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viernes, 3 de marzo de 2023

Grandes interpretaciones de la historia



Grandes interpretaciones de la historia. Luis Suárez Fernández. Ed. Eunsa.

 

        El historiador Luis Suárez nos ofrece en esta obra un análisis profundo acerca de la percepción histórica y la forma de interpretar los hechos pasados en las diversas culturas de la humanidad, desde la antigüedad hasta nuestros días.

Si la primera concepción de la historia se encuentra en los poemas de Homero, La Odisea y La Ilíada, probablemente debemos a san Agustín una de las primeras intuiciones acerca del sentido de la historia y del tiempo, al percibir la tensión que provoca en el espíritu del hombre la memoria del pasado, la vivencia del presente y la expectación del futuro.

El historiador holandés Johan Huizinga considera que la historia es la forma en que una cultura se rinde cuentas de su pasado. Y que la tarea del historiador consiste no tanto en el estudio objetivo del pasado, como en el conocimiento del presente a través del pasado. En la medida en que este presente cambia, cambian también las preguntas que el hombre formula a su pasado.

Por eso, señala Luis Suárez, casi cada generación necesita rehacer su historia, pues las respuestas dadas por las generaciones que la precedieron ya no satisfacen a los nuevos interrogantes que se plantean. El historiador selecciona, de todos los hechos acontecidos, cierto tipo de hechos, a los que llama “históricos”, que son los que han promovido consecuencias que se reflejan en el conjunto evolutivo de la Humanidad.

Además, del conjunto de los “hechos históricos”, elige solamente los que se relacionan específicamente con su trabajo. Y orienta las investigaciones en el sentido que marcan las tendencias de su propio tiempo: el historiador se sitúa subjetivamente (es necesario) en su propio tiempo.

        La historia trata de entrelazar presente y pasado para someterlos a un orden lógico unitario, explicando el presente por el pasado y el pasado por el presente. Sirve para el autoconocimiento del hombre; sin ella, faltaría en la conciencia científica una dimensión humana esencial: la del tiempo.

        La historia universal es el ámbito en que se mueven las varias culturas, contemporáneas y progresivas; su movimiento constituye sin embargo un proceso único en el sentido de que por medio de él van alcanzando los hombres su libertad –entendida no en el aspecto político, sino en el científico de dominio cada vez más perfecto de la Naturaleza- al mismo tiempo que su unidad.

En las décadas recientes estamos asistiendo al fenómeno de que los hechos históricos se producen a escala mundial; es decir, el hecho histórico está empezando a ser universal. El universalismo es término de llegada más que puro planteamiento científico.

        Luis Suárez señala dos modos de entender la historia:

a) lineal ascensional: la humanidad tiene objetivos exteriores a ella que alcanzar; es común a:

        -providencialismo agustiniano: Dios, supremo motor de la historia, conduce a la humanidad hacia el Reino que no es de este mundo (porque donde Dios quiere reinar es en los corazones…)

        -marxismo: suprime a Dios y su providencia, considerando la meta como un Reino de plenitud humana instalado en el futuro;

        -positivismo: sustituye providencia por progreso, situado fuera de la mente humana; los hombres se dirigen al futuro iluminados por el brillo fulgurante del saber.

b) cíclica: formulada por primera vez por Polibio al constatar el sucederse de regímenes políticos: se cumple en cada cultura; resulta compatible con la concepción lineal de progreso cuando se relacionan unas culturas con otras, ya que ninguna parte de cero, sino de cierto grado de evolución colectiva que sirve de plataforma. En época reciente, coinciden en esta interpretación cíclica las formulaciones de Hegel, Splenger y Toynbee.

Al analizar con detenimiento cada una de esas interpretaciones, Suárez nos ofrece también un ámbito para la reflexión -y revisión quizá- sobre los contenidos esenciales de nuestra particular percepción histórica. ¿Los hemos adquirido de fuentes fiables? ¿O albergamos prejuicios sobre hechos, personajes o culturas? Es notorio el interés de ámbitos de poder, a escala local y global, por ofrecernos visiones sesgadas de la historia, sin otra razón que favorecer sus intereses de dominio económico o político.

Es saludable caer en la cuenta de que la historia se interpreta desde el presente, y que por eso mismo está expuesta no sólo a puntos de vista cambiantes, sino también a falseamientos y manipulaciones de quienes pretenden alcanzar un control ideológico del pueblo. Un ciudadano responsable debe estar atento a quién y cómo formula esas “nuevas interpretaciones”, para no caer víctima del engaño.

El profesor y académico Luis Suárez ha realizado un excelente trabajo científico como historiador, y lo demuestra en cada uno de sus numerosos ensayos, muy recomendables todos ellos: Historia de España Antigua y Medieval, La política internacional de Isabel la Católica, Los Reyes Católicos: el camino hacia Europa, Franco y la Iglesia, etc.

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