viernes, 7 de agosto de 2020

Historia de la Iglesia en Valencia

Historia de la Iglesia en Valencia. Vicente Castell Maiques

    

Cripta de san Vicente Mártir

    Riguroso trabajo de investigación histórica del canónigo de la catedral de Valencia y doctor en teología Vicente Castell. Contextualiza los hitos más significativos de la historia del cristianismo en la capital del Turia. La lectura resulta amena e instructiva.

    Todo bautizado debería conocer cómo ha llegado hasta él la fe cristiana. Para los nacidos en el reino de Valencia, tierra que muy pronto acogió la semilla cristiana, este libro ayuda a conocer y amar las vidas de tantos miles de hombres y mujeres, la mayor parte desconocidos para nosotros pero no para Dios, que con su vida cristiana ejemplar lograron construir una sociedad más humana.  

Procesión de san Vicente Mártir, patrón de Valencia


    
A través de quienes nos han precedido surcan el tiempo las raíces de nuestra fe hasta llegar a su fuente originaria: aquellos cristianos de primera hora (marinos, comerciantes, pescadores, soldados…) a quienes las circunstancias les condujeron hasta aquí y trajeron con ellos la semilla del Evangelio, aprendida de los discípulos de los Apóstoles, que a su vez  la habían recibido del mismo Jesucristo, Dios encarnado.

    Conocer nuestra historia es una manifestación de agradecimiento a la Providencia por  el legado recibido, y también de agradecimiento a quienes con su vida –heroica en tantos casos- hicieron posible que el legado no se desvirtuase. 

    La Iglesia está compuesta por hombres y mujeres frágiles y vulnerables, por pecadores. "Apártate de mí, Señor, que soy un hombre pecador", dijo san Pedro a Jesús. Pero sobre esa vulnerabilidad ha querido su Fundador edificar su Iglesia, de la que Él Cabeza. Y a esa familia de hombres y mujeres pecadores y vulnerables ha prometido su asistencia hasta el fin de los tiempos. 

    Asomarse a la historia de la Iglesia es asomarse a la acción de Dios entre nosotros. Una acción divina que se manifiesta, entre otras cosas, en que, aun en los momentos de mayor crisis, nunca han faltado hombres y mujeres de vida santa que, aún sabiéndose pecadores, se han mantenido fieles y han dedicado su vida a embellecer el mundo con la savia del Evangelio y el mandamiento del amor.

    Acercarnos a la verdad histórica nos permite también conocer los errores de personajes poco ejemplares, que con su actuación incoherente han desvirtuado la verdad evangélica. Hay que conocer esos hechos lamentables para no caer en los mismos errores.

    Como en todo grupo humano, en los cristianos hay errores y pecados, y la Iglesia es la primera en reconocerlo. Pero es de justicia ponerlos en su contexto, sin juzgar desde la mentalidad actual, que es un error que el buen historiador no comete. 

    Con frecuencia se lanzan versiones falseadas de acontecimientos  en los que intervinieron cristianos, o se juzgan perversamente sus intenciones, con la única finalidad de desacreditar la enseñanza del Evangelio. Se miente sobre la Iglesia para alejar a la gente de ella. Se ha hecho desde antiguo.

    Ya lo hacía en el siglo II el filósofo griego Celso, preocupado por el creciente grupo de seguidores de Cristo que se negaban a reconocer las divinidades de cada nación. Los cristianos adoraban a un Dios que no era nacional, sino universal. Eso a Celso le parecía peligrosamente  revolucionario,  porque ponía en cuestión el sistema mundial establecido: cada nación tiene su dios, y no es buen ciudadano -decía- quien no adora y ofrece sacrificios al dios de su nación: sea César, el Emperador, Zeus, Zaratrusta o Júpiter. 


Emperadores romanos divinizados

    Para conservar el sistema establecido era preciso denigrar y desacreditar ante el pueblo a esos "peligrosos" cristianos, que se negaban a adorar a dioses falsos. Eso suponía una amenza para el sistema dominante. 

    No es muy distinto ahora el origen de algunos ataques contra la Iglesia o sus instituciones: un cristiano coherente se resiste a adorar a los dioses del sistema actual: el Mercado, la Crápula, el Placer... En el fondo, como ha dicho el filósofo Alejandro Llano, "El diablo es conservador", y teme la revolución cristiana.

    Por eso no debería extrañarnos que a lo largo de la historia algunos hayan arrojado en el camino de la Iglesia "leyendas negras", que actúan como  la cizaña que “el  enemigo” siembra en el campo de trigo bueno de Dios.

    Es penosa también la falta de sentido crítico de no pocos cristianos, que dan por ciertas esas mentiras, o verdades a medias, sin tomarse la molestia de acudir a fuentes fidedignas. 

    Eso es este trabajo de Vicente Castell: una fuente a la que acudir para conocer el verdadero rostro de la Iglesia, libre de las mentiras con que han intentado ocultarlo. Y comprobar que a pesar de los errores y pecados de sus fieles, y de las falseades y calumnias de sus enemigos, la Iglesia permanece bella y resplandeciente, porque es de Dios. La historia real es la mejor apología del catolicismo.

    Muy oportuna la frase de Gregorio Mayans, el erudito historiador de Oliva: “Si hoi entablasse yo mis estudios, me aplicaría de propósito a la Historia Eclesiástica para servir a Dios y a la su Iglesia.


Anoto varias fechas significativas extraídas del libro, con algún comentario personal:


Valencia romana. La espina del circo atravesaba la actual iglesia de san Juan del Hospital


138 a. C.: fundación de Valencia por los romanos, sobre una fortaleza ibérica anterior.

Los primeros cristianos debieron llegar por los puertos mediterráneos. Hay un silencio de fuentes durante los 3 primeros siglos de la era cristiana.

250 d.C.: bajo el emperador Decio, el número de cristianos en el mundo era de unos 3 millones. A principios del siglo IV eran 6 millones. Ese aumento llevó a cierta relajación de costumbres, no entre los fieles sino sobre todo entre entre algunos clérigos y jerarquía.

304/305 d.C.: martirio del diácono san Vicente, bajo la persecución del emperador Diocleciano. Fue traído prisionero desde Zaragoza, probablemente porque en Valencia había menos cristianos que en Zaragoza y sería más fácil la ejecución. Su sepulcro en Valencia dio aliento a la primitiva comunidad cristiana valentina y atrajo peregrinos de otros lugares.



                       Cárcel y cripta de san Vicente, en el corazón de Valencia


El martirio de san Vicente es el primer testimonio textual histórico que no permite dudar de la presencia cristiana en Valencia. El establecimiento de la jerarquía, con el primer obispo valenciano, debió tener lugar en el siglo V.

409 d.C.: entran en la península ibérica vándalos, suevos y alanos.

415 d.C.: entran los visigodos (Ataúlfo) y se establecen en Tolosa y la Aquitania. Los visigodos se funden con los nativos.

476 d.C.: cae el imperio romano. De hecho ya había un reino visigodo en Tolosa, constituído de derecho con el rey Eurico en el 466 d.C.

568 d.C: el rey Leovigildo impone a los católicos de Valencia obispos arrianos.

589 d.C: conversión al catolicismo del rey Recaredo, de  su corte y de todos los obispos arrianos, en el primer concilio de Toledo: es la fecha más trascendental para la historia del catolicismo español.

711 d.C.: invasión árabe de España tras la batalla de Guadalete.

713 d.C.: Valencia queda incorporada al islam. La mayoría de los cristianos fueron obligados a  convertirse. Quedó una minoría mozárabe, cada vez menor. 



1094 d.C.: El Cid Campeador conquista Valencia.

1102 d.C.: cae de nuevo Valencia en poder musulmán.

1180 d.C.: martirio de Bernardo, María y Gracia, hijos del emir de Carlet, que se habían convertido al catolicismo al pasar por el monasterio cisterciense de Poblet (Tarragona) fundado poco antes, en 1151.

1230 d.C. aprox: martirio (probablemente en la actual plaza de la Reina) del sacerdote Juan de Perusa y del hermano Pedro de Saxoferrato, franciscanos; habían venido del reino de Aragón para anunciar la fe cristiana a los musulmanes.

9-X-1238: el Rey don Jaime conquista Valencia y se celebra la primera misa en la ciudad tras la reconquista, en uno de los laterales de lo que hoy es la catedral de Valencia. Fue construida en los siglos XIII y XIV, sobre los restos de un antiguo templo romano que más tarde fue catedral visigótica y que los musulmanes habían convertido en mezquita.

catedral de Valencia

El número de mozárabes era muy escaso en el reino. La repoblación por catalanes y aragoneses fue lenta, y comenzaron ocupando las poblaciones del norte abandonadas por los musulmanes. En 1270 el número de habitantes del reino era de unos 130.000, de los cuales apenas 30.000 mozárabes y el resto árabes. Hasta finales del siglo XV los cristianos valencianos no fueron mayoría. Hacia 1483 el reino contaba con unos  300.000 habitantes, mitad cristianos y mitad musulmanes. Sólo a finales del XVI, cuando se llegó a los 500.000 habitantes los cristianos superaron a los musulmanes. En 1609 tuvo lugar la expulsión de 130.000 moriscos, tras fracasar los intentos de integración social.  Era obispo san Juan de Ribera. Hubo también motivos de seguridad  nacional, por la connivencia de poblados musulmanes con piratas y corsarios turcos que asaltaban y sembraban el terror en pueblos de las costas valencianas.

1238: el rey don Jaime hace donación de una mezquita y su terreno adyacente a los caballeros hospitalarios de la Orden de san Juan de Jerusalén que le acompañaron en la conquista de Valencia. Se erige una capilla dedicada a su patrono, san Juan Bautista, se establece un hospital, y se comienza a edificar la actual iglesia de san Juan del Hospital. 


capilla del Rey don Jaime, en la iglesia de san Juan del Hospital

Ya en 1243 el clero de san Juan salía con cruz alzada, por cuya observancia se le concedió el privilegio de preceder a las demás parroquias de la ciudad en las procesiones. En la capilla de la Purísima de esta iglesia estuvo radicada la parroquia castrense. Y en 1645 se estableció la fundación del Oratorio, para difundir la Comunión frecuente, el culto a la Eucaristía y la oración mental. En el siglo XVIII la iglesia de san Juan del Hospital tenía 12 sacerdotes beneficiados de la orden de san Juan de Jerusalén, sin territorio de parroquia, y este clero precedía a todas las parroquias de la ciudad en las procesiones. Con la desamortización de las órdenes militares en 1850, la iglesia fue abandonada y destinada a otros usos, sufriendo diversos saqueos e incendios que la dejaron en estado de ruina y estuvo a punto de ser derribada. Un decreto de 1943 la preservó del derribo, aunque no de convertirse en cine de barrio durante varios años. En 1966 el obispo de la diócesis pidió a sacerdotes del Opus Dei que se hicieran cargo de restaurarla para devolverla al culto. Hoy es una de las iglesias más bellas de Valencia, aunque aún prosiguen los trabajos de recuperación de las huellas históricas en el conjunto monumental. 

1348: año de la peste negra, que produjo una grave  crisis económica y una relajación de la disciplina de religiosos y clero. De los 640 dominicos que había en el reino de Aragón quedaron 130. En Valencia se sufrió un fuerte debilitamiento de la vida religiosa a lo largo del siglo XIV. Además de la peste se sufrieron las consecuencias de la guerra de los Cien Años y del gran cisma de Occidente. Muchos religiosos, dedicados a los estudios y la investigación, se apartaron lentamente de la evangelización directa del pueblo. La crisis afectó especialmente a los dominicos, que por su prestigio habían penetrado en la curia pontificia y en la corte y vivían en situación de privilegio.

1350: nace san Vicente Ferrer (+1419), de padres oriundos de Gerona. Tenía una amplia cultura y un influjo carismático en el pueblo.


San Vicent Ferrer, el santo de la calle del Mar

1347/1380 Santa Catalina de Siena.

1372: se celebra en Valencia la primera procesión del Corpus Christi, la Festa Grossa o Fiesta Mayor del Cap y Casal.

Solemne Procesión del Corpus


1378: es elegido Urbano VI por presiones y amenazas del populacho romano. Comienza el cisma de Occidente, que dura hasta 1429.

s. XV: esplendor demográfico, económico y cultural de Valencia, unido a un profundo hundimiento espiritual. Es el siglo de Luis Vives, Ausias March, Joanot Martorell y Micer Mascó.


Luis Vives, humanista valenciano

1414: se funda la Cofradía de Nuestra Señora de los Desamparados.


Nuestra Señora de los Desamparados y los santos Inocentes

1429: Primer Borja obispo de Valencia, aunque nunca estuvo presente. Durante 80 años se suceden obispos de la misma familia, siempre ausentes de la sede. Esa ausencia fue trágica, porque cundió el mal ejemplo entre párrocos y beneficiados, que llegaron a alquilar sus prebendas.

1437: es traído el Santo Cáliz desde san Juan de la Peña (Huesca)

Capilla del Santo Cáliz, en la catedral de Valencia


1474: se imprimen Les trobes en lahors de la Verge María, primera obra literaria impresa en España, con la mayor parte de los poemas en valenciano

1478: los Reyes Católicos establecen la Inquisición, con jurisdicción independiente de los obispos y sometida a la corona. La anterior inquisición procedía del siglo XIII y tuvo una actividad muy escasa.

1480: nace el Venerable Agnesio, que fue beneficiado de la catedral. Describe con crudeza la lamentable situación del clero, y pone en guardia a Sto Tomás de Villanueva (1544), animándole en su labor de reconstrucción de la diócesis. La clase sacerdotal estaba muy desacreditada porque abundaban los casos de baja moral.

S XVI: decadencia y burocratización del clero: pingües beneficios (diezmos y primicias, rentas…) permitían una existencia acomodada. Tenían escasa formación, no predicaban, algunos alardeaban de dotes declamatorias nada  convincentes. Abundaban pendencias y moral relajada, se unían a revueltas, como en el caso de las Germanías. Es una época de absentismo clerical que se extiende hasta el Concilio de Trento: los obispos abandonan las diócesis, los canónigos las catedrales, los sacerdotes las parroquias y los religiosos los conventos. La parte más sana fue el pueblo. 

1510: nace en Gandía san Francisco de Borja.

Palacio Ducal de Gandía


1519: Carlos I aprueba las Germanías, organización armada de los gremios contra los corsarios turcos.

1520: guerra de las Germanías. Tuvo su origen en la lucha de los gremios contra los musulmanes y los nobles que les protegían porque cultivaban sus tierras. Los gremios estaban hartos de las devastadoras  razias turcas apoyadas por los musulmanes que vivían en el reino de Valencia. Cesa la guerra en 1523.

1525: graves sucesos en la sierra de Espadán, donde se hicieron fuertes grupos armados de moriscos que asolaron durante meses las aldeas cristianas de la zona. Sucedió también en Benaguacil.

1544: toma posesión Sto Tomás de Villanueva, el obispo santo que precisaba la renovación de la diócesis. Visitó todas las parroquias, impuso la obligación de residir a los párrocos y de vestir el traje talar. Les prohibió dedicarse a negocios e impuso penas graves a las inmoralidades. Prohibió celebrar a sacerdotes sin licencia y puso freno a la venta de indulgencias.

1545/1563: concilio de Trento

1568: toma posesión como obispo de Valencia san Juan de Ribera, el santo Patriarca. Continúa la reforma y aplica las directrices del concilio de Trento, consiguiendo una profunda renovación del clero. Hombre de estudio y gobierno y buen pastor, se distinguió por su profundo amor a la Eucaristía. A él se debe en buena parte la larga tradición de sacerdotes valencianos sabios y piadosos, que tienen la Santa Misa en el centro de sus vidas y la celebran con profunda devoción.  Estableció disposiciones para dignificar el culto divino; por ejemplo que nadie se acercase al sacerdote durante la celebración de la Santa Misa.


Colegio del Patriarca

Iglesia del Patriarca san Juan de Ribera

San Juan de Ribera se estrelló en los intentos de evangelización de los moriscos, y pudo comprobar que los pocos que se convertían solían fingir. Lejos de integrarse, la comunidad musulmana soñaba con volver a dominar políticamente la situación del país, y sus costumbres provocaban continuas tensiones sociales. Cuando llegó a evidenciarse el entendimiento de los moriscos con los piratas  musulmanes que devastaban las costas, los reyes de España temieron seriamente por la seguridad del Reino si los moros se alzaban en armas ayudados por los turcos.

1609: Felipe II  decreta la expulsión de todos los moriscos que no se hubiesen convertido, con la aprobación de San Juan de Ribera. La expulsión supuso un gran alivio para la tranquilidad ciudadana y para la recuperación de costumbres cristianas. Pero también supuso un grave descenso de población y un hundimiento económico, que no se recuperó hasta finales de siglo. Hasta 1750 Valencia no volvió a tener el mismo número de habitantes.

1647: peste bubónica, muere el 25% de la población.

1650/1700 depresión económica, bandolerismo y segunda guerra de las Germanías, por enfrentamiento entre señores y vasallos que se negaban a pagar tributos.

1707: el 25 de abril Felipe V, borbón, derrota al archiduque Carlos de Austria en la batalla de Almansa. Valencia, que había apoyado al archiduque, pierde sus fueros. Para tener dominada la capital se construye la Ciudadela en un extremo de la muralla, junto al río Turia (fue derribada en 1901).

Derribo de la Ciudadela de Valencia en 1901


1713: fin de la guerra de Sucesión con el tratado de Utrecht. Se instaura en España el absolutismo centralizado, que acelera el proceso de pérdida del valenciano como lengua, llegando a finales del siglo XVIII a su extinción casi total. Como en el resto de la sociedad, en la Iglesia decae el uso del valenciano. La castellanización avanza progresivamente durante más de dos siglos, favorecida por el centralismo político, por la comercialización del libro y por la repoblación con gentes de otras tierras tras la expulsión de los moriscos. No fueron los clérigos regulares quienes introdujeron el castellano, como falsamente se ha dicho.

1767: expulsión de los jesuitas de España.

1773: el Papa extingue la Compañía de Jesús. En 1814 fueron restaurados y regresan.

1790: fundación del seminario diocesano. Desde 1550 existían diversas fundaciones de colegios mayores para la formación de sacerdotes (de la Presentación, de la Asunción…)

1793: revueltas contra los franceses de la ciudad, porque no querían acoger a sus compatriotas que huían de la revolución francesa.

1808: guerra de la Independencia contra los franceses y en defensa de la religión: fue un levantamiento popular.

1812: cae Valencia en manos de los franceses. Aunque el arzobispo de Valencia, Company, les era hostil, ofreció su colaboración a cambio de que se frenara el saqueo de Valencia, que se garantizara el culto en los templos y que no se establecieran logias masónicas. Lo consiguió en parte, pero no pudo evitar que muchos sacerdotes abandonaran las parroquias y se alistaran en la guerrilla.

1813: el gobierno afrancesado suprime las órdenes religiosas. Con la expulsión de los frailes se extendió el pillaje de los conventos abandonados, con graves pérdidas. Se produjeron numerosas secularizaciones, sobre todo de regulares, que llevaron una vida poco ejemplar y produjeron escándalos en las parroquias.

1820: pronunciamiento del liberal Riego. El nuevo capitán general, masón, ejecuta a su antecesor, el general Elio. Se establece el Trienio liberal. Comienza la Desamortización de bienes eclesiásticos, que fue en realidad un verdadero expolio y supuso la ruina de gran parte del patrimonio artístico-religioso valenciano.  Desaparecen entre otros los monasterios de Santa María de Valldigna, cisterciense; Santa María de la Murta, de los Jerónimos; san Miguel de los Reyes, San Vicente de la Roqueta y Santa Mónica.

Bastantes clérigos participaron con entusiasmo en la vida política del Trienio liberal. Muchos fueron diputados, se afiliaron a sectas secretas y a los comuneros. Bastantes fueron considerados masones, y aparecieron en listas del Archivo Secreto Vaticano.

1823: restauración absolutista.

1833: muere Fernando VII. Primera guerra carlista, de Carlos de Borbón contra Isabel II, hija de Fernando VII.

1835/1848: trece años de sede episcopal vacante. En la vida política se impone el liberalismo anticlerical.

1840: se cierra el seminario.

1868: revolución “Gloriosa”, que destrona a Isabel II. En Valencia se forma una Junta presidida por Peris y Valero, que siguiendo la política de Madrid ordena la demolición de templos y la expulsión de los jesuitas. En diversas ciudades de España se cometen graves atropellos: robos sacrílegos, fusilamientos de imágenes, vejaciones a eclesiásticos.

1873: Primera República. Movimiento cantonalista republicano en Valencia y Alcoy.

A lo largo del siglo XIX se produce un lento y progresivo descrédito del clero, especialmente en los ambientes intelectuales: abundaban los clérigos mediocres, sin formación teológica, cuyos sermones, en lugar de edificar, escandalizaban o provocaban hilaridad, porque carecían de doctrina y estaban cargados de política o de retórica vacía, con dramatismo declamatorio y excesos verbales. Desconocían la predicación encaminada a instruir al pueblo en las verdades de la fe y en la corrección de costumbres. Se produjo el alejamiento del sacramento de la confesión, por el mal ejemplo del clero o la imprudencia en materia moral. Abundaba la suciedad y el abandono en las iglesias. El clero no cumplía las rúbricas en las celebraciones litúrgicas…

1876: se aprueba la presencia legal de otras religiones.

1882: los liberales comienzan la lucha con el catecismo católico en la escuela.

1885: obra social y movimiento obrero del padre Vicent, jesuita. Encíclica Rerum Novarum de León XIII.

1902: Alfonso XIII. El blasquismo valenciano, cargado de anticlericalismo,  continúa su ascensión y su influjo en las masas populares.

1903: san Pío X comienza la renovación pastoral y litúrgica.

1931: Segunda República. Alfonso XIII se exilia. Asaltos e incendios de templos y conventos por parte de las masas, dirigidas por masones. Se suprime la dotación económica del clero y culto, que en realidad era una restitución simbólica por los bienes sustraídos a la Iglesia durante las desamortizaciones, y un reconocimiento del Estado a la actuación benéfica y social de la Iglesia en favor del pueblo español.

16 de febrero de 1936: victoria de las izquierdas en las elecciones. La convivencia pacífica se hace muy difícil, pues se incita a la destrucción y venganza sobre todo lo que significara derecha o tuviera contenido religioso. Se producen incendios, saqueos y expulsión de sacerdotes de las parroquias.

20 de abril de 1936: aunque no se cita en el libro, menciono el primer viaje de san Josemaría Escrivá a Valencia. Había fundado el Opus Dei en 1928 ("un querer de Dios para el mundo", explicaba) y se entrevista con monseñor Lauzarica con vistas a comenzar su labor apostólica en nuestra tierra.


san Josemaría Escrivá con el beato Álvaro del Portillo en los Viveros

18 de julio de 1936: guerra civil. El autor analiza las causas de la persecución religiosa durante la guerra civil. Aporta datos para concluir que el comunismo y sus adláteres ideológicos y sindicales desencadenaron la más cruel persecución religiosa que ha conocido la historia de España. Casi todas las víctimas fueron torturadas y asesinadas fundamentalmente por motivos religiosos, porque eran sacerdotes o sencillamente católicos coherentes. No es de recibo, añade,  tratar de explicar la persecución religiosa como mero resentimiento social contra el clero: las razones políticas o sociales, como las venganzas, quedaron relegadas a segundo plano. Además, los sacerdotes valencianos y la mayor parte de los católicos asesinados eran tan pobres como sus propios asesinos. El odio contra la religión católica, hábilmente instigado y azuzado por algunos dirigentes, es lo que movió a asesinar a gente tan del pueblo como sus asesinos. Miles alcanzaron así la palma del martirio.

Una vez más "la sangre de los mártires fue semilla de cristianos."

san Juan Pablo II venera el Santo Cáliz en la catedral de Valencia

 

En 1982 san Juan Pablo II ordena sacerdotes en la Alameda de Valencia


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