Mostrando entradas con la etiqueta capitalismo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta capitalismo. Mostrar todas las entradas

jueves, 15 de marzo de 2012

G.K.Chesterton, mi amigo. W.R. Titterton




G.K.Chesterton, mi amigo. W.R.Titterton. Ed Rialp


Amigo y colaborador de G.K. en varias de sus empresas periodísticas, Titterton escribe en caliente y a vuela pluma, con el corazón partido, la primera semblanza del genial polemista, al que tanto admiraba. 

Más que una biografía, estamos ante un conjunto de recuerdos en los que desea resaltar la gran humanidad y la agudeza intelectual de su amigo, al que considera un santo. 

Se percibe la influencia de G.K. tanto en el estilo como en el fondo de lo que escribe, pues por momentos no se sabe si lo que escribe es suyo o de su amigo. Enlaza entre los recuerdos muchas de las frases luminosas de G.K., en un intento de pintar su perfil intelectual antes de que fuera desdibujado por la historia o por sus enemigos. 

Le impresiona la huella católica en su personalidad y  en su obra, y especialmente en su opción por el distributismo, como tercera vía para una sociedad realmente justa: “El comunismo es un vástago del capitalismo. El distributismo es la idea católica”. 

Afirma que en medio de sus bromas e ironías, que podrían darle imagen de superficialidad, había una constante tensión en defensa del catolicismo

Del mismo modo, su imagen de amigo de la cerveza y de las tabernas –que tanto gustaba glosar a sus enemigos- era una falsa percepción: G.K. disfrutaba no tanto de la cerveza como de la charla jovial compartida en amigable camaradería en las tabernas; los que sí consumían alcohol eran muchos de sus detractores, que bebían a solas y se escandalizaban –¿o sentían envidia?- de sus largas y divertidas tertulias de taberna.

Páginas con algunos pasajes o ideas sugerentes:

69. Belloc: “No hay nada que de sentido al cansancio de vivir, salvo la risa y el amor de los amigos”: en eso coincidía con G.K.
Creemos en Dios firmemente (…) pero solo una o dos veces en la vida somos conscientes de Él (…): como quien ve de refilón a Alguien que desaparece a la vuelta de la esquina. Como si Dios, al pasar, se volviese para sonreírnos. Esa ráfaga nos llega a todos de cuando en cuando.

71: El mundo es a la vez milagrosamente hermoso e interesante, y monstruosamente feo y repulsivo… ¿Cómo odiarlo hasta el punto de querer cambiarlo, y al mismo tiempo amarlo hasta el punto de q merezca la pena cambiarlo? ¿Es posible contemplar su colosal hermosura sin estar conforme? ¿Su mal colosal sin desesperar?

En “Ortodoxia” cuenta q los filósofos escépticos le ayudaron mucho, le salvaron de la herejía. Atacaban la fe por toda clase de motivos contradictorios: demasiado alegre y demasiado triste, vehemente y suave, exuberante y ascética… Y se dio cuenta de q las herejías no eran mentiras, sino pedacitos desgajados de su contexto e inflados. 

Es como decir “el mundo es bello, dejemos las cosas como están”. Pero eso es ignorar q el mal existe. Hay que decir “Hágase tu voluntad” y también “líbranos del mal”.

81: capitalismo y socialismo son tiranías parecidas, y la 2ª es hija de la 1ª.

91: era alegre, porque le gustaba la gente y le gustaba estar con la gente; y porque a pesar de la pena, daba gracias a Dios por estar vivo en este mundo tan maravilloso.

92: tenía ideas claras, y la mente clara como el cristal, y un poder de razonamiento tan potente y suave como un Rolls Royce.

99: la línea (de cierto periódico) consistía en sacar de contexto un trocito de verdad e inflarlo.

El nacionalismo es una herejía tan verdadera que es peligrosa, a menos que quede equilibrada por la idea católica (que significa universal). Pero el equilibrio significa la muerte de la doctrina nacionalista.

166: buen director (de periódico) es el que distingue lo importante entre las noticias del día, y lo comenta con conocimiento amplio, juicio seguro, honestidad inexpugnable y valor sin límites.

168: siempre se decía que su dolor no era nada en comparación con el Dolor del Huerto. Su angustia no era nada en comparación con la Angustia del Árbol. Para él la religión era la única realidad candente de la vida.


J.A. 15-3-2012