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lunes, 11 de enero de 2021

El Opus Dei en el Madrid en los años treinta

 




Madrid en los años treinta. Ambiente social, político, cultural y religioso. Revista Studia et Documenta, vol 3. 2009. Julio Montero y Javier Cervera.

 

Studia et Documenta es la revista que el Instituto Histórico san Josemaría Escrivá comenzó a publicar en el año 2007. Acoge, desde una perspectiva multidisciplinar, estudios de diferentes investigadores interesados en la historia del catolicismo contemporáneo, y especialmente en la figura de san Josemaría y el desarrollo del Opus Dei.


El conjunto de investigaciones acerca del contexto en que vivió el fundador y los primeros pasos de esa nueva institución de la Iglesia católica constituye un mosaico interesantísimo, tanto desde el punto de vista histórico como sociológico. Por otra parte, para entender mejor el mensaje y las obras de san Josemaría es preciso conocer de cerca las circunstancias de la situación social y política de la época, el ambiente eclesiástico, o las formas en que se manifestaba la práctica cristiana por parte de los fieles.


Este interesante y conciso artículo, escrito por los profesores Montero y Cervera, describe el ambiente en Madrid en los años de la fundación del Opus Dei. Eran momentos en los que el anticlericalismo constituía uno de los puntos clave de los programas republicanos, enfrentados a los partidos monárquicos desde que en 1868 se estableció el sufragio universal.  


Ese anticlericalismo programático de los republicanos fue asumido también por los socialistas, que poco a poco habían ido recogiendo al electorado republicano desde que en 1903 Pablo Iglesias fundara el PSOE.


La vida política fue radicalizándose desde comienzos del siglo XX,  y especialmente desde 1917, y la equivalencia izquierdismo-anticlericalismo se traducía en acciones diarias y “espontáneas” contra el clero. Espontáneas, o más bien alimentadas por mentiras y fabulociones en los barrios extremos o desde la prensa republicana. Por ejemplo, en 1931, ante la quema de más de cien conventos en toda España, el diario El Liberal aseguraba que los frailes habían incendiado los conventos para desprestigiar al gobierno.


Una circunstancia que suele citarse poco al explicar los antecedentes de la guerra civil, y que recoge el artículo, es el intento de insurrección que en 1934 protagonizaron en Madrid las Juventudes Socialistas, que se habían organizado militarmente y tenían contactos con oficiales del ejército y de las fuerzas del orden público.


Largo Caballero tenía previsto el control de los puntos neurálgicos de la capital y de las Cortes. El intento fracasó por decisiones tácticas equivocadas, pero a partir de ese momento la tensión y los enfrentamientos se generalizaron. 



Este estudio abre el Volumen 5 de la colección Studia et Documenta, dedicado a analizar la situación del Opus Dei en el Madrid de los años treinta. Otro de los ensayos es un apunte biográfico sobre Luis Gordon, joven empresario que fue uno de los primeros miembros del Opus Dei y falleció prematuramente.


 Interesante también el ensayo de Santiago Casas, que da cuenta de las clases de ética para periodistas que impartió san Josemaría durante el curso 1940-1941 en la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid. 


Buena parte de los volúmenes de esta interesante colección son descargables gratuitamente.

 

 

miércoles, 27 de noviembre de 2019

Camino, un libro para corazones jóvenes


“El punto 1.000 de Camino lo pones tú”



80KFest: Jóvenes celebran  en Valencia el 80 aniversario de Camino, la obra más conocida de san Josemaría Escrivá

Publicado por primera vez en Valencia en 1939, se han editado más de cinco millones de ejemplares en cincuenta y dos idiomas.

Jóvenes que participan en actividades de formación cristiana del Opus Dei en Valencia han celebrado un evento conmemorativo del 80 aniversario de Camino, la obra más conocida de san Josemaría, que se editó por primera vez en la capital del Turia en 1939.



El evento, organizado por la oficina de comunicación del Opus Dei en Valencia, ha tenido lugar en el salón de actos del Colegio Mayor Universitario Albalat. El youtuber Nachter (Ignacio Gil), la abogada Loreto Ayuso y su marido Patxo Grau, arquitecto y presentador de televisión, actuaron como conductores de la velada, que contó con  testimonios de conversión y acercamiento a Dios a raíz de la lectura de Camino. 




Nerea Fernández y el filósofo Rafael Monterde mantuvieron un vivo coloquio en torno a su experiencia personal con los puntos de Camino, que en el caso de Nerea supuso un giro radical de vida, y sobre el amor a la libertad y la vivencia de la filiación divina que se aprende de san Josemaría. Para el joven filósofo Monterde “ese mensaje es una respuesta esperanzada a la crisis ideológica que padece Occidente en la postmodernidad.”




Uno de los participante en actividades de voluntariado de Albalat, Pablo Romero, explicó  el campo de trabajo que se proyecta este año para continuar la construcción de una escuela en Gambia y dar clases de alfabetización e higiene a niños y adultos.





Se estrenó también un video  con testimonios sobre el impacto actual de Camino en los jóvenes, en el que entre otros intervienen el rapero Grilex (Guillermo Esteban), que cuenta cómo habitualmente acude a Camino porque le ayuda a hablar con Dios y a conocerse mejor.

                



En el video interviene también la experta en moda Gabriela Lence, que describe con simpatía una inesperada experiencia personal  en torno a Camino y el bien que hace a sus amigas. Diversos testimonios personales de jóvenes se entrecruzan en el video con imágenes filmadas de encuentros de san Josemaría con jóvenes, en los que el autor de Camino responde con gracia a sus preguntas, y muestran la viveza y continuidad de su mensaje.



Un divertido y velocísimo juego de Kahoot! en torno a las frases de san Josemaría y la historia del libro  puso a prueba la agilidad de los presentes y su conocimiento de esta obra. Se presentó también una edición digital reducida con una selección 80 puntos de Camino, agrupados por temáticas juveniles.  El acto terminó con una performance, en la que cada uno de los asistentes aportó su inspiración personal, “ese necesario punto número 1000 que san Josemaría busca provocar en cada uno, para dar vida a los 999 que componen Camino.”







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¿Qué tiene este libro, que sigue moviendo los corazones de tanta gente en todo el mundo? Quizá parte de la respuesta esté en el prólogo que escribió Monseñor Xavier Lauzurica, entonces obispo auxiliar de Valencia y buen amigo de Escrivá, que entrevió el alcance que tendría esta obra:

En estas páginas aletea el espíritu de Dios. Detrás de cada una de sus sentencias hay un santo que ve tu intención y aguarda tus decisiones. Las frases quedan entrecortadas para que tú las completes con tu conducta. […] Si estas máximas las conviertes en vida propia, serás un imitador perfecto de Jesucristo.”

Camino es fruto de la experiencia de san Josemaría en su trato personal con Dios, y de su labor de orientación a las personas que acudían a él en busca de consejo para su vida cristiana. Su contenido es una verdadera radiografía de su propia vida de relación con Dios.

Son frases breves e incisivas, que desde comienzo de los años 30 san Josemaría, joven sacerdote, usaba en su predicación oral, y que fue redactando y distribuyendo entre quienes hablaban con él, para facilitarles la reflexión y meditación. Son muy numerosos los testimonios de agradecimiento por el bien que esta obra ha hecho a personas de toda raza, cultura y condición.

La finalidad última de Camino puede resumirse en lo que san Josemaría escribe en el punto 382: “Que busques a Cristo: Que encuentres a Cristo: Que ames a Cristo.” Jesucristo es el verdadero protagonista, el Camino que todo cristiano debe recorrer en su vida ordinaria hasta identificarse con Él.

Un encuentro con Cristo que, si es verdadero, lleva a dar a la vida un profundo sentido solidario con los demás: “No puedes vivir de espaldas a la muchedumbre: es menester que tengas ansias de hacerla feliz.” (Camino, 32) A eso apuntan todos y cada uno de sus 999 puntos.



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Enlaces a la noticia y más información en:



https://religion.elconfidencialdigital.com/articulo/zoom/80-aniversario-camino-valencia-celebrado-jovenes/20191120194649029045.html





Avance en programa Encuentros de 8tvMediterráneo, desde minuto 26:16 https://www.youtube.com/watch?v=aAIUsKAFquw

Programa Encuentros, 8tvMediterráneo: https://www.youtube.com/watch?v=VqCkcWkqsd0









jueves, 19 de septiembre de 2019

El espíritu de la juventud



Artículo en Levante-EMV a propósito del 80 aniversario de la primera edición de Camino, el libro más conocido de san Josemaría Escrivá









El espíritu de la juventud

17.09.2019 | 19:42

"Eres calculador. No me digas que eres joven. La juventud da todo lo que puede: se da ella misma sin tasa". (Camino, 30)
El 29 de septiembre de 1939, en una modesta imprenta de València hoy desaparecida (Gráficas Turia, en la calle Pintor Salvador Abril) veía la luz la primera edición de Camino. Su autor era el joven sacerdote Josemaría Escrivá.
Se trataba de una edición ampliada de otra anterior, mucho más reducida y modesta, publicada en 1934. Contiene frases breves, incisivas, que beben en el inagotable manantial del Evangelio, y en las que se descubre el eco de su predicación oral y de su rica experiencia en la orientación cristiana de las personas. San Josemaría deseaba poner a disposición de los jóvenes que se acercaban a su incipiente labor apostólica textos cuya lectura les ayudara a pensar, a examinar la propia vida en presencia de Dios, descubrir luces y sombras, y llenarse de deseos de ser mejor persona.
El filósofo Alejandro Llano, al recordar la especial preocupación de Escrivá por la formación de la juventud, ha hecho notar que es significativo que los años fundacionales del Opus Dei (1928-1975) hayan coincidido con el gran cambio social que cristalizó en la revolución de mayo del 68, que deseaba abrir camino a un modo más libre y espontáneo de vivir la propia existencia, de situar la política y la economía al servicio de la persona, y no al revés.
Ese movimiento efervescente que cuajó en el 68 vino a coincidir con el despertar que provocaban en las conciencias de muchos jóvenes las palabras de san Josemaría, desde los comienzos de su predicación en 1925, haciéndoles sentirse llamados a ser protagonistas de la evangelización y a participar en la maduración cristiana de sus compañeros.
Cuenta el profesor Llano que cuando a finales de los años 50, siendo un adolescente, comenzó a frecuentar un centro del Opus Dei, oyó hablar por primera vez en su vida de que ser santo no era algo para cuando se es mayor, sino ya, de forma perentoria, con responsabilidad personal. «Hasta entonces todos me trataban como a alguien sin mayor responsabilidad.»
Para el autor de Camino, la juventud no es mera etapa de preparación de la madurez. La madurez no llegará si no se comienzan a vivir ya las virtudes humanas (solidaridad, alegría, laboriosidad, fortaleza, generosidad€), y con ellas las sobrenaturales, con responsabilidad personal. En ese esfuerzo por adquirir virtudes es donde de una manera decisiva se forjan personalidades maduras.
En Camino, como en su predicación oral, las palabras de Escrivá sumergen en el Evangelio. Uno se siente un personaje más entre los que escuchan a Jesús, uno de aquellos jóvenes sentados alrededor del Maestro, que le escuchan porque habla con sencillez y autoridad del Reino de Dios y de nuestro papel en su realización en la tierra.
En Camino se oye hablar de apertura a la solidaridad, que no consiste en meras palabras sino que se concreta en obras de servicio. Se percibe que la vida cristiana tiene dimensiones sociales más allá de lo meramente devocional, y se aprende a tomar conciencia de la libre responsabilidad de los laicos, cristianos corrientes, en el encaminamiento de la vida pública.
Aquellos jóvenes leían y reflexionaban sobre unos valores que ahora mismo tratan de hacer suyos millares de jóvenes de todas las razas. El primero valor, que todos somos hijos de Dios, y que saberlo nos llena de alegría. Que Dios es un padre con el que podemos hablar serenamente en diálogo íntimo y personalísimo. Que el estudio o el trabajo no son una imposición molesta, sino ocasión de encuentro con Dios y de servicio a los demás, mientras tratamos de construir un mundo mejor. Que la pobreza, más que para proclamarla, está para vivirla. Que un cristiano puede y debe ser apóstol entre sus amigos y compañeros€ Y que nadie les iba a empujar para que asumieran esos retos: tenía que ser una decisión libre.
«Procuraremos lograr que, en nuestra gente joven, esté la tremenda palabra sobrenatural que mueve, que incita, que es la expresión de una disposición vital comprometida: nunca la repetición grotesca y mortecina de frases y palabras, que no pueden ser de Dios.»
Esa tremenda palabra sobrenatural es la que aletea en las páginas de Camino. Es un libro de fuego porque nos acerca a Jesucristo, verdadero protagonista. Por eso Camino sigue incendiando tantos corazones jóvenes, fascinados por el encuentro con Jesús, que invita a seguirle para convertir la vida en una aventura, a pasar de los reclamos lastimeros de una sociedad materializada y consumista, a ponerse a trabajar con optimismo y capacidad de innovación por un mundo más justo y más humano. Abiertos al futuro, que en cristiano significa también una mirada constante a la eternidad.
Hoy Camino es un clásico de la literatura espiritual, del que se han publicado más de cinco millones de ejemplares en cincuenta y dos idiomas. Y a València le cabe el honor de haber visto nacer esta obra universal, hace ahora 80 años. Universal por su alcance geográfico, pero sobre todo por la huella de bien que ha dejado y sigue dejando en tantos corazones jóvenes, incluso no cristianos, de todas las razas y naciones.










miércoles, 19 de junio de 2019

Navarro-Valls, el Portavoz



Navarro-Valls, el Portavoz. 20 testimonios para la historia.
Ed Rialp





Cuando Joaquín Navarro-Valls, Presidente de la Asociación de la Prensa extranjera en Roma, recibió una inesperada invitación a comer de parte de Juan Pablo II, no era consciente de que su vida estaba a punto de dar un giro sorprendente. “¿Qué piensa usted del proyecto de reestructuración de la Oficina de prensa de la Santa Sede?” le preguntó el papa durante el almuerzo. “No hace falta una reestructuración, sino una revolución” fue su respuesta.

Juan Pablo II había oído hablar del buen hacer profesional de Navarro-Valls, y su invitación se debía menos al deseo de conocer la opinión de un prestigioso periodista que al deseo de conocerle personalmente. Quería contar con alguien que le ayudara a hacer llegar su mensaje con nitidez, sin filtros mediáticos, a la opinión pública y a todo el mundo católico.

Navarro-Valls no pudo negarse (“a un Papa no se le niega nada”), pero puso una condición, propia de un buen profesional de la comunicación: quería tener hilo directo con el jefe. Un portavoz necesita conocer el pensamiento y las motivaciones del número 1 de su organización, y máxime en una institución como la Iglesia que se supone debe regirse por el principio de transparencia y cercanía.

Su condición fue aceptada: tuvo acceso directo al Papa, y estuvo presente en muchas de las  conversaciones más delicadas del pontificado de Juan Pablo II: Ali-Agca, Fidel Castro, GorbachovNavarro-Valls gozó de la plena confianza de un Papa santo, y esa libertad, en perfecta sintonía con el papa, le permitió realizar una auténtica revolución de la comunicación, que creó escuela y aún perdura en la comunicación vaticana y de la Iglesia.





Este magnífico libro recoge los testimonios de 20 amigos de Joaquín Navarro-Valls, entre ellos muchos de reconocido prestigio profesional, como Alberto Michelini, directivo de la RAI; la secretaria de Estado noruega Janne Haaland Matlary; George Weigel, escritor y biógrafo de Juan Pablo II;  Valentina Alazraki, de Televisa… La calidad humana y profesional de los amigos dice ya mucho del temple del personaje.

Navarro Valls era psiquiatra, pero su pasión por la comunicación y la política internacional le llevó a estudiar también periodismo. Corresponsal de ABC en Roma desde 1977, sus colegas acreditados en Roma le eligieron como Presidente de la Asociación de Prensa Extranjera en Italia.

Sus colegas le ven como un profesional de primera clase, con coraje, que sabía “mantener la elegancia bajo presión”. Pero era también un hombre de fe, miembro del Opus Dei, con una fe “robustecida por haber trabajado con tres santos”, en expresión de Greg Burke refiriéndose a san Josemaría y al beato Álvaro del Portillo, con quienes también había colaborado, y al propio san Juan Pablo II.

                       Con san Josemaría 
                         Con el beato Álvaro del Portillo


Son muy sabrosas las anécdotas sobre la extraordinaria complicidad que se llegó a crear entre Navarro-Valls y Juan Pablo II, llena por otra parte de sencillez, lealtad y sentido del humor. De Juan Pablo II aseguraba Navarro-Valls que el secreto de su comunicación no se debía “sólo a su magnífica expresividad comunicativa, sino sobre todo a que decía la verdad. En Juan Pablo II se enlazaba a la perfección lo bello, lo bueno y lo verdadero. Comunicaba a Dios, hacía amable la virtud, hacía proposiciones que podían llenar una existencia. La fuerza de su comunicabilidad no estaba sólo ni principalmente en la voz bonita o en sus gestos expresivos.”

La sintonía y complicidad entre ambos se manifestaba también en la serena profundidad de las conversaciones que mantenían, por ejemplo durante algunos de sus paseos de descanso.  La facilidad con que se remontaban de lo cotidiano hacia los aspectos más íntimos y sobrenaturales de la presencia de Dios en el mundo.



“Santidad, ¿cuál es el aspecto de la fe que más le impresiona?”, le pregunta durante un paseo Navarro. “El misterio sobrecogedor de la misericordia infinita de Dios con los hombres”, contesta el papa sin pensarlo y mirándole a los ojos… El rasgo de Juan Pablo II que más deslumbraba a Navarro-Valls era su sentido sobrenatural, su vida íntima de relación con Dios: “rezaba como si no hubiera otra cosa en la tierra.”




Norberto González Gaetano, Vicerrector de Comunicación de la Universidad de la Sancta Croce de Roma, cuenta la última charla que dirigió Navarro a 15 profesionales, sobre el Amor a la verdad. Contó la respuesta inmediata que le dio san Juan Pablo II a su pregunta sobre la frase que “rescataría” del Evangelio: “la Verdad os hará libres”. Y Navarro añadió a los asistentes a su charla: “Pero la Verdad es una Persona, no una idea. Y nuestra verdad es también personal: lo que somos ante Dios.

En su emotivo relato, el periodista de la RAI Alberto Michelini cuenta que el trato con Navarro-Valls le cambió la vida: le hizo descubrir el espíritu de santificación del trabajo profesional. A Michelini le sorprendía la sintonía perfecta con Juan Pablo II, que permitía al portavoz asumir y transmitir diáfano el mensaje del Papa. Un papa que hablaba también mediante signos, que con frecuencia expresan mejor que las palabras el lenguaje de lo inefable. Juan Pablo II ponía los gestos y el mensaje, y su portavoz les daba cauce, encontraba el momento y el enfoque adecuados para que esa voz fuera escuchada en el mundo. 




Luigi Antolli, periodista de La Republica, asegura que los resultados del trabajo de Navarro aportaron un “retorno de imagen”, en beneficio de la figura del papa y del Vaticano. Convirtió una tradicional “dirección de oficina de prensa” en portavocía de amplio campo, conquistando una libertad de iniciativa desconocida para sus predecesores.

Juan Pablo II apreció su profesionalidad y su estilo nada clerical. Junto a un encanto personal enorme -simpático el comentario que hace al respecto Valentina Alzraki- el secreto de su buena comunicación era un trabajo intenso y sistemático, la valentía y magnanimidad con que se enfrentaba a los problemas de fondo, y su rebeldía institucional para superar las barreras de la burocracia frente a la innovación.



Logró también conectar al papa con los obispos, venciendo la resistencia de la Secretaría de Estado que veía invadida su prerrogativa de canal único con Roma. La iniciativa del VIS -Servicio diario de Información Vaticana, que se emitía puntualmente a las 12:00 cada día y llegaba en directo a obispos y medios católicos de todo el mundo- fue una eficacísima arma de comunicación ideaba por Navarro-Valls para que los obispos no tuvieran que enterarse de las noticias de Roma a través de medios y agencias de noticias que frecuentemente tergiversaban u ocultaban las verdaderas palabras del Papa. La Secretaría de Estado le negó financiación para este proyecto. Pero Navarro no se frenó, y buscó personalmente ayuda de empresarios de todo el mundo.

Respecto a los corresponsales, Navarro sabía que el verdadero patrimonio de un portavoz es la autoridad. Tiene que convertirse en fuente con la mejor información. Si eso no ocurre, los periodistas buscan por su cuenta, y la institución no tiene voz única, sino muchas voces discordantes. De hecho es lo que pasaba en el Vaticano: cada periodista tenía sus fuentes reservadas, que les filtran todo tipo de rumores sin confirmar.




Ezio Mauro, editor jefe de La Republica y antes de la Stampa, dice de él que su alma de periodista le llevaba a comprender instintivamente lo que estaba bien y lo que no en la profesión, “incluso cuando cambió de bando y se convirtió en el director de la oficina de prensa de la Santa Sede, y en vez de hacer preguntas tenía que dar respuestas.” Aporta un lúcido comentario de Navarro sobre los papas que conoció de cerca: “Juan Pablo II era el alma; Benedicto XVI, la razón; Francisco, el corazón.”  Y otro sabroso comentario de Benedicto, cuando Navarro le advirtió sobre imágenes y videos, diciéndole que en el mundo en que vivimos una imagen vale más que mil palabras, Benedicto respondió. “Entonces debemos rezar para que llegue un momento en el que una idea valga más que mil imágenes.” Es una oración que no olvido, comentó Navarro.

Enzio Marchione, Presidente de Ferrari, le describe como ejemplo de mente abierta y modernidad extrema en su forma de ver y de pensar. Estaba convencido de que en el mundo ni hay ni puede haber fronteras. Y por eso impulsó la exportación de los valores de la Universidad de la Santa Cruz, como la humanización de la Medicina o el desarrollo de la innovación periodística puesta al servicio de la comunicación institucional de la Iglesia.


  


Navarro Valls acompañó a san Juan Pablo II en más de 100 viajes por todo el mundo, a 128 países. Atendió a los 400 periodistas acreditados en Roma, y a miles que acudían con motivo de los grandes eventos. Más allá de su papel de comunicador, Juan Pablo II le encomendó misiones diplomáticas especiales, como las conversaciones con Fidel Castro para aclarar las condiciones del histórico viaje del papa a Cuba, o la representación del Vaticano en varias cumbres mundiales de la ONU en las que su papel fue valiente y determinante.

Lo cuenta con precisión Janne Halland. Supo enfrentarse a Al Gore, Vicepresidente de los Estados Unidos, que con engaños trataba de imponer la mal llamada “salud reproductiva”, que no era otra cosa que el control de natalidad y el aborto en países emergentes, como fórmula de protección de las sociedades opulentas. La delegación vaticana tuvo que librar batallas en solitario para oponerse al nuevo orden mundial que intentaba imponer la ONU, que pretendía difuminar el concepto de familia y redefinir el de derechos humanos, como forma de imponer, entre otros males, el aborto.


El poder del papa no es político, sino moral. Haaland hace un interesante comentario en el que llama la atención sobre la fácil amabilidad con la que muchos cristianos sucumben a la tentación de rendirse a los poderosos, que omiten defender la fe y guardan silencio por cobardía. Se necesita coraje y valentía para luchar con lo que está mal, y apoyar lo que es verdad. Es lo que hizo Navarro-Valls.

Yago de laCierva, que fue redactor jefe del VIS, encabeza su testimonio con el significativo título de “Jefe y mentor”. Hay tres ideas, dice, que resaltan en lo que aprendió de Navarro:

1) comunicación no es evangelización. Es en todo caso su avanzadilla. Las argumentaciones del portavoz de una institución eclesial, que se pone en relación con la sociedad en general, no pueden basarse en el Catecismo. Deben participar en la dialéctica de la opinión pública tal y como es, siguiendo las reglas de todas las instituciones en plano de igualdad. Sólo así se le aceptará como una institución legítima y creíble.
2) no hay que tener miedo a presentar el mensaje de modo inequívoco, no callarse al explicar los puntos de fe o de moral cristianos que pueden no ser aceptados por ciertos sectores sociales: si hay críticas, son la confirmación de que el mensaje llegó.
3) hay que llevar la iniciativa. Ese era el motivo de tantos viajes y eventos organizados por el Papa: son ocasiones para lanzar mensajes sin esperar a ser interpelados.




Daniela Petroff, de Time y Asociated Press, cuenta que sabía aconsejar como médico. Tiene grabado su estimulante consejo, cuando se encontraba desolada por haber  perdido una hija en el atentado terrorista de Fiumicino: “Recuerda que todo esto es parte de tu autobiografía.”


Todos los testimonios destacan, junto a su profesionalidad, rasgos de una rica personalidad como la independencia, la valentía y la lealtad. Rasgos todos ellos muy unidos a otro esencial: su nulo deseo de hacer carrera en la curia. Cuando tras 22 años dejó su puesto de portavoz por voluntad propia, durante el pontificado de Benedicto XVI, eludió aceptar cualquier cargo en la Santa Sede. Yago de la Cierva  aporta también otro dato relevante: no quiso editar sus memorias porque no quería hablar mal de nadie.

Janne Haland resalta también su discreción, su deseo de no llamar la atención y pasar desapercibido. Manifestado en detalles como que no quiso que se supiera de su enfermedad, pues era consciente de que atraería el interés del periodismo católico. Rehuía todo protagonismo. Era “un soldado de Cristo, un hombre en misión, ocupado en hacer el bien trabajando bien.” Puso su profesión al servicio del papa y del bien común, sin encerrarse en una ambiente cómodo, y sin caer en la ingenuidad ante las malas intenciones y el juego sucio de otros.

Muy interesantes las ideas entorno a la importancia de la benevolencia en el mundo. El título de su última conferencia -¿Puede la benevolencia cambiar el mundo?- habla de la magnanimidad de su vida. Navarro no se conformaba con hacer algunas cosas buenas. Apuntaba a mejorar el mundo, como debe hacer todo hombre de bien, todo cristiano.

Con motivo del 25 aniversario del pontificado de Juan Pablo II, fue invitado a pronunciar una conferencia en la embajada de Italia. Describió  el cuarto de siglo de Wojtyla como un “enorme psicoanálisis colectivo de nuestro tiempo, en busca de un Dios removido y enterrado en el inconsciente de la modernidad. Porque si la verdad está dentro de mí, debe explotar tarde o temprano. No puedo rechazarla. De lo contrario, me rechazaría a mí mismo.”





        Un libro de lectura amena y reconfortante, que al paso ayuda a conocer mejor una etapa muy determinante del pontificado romano y aporta luces novedosas sobre el papel de la comunicación institucional  en la Iglesia. 



martes, 14 de mayo de 2019

Un perfil de Guadalupe Ortiz de Landázuri



Artículo publicado en el periódico Levante-EMV el viernes 10 de mayo de 2019. 



El próximo 18 de mayo tendrá lugar en Madrid la beatificación de la primera fiel laica del Opus Dei: Guadalupe Ortiz de Landázuri. Una química e investigadora que también ha dejado huella  en València, donde es muy conocida y querida entre la gente cercana a la Obra.

La investigadora enamorada de Dios

Es una mujer de nuestro tiempo, que hasta hace poco ha transitado por nuestras calles.  Intrépida desde niña: la única mujer en el aula de aquel  instituto de los años 30 en Tetuán, capaz de retar a sus compañeros a ver quién se bebe el tintero, y ella gana el reto. 

Apasionada por la química, una de las cinco únicas mujeres en el aula universitaria de Madrid, cuando la ciencia era rara avis entre las mujeres.

Independiente, trabaja como profesora de química en cuanto acaba la carrera. De cabeza científica, emprende investigaciones para la industria y para facilitar la vida a los demás: el empleo como material refractario de las cenizas de la cáscara del arroz, o el tratamiento de las nuevas telas que produce la industria textil. Sus investigaciones la traen a Valencia en diversas ocasiones, la última en 1973, como ponente de un congreso sobre el textil.

Sabe perdonar desde el minuto cero, y perdona a quienes fusilan a su padre (no hace falta mencionar el bando, que eso forma parte del perdón), y es capaz de hacer nacer la amistad entre personas que piensan diferente. 

Enamorada de Dios, desde que, joven profesora, inesperadamente, siente el flechazo de la gracia en su corazón: “para ti tengo otros planes”, oye en su interior cuando está pensando en su próxima boda.

Valiente, se lanza a comenzar el trabajo apostólico del Opus Dei en México cuando se lo pide su fundador, sin más medios que su propio ingenio y trabajo. Alegre y con un optimismo a prueba de bomba, capaz de capear las pequeñas o grandes tragedias de la vida cotidiana,  y levantar el ánimo a sus compañeras. “Y yo tan contenta” es su lema.

Mujer de gobierno, trabaja junto a san Josemaría en la sede central del Opus Dei en Roma, anticipando el deseo actual de la Iglesia de promover la misión de la mujer laica a puestos de responsabilidad de la estructura eclesiástica.

Con profundo sentido social, le apasiona enseñar y mejorar la cultura de las personas que tiene cerca. Nada más llegar a México promueve un centro rural  en una hacienda en ruinas desde la revolución mexicana: Montefalco. Trabaja con sus propias manos en el desescombro, con sustos de serpientes pitón y una picadura de alacrán que está a punto de anticipar su muerte. Hoy esa vieja hacienda es un centro de formación profesional que ha mejorado la vida a miles de personas.

Mujer fuerte, las fiebres cogidas en Tetuán y la picadura del alacrán en México han deteriorado su corazón, pero nadie lo nota, no se queja. Los médicos se asombran, cuando la revisan al final de su vida, de que con semejante estado de corazón haya sido capaz de mantener ese ritmo vital, con una sonrisa. Y es que es un corazón enamorado.

Es el perfil de GuadalupeOrtiz. El papa Francisco acaba de aprobar un milagro atribuido a su intercesión, y va a ser beatificada el 18 de mayo. No es un acto de homenaje, que no lo necesita. Es una propuesta de modelo cercano para nuestra vida corriente. Y una propuesta de amistad y ayuda, porque los santos están ahí para ayudarnos en nuestros pequeños y grandes  vaivenes de la vida.




Jesús Acerete

Puede leerse también aquí.