Opus Dei hace ahora justo diez años.

Ezinne y Harambee comparten también una visión: una mirada distinta sobre África, alejada de la que con frecuencia nos muestran los medios, llena de violencia y corrupción. Es la mirada sobre la buena gente africana, dispuesta a trabajar duro para mejorar su tierra. Gente con menos recursos materiales, pero tantas veces con mejor alma que la nuestra, y llena de virtudes como la audacia y el optimismo, que a veces nos faltan a los europeos. Tienen motor propio, pero el esfuerzo que deben realizar es ingente, y qué bien les viene el cable que desde aquí les podemos echar, aún en medio de nuestras crisis.  

Al menos que no falte una mirada de cariño. Todo menos la indiferencia.Todos juntos, todos a una –eso significa Harambee en swahili- podemos conseguir ese África mejor. (Y muchas más cosas, claro. Lo humano es unir, ir juntos...Y ayudando es como mejor nos ayudamos a nosotros mismos).


jueves, 4 de octubre de 2012

Harambee: Melodías para África


Es un placer colaborar con Harambee, una ONG quizá todavía poco conocida, pero que desde hace  10 años viene trabajando en favor de África. Su misión: ayudar y dar a conocer a personas e instuticiones africanas que se están dejando la piel  para hacer de África un mundo mejor. Harambee está ayudando a desarrollar proyectos concretos en 22 países del Áfica subsahariana. Son proyectos que buscan mejorar los niveles educativos y sanitarios en áreas más necesitadas.  También promueven acciones de comunicación y sensibilización  en Europa, para que conozcamos los grandes valores humanos que anidan en el alma africana, llena de esperanza y alegría de vivir. Existe un África diferente de la que con frecuencia nos muestran algunos medios. 

Hay que felicitar a personas como Marta, Arantxa, Luis, Fredy, Amparo, Vicente... un estupendo y entusiasta  equipo humano que quema sus escasos ratos libres en el empeño. Un empeño que ha dado frutos ya en estos años, y sin duda los va a dar más y más abundantes en el futuro. 

Vale la pena apoyarles. Por ejemplo, en este concierto solidario que vienen preparando desde hace tiempo con tanto esfuerzo y cariño. A veces pequeños gestos contribuyen a cambiar el mundo. 


Melodías para África. Concierto solidario Harambee del Orfeón Universitario de Valencia en Homenaje a Ezinne Ukagwu, Premio Harambee 2012 a la Promoción e Igualdad de la Mujer Africana.

Harambee es una iniciativa para el desarrollo de África que nació el 6 de octubre de 2002, con motivo de la canonización de san Josemaría Escrivá.

Desde 2002, Harambee –que significa "todos juntos" en swahili- promueve iniciativas de educación en África y sobre África, a través de proyectos de desarrollo en el área subsahariana y de actividades de sensibilización en el resto del mundo, con el objetivo de difundir los valores, las cualidades y las posibilidades de futuro de la cultura africana.

Harambee creó el Premio a la Promoción e Igualdad de la Mujer Africana con el fin de dar visibilidad y prestar ayuda a aquellas personas o instituciones que consideran a la mujer como el verdadero motor con el que África puede salir del subdesarrollo y trabajan para que pueda disfrutar con igualdad y dignidad del acceso a la educación y al trabajo. 

Ezinne Ukagwu es economista por la Universidad de Nsukka (Nigeria) y máster en Gestión de Hostelería en Roma y en el Wavecrest College, de Lagos. En 1992  promovió el Centro Rural de Desarrollo de Irotopara dar formación a las mujeres del distrito de Itamapako, una zona rural de Nigeria. En 1996 puso en marcha el centro de atención primaria de salud Abidagba Clinic una necesidad básica en la zona, que sufría un altísimo nivel de mortalidad infantil. En 2005 inició la Escuela de Hostelería y Turismo, en la que se pueden estudiar varias carreras relacionadas con el sector servicios,  que son las que tienen más capacidad de empleo.

Harambee-Valencia se suma al reconocimiento otorgado en 2012 a Ezinne Ukagwu, con un concierto solidario que se celebrará el lunes 15 de octubre a las  20.00 en el salón de actos de la Fundación Bancaja.

miércoles, 2 de mayo de 2012

De Cartagena a Nigeria: una historia de cooperación profesional al desarrollo

Con Nigeria «en cuerpo y alma» 29.04.12 - 00:44 - La Verdad
EDUARDO RIBELLES | CARTAGENA. Diego de Jódar y José Manuel Machimbarrena ayudan a progresar a la comunidad de Enugu, en el sur del país, con su duro trabajo diario El médico secuestrado y un cura, ambos cartageneros, relatan su labor africana «Nigeria es uno de los países con mayor tasa de mortalidad infantil y maternal, con casos de polio, diabetes, tensión alta, malaria, Sida y, en fin, de todo». Diego de Jódar refleja para 'La Verdad', el ambiente en el que se mueven cada día tanto él como el doctor José Manuel Machimbarrena, ambos cartageneros. Y descubre así un escenario que permanece lejano y oculto para sus paisanos,y que solo salió circunstancialmente a relucir con el secuestro y posterior liberación del médico hace unos días. Pero en centroáfrica, la vida sigue y su labor, también. Machimbarrena llegó mucho antes que De Jódar y se estableció en Enugu, al sur del país. Su vocación le llevó a trabajar profesionalmente como médico, pero su pertenencia al Opus Dei desde muy joven le impulsó a estar en contacto con proyectos de ayuda a los demás. Por eso vivió el germen de la creación del Niger Foundation Hospital (NFH). «Fue tras una visita, en 1989, del prelado Álvaro del Portillo», recuerda De Jódar. En aquel viaje «animó a la gente del Opus Dei a complicarse la vida para hacer más por la gente necesitada» de atención médica». Machimbarrena accedió a complicársela, relata De Jódar. Y colaboró desde el principio en lo que era tan solo un pequeño 'bungalow' que luego fue a más y ahora es un edificio más amplio con terreno para crecer. Dispone de unas 50 camas, pero goza de bastante prestigio en la ciudad y los alrededores. Hay gente que acude de Lagos, la capital, a 500 kilómetros «porque resulta más barato y les inspira más confianza que otros centro», indica De Jódar. Allí es donde Machimbarrena se gana la vida cdesde hace más de dos décadas y adonde llegó De Jódar como capellán algo después. «Ya había estado en Kenia en lo mío: hacer de cura, y llegue a la Enugu a predicar», recalca. Pero en un país donde las necesidades espirituales no se pueden desligar de las terrenales, «no puede uno hacer distinciones. Si quieres ayudar a las almas, tienes que ayudar a los cuerpos». Así que De Jódar y Machimbarrena trabajaron codo con codo durante años, cada uno en su parcela, pero colaborando en un mismo espacio en la atención a los africanos. Contaron para ello con una comunidad de miembros del Opus Dei que se fue haciendo más amplia entre los lugareños. «Y así creamos un grupo de personas que se volcaron en ayudar, desde su profesión y sin amateurismos», rememora De Jódar. También han estado siempre amparados en la distancia por agrupaciones de la Obra como el Club Estay de Cartagena, con el que De Jódar mantiene un estrecho contacto. La educación de la mujer Con el tiempo, De Jódar decidió ampliar horizontes creando su propia parroquia mientras Machimbarrena luchaba cada día por el progreso del hospital, convertido en un centro de referencia para todo el país. De Jódar colaboró en el crecimiento de la escuela de hostelería Lantana. «No todo el mundo puede ir a la universidad, y una solución es esta escuela para chicas que han acabado la enseñanza secundaria y pueden aprender un oficio que les permita abrir un restaurante o trabajar en un hotel o un hospital», indica. Y cuando lo consiguen, no se separan de su familia. Su relación es estrecha y se ayudan unos a otros para salir juntos adelante. «Lo importante es que proyectos como el de esa escuela prosperen sin depender únicamente de los occidentales. Es básico formar a la gente de aquí para ello», dice De Jódar. La serpiente 'Luego-es-tarde' Tanto el sacerdote como Machimbarrena siguen en contacto, pero el sacerdote vive desde hace cinco años en un pequeño pueblo del mismo estado de Enugu, Aguobu Iwollo. Partiendo de un simple seminario en una casa, pasó a conseguir un solar para una clínica. «Y si en las ciudades es necesario contar con nuevos centros, más todavía lo es en los pueblos. Un ejemplo son las serpientes, una de las cuales se llama 'Luego-es-tarde' en la lengua local, por lo que es básica la atención inmediata. Otro, las vacunaciones, que reducen la mortalidad infantil radicalmente», relata De Jódar. La última conquista en Aguobu Iwollo fue la de montar tuberías a partir de una represa de un río cercano para tener agua potable. «Tuve que hacer de fontanero, rememorando la labor de mi padre», cuenta. Las penalidades no son pocas, pero la recompensa lo merece, rela Diego. «A la comida, el clima y la vegetación de acostumbras», indica de pasada, para quedarse de largo con las cosas buenas, «El sentimiento de familia y la maravillosa hospitalidad son de lo que más echo de menos cuando vuelvo a España de vez en cuando», asegura. Por eso, tanto él como José Manuel son ya parte de África. En cuerpo y alma.