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miércoles, 3 de marzo de 2021

Lo efímero y la moda

 




El imperio de lo efímero. La moda y su destino en las sociedades modernas. Gilles Lipovetsky. Ed. Anagrama

 

El filósofo y sociólogo francés G. Lipovetsky nos ofrece en este libro un largo y brillante estudio acerca del devenir de la moda y su influencia en los estilos de vida, desde los comienzos de la historia hasta nuestros días. Concluye que la lógica efímera de la moda parece haberse impuesto hoy en todos los ámbitos del existir y razonar de los hombres.

 

Aunque parecen discutibles algunas de sus valoraciones, sin duda acierta en la descripción de situaciones de facto. Así, observa que “el desarrollo del razonamiento individual pasa cada vez menos por el diálogo o discusión entre personas privadas, y cada vez más por el consumo y los canales seductores de la información.”


     Se echan en falta, a mi juicio, propuestas de sendas de salida hacia una sociedad más humana, quizá porque no considera que sea esa su misión.

 

La aparición del gusto por las novedades

 

Señala Lipovetsky que se puede hablar de la existencia de un sistema de moda sólo cuando el gusto por las novedades llega a ser un principio constante y regular, como exigencia cultural autónoma, y no sólo como curiosidad hacia lo exterior.

 

Ese principio constante surge en la humanidad en el Occidente de finales de la Edad Media, hacia el siglo XIV. Es entonces cuando se impone un vestido radicalmente nuevo, distinto para cada sexo: para el hombre, jubón y calzones ceñidos; mientras que para la mujer sigue el traje largo que venía siendo tradicional para ambos sexos, pero ahora mucho más ajustado y escotado, resaltando los atributos de la feminidad.

 

Esa conmoción indumentaria, afirma, se produjo en algún lugar de Europa y se extendió por todo el continente entre 1340 y 1350. A partir de ese momento, las variaciones de la apariencia comienzan a ser mucho más frecuentes, extravagantes y arbitrarias.

 

Moda flexible

 

En nuestros días, señala, el público ya es autónomo frente a la idea de tendencia. Ha caído el poder de los modelos prestigiosos. Se ha perdido la radicalidad de la frontera entre lo pasado de moda y lo que está de moda, que han pasado a ser conceptos difusos. Ahora son posibles todas las longitudes y anchuras.

 

Esa moda flexible se ha convertido en uno de los rasgos de nuestro estilo de vida, junto a la alergia a la violencia y a la crudeza, la sensibilidad hacia los animales, la importancia de escuchar al otro, la educación comprensiva, el apaciguamiento de los conflictos sociales… Se aceptan casi todas las opiniones y se juzga cada vez menos al otro en función de una norma oficial.

 

Vulgaridad y distinción

 

El motivo de la moda, a su juicio, nunca se ha identificado del todo con la búsqueda de distinción social. Siempre ha tenido un componente fuerte de afán de novedades y el deseo de manifestar la individualidad estética.

 

En nuestros días persiste un código de diferenciación social, que se manifiesta por ejemplo en que los artículos de lujo nunca han pasado por crisis. Pero ahora ya no se busca tanto el consumo como vía de reconocimiento social. Se busca sobre todo placer, bienestar, funcionalidad, culto al cuerpo, embriaguez de novedades.  

 

Pienso que viene aquí a propósito lo que ha señalado el profesor García-Maiquez: ser distinguido no indica necesariamente afán de marcar distancias con los demás, porque una persona distinguida es sobre todo la que se esfuerza por distanciarse de lo peor de sí mismo, y fruto de su lucha va construyendo una personalidad atractiva, tanto en el cuerpo como en el alma.

 

       Otro pensador español, Javier Gomá Lanzón, ha señalado en esa misma línea que Ortega y Gasset estaba equivocado al hablar de masas como sinónimo de vulgaridad insuperable. No existen las masas, sino ciudadanos, cada uno en lucha consigo mismo para salir de la vulgaridad y alcanzar la excelencia.

 

Se trata de uno de los retos que tienen educadores, legisladores y gobernantes, y también los profesionales de la moda: cada persona es digna de respeto y consideración, y de esa dignidad debe aparecer revestida en todas las dimensiones de su vida.

 

Lipovestky constata que si bien es cierto que una minoría busca el exceso de extravagancia en el vestir, crece una mayoría que prefiere la discreción, que está menos preocupada por la originalidad que por el confort, la “elegancia difuminada” y la soltura.

 

La moda es una sofisticada puesta en escena del cuerpo

 

Resta importancia Lipovestky a la influencia social de operaciones publicitarias engañosas. No debe preocuparnos, afirma, que la publicidad logre convertir en éxito de ventas una porquería literaria: esa lectura no tendrá repercusión intelectual, su huella se borrará con el siguiente bestseller. Gran venta, nula repercusión intelectual.

 

Los efectos mediáticos son epidérmicos, afirma. No tienen la fuerza que les solemos otorgar: de aniquilar la reflexión, la búsqueda de la verdad, la comparación y la interrogación personal… Sólo tienen poder en el tiempo efímero de la moda. A lo sumo amplificará valores que no son tales, o retrasará el reconocimiento de los verdaderos valores.

 

Es una visión esperanzada, aunque quizá podríamos añadir que retrasar el reconocimiento de los verdaderos valores no es poco daño. Lo que debería ser normal en la sociedad es la contribución de todos a la generación de ambientes que faciliten el encuentro con los verdaderos valores. Entre otras razones porque sin valores no es posible que subsista largamente un sistema democrático, que está basado precisamente en un conjunto de valores comunes compartidos.

 

Por otra parte, la exposición constante de millones de ciudadanos a esos “efectos mediáticos epidérmicos” no deja de producir una inquietante sensación de estar ante un riesgo serio de estulticia generalizada.

 

La moda es la magia de la apariencia, y la publicidad el sortilegio de la comunicación.

 

La publicidad dominante hoy consiste en inteligencia creativa al servicio de lo superficial. No seduce al homo "sicoanalista", sino al homo ludens: se trata de una superficialidad lúdica, algo irónica, transgresora con límites, que juega al equívoco simpático, y que desarrolla toda su capacidad creativa para lograr el sueño de todo publicista: retener al público con una imagen positiva y original de sus productos.

 

Ese estilo creativo de la publicidad ha impuesto una lógica por la que todos afirman ahora la dimensión artística de su trabajo: los empresarios de ropa se autodenominan creativos, estilistas los peluqueros, los artesanos se consideran artistas, deportistas famosos dan su opinión sobre cualquier cosa como si fueran expertos…

 

La publicidad intenta explotar la tendencia natural al bienestar y a la novedad. Es interesante el contraste que señala con las técnicas de propaganda del totalitarismo político, que pretende transformar no la tendencia natural, sino la propia naturaleza humana, "como si se tratara de una materia amorfa y moldeable ilimitadamente por el Estado.

 

La publicidad ha engendrado a gran escala lo que denomina el deseo moda, un deseo estructurado igual que la moda. Ha desculpabilizado el acto de comprar, ha cambiado la ética del ahorro, el consumo se ha convertido para muchos en una “práctica ligera, que ha asimilado la legitimidad de lo efímero y la renovación permanente.”

 

La publicidad ha creado un ambiente que obliga a decir la verdad sin aburrir y con elegancia

 

Ese ambiente dominado por la publicidad ha creado un estilo de persuasión en el que ya no es suficiente decir la verdad: ahora es preciso decirla sin aburrir, con elegancia, imaginación y buen humor. Es un tema clave para la comunicación actual, y sin duda un reto atractivo para cualquier comunicador: expresar la verdad con belleza, porque de hecho verdad y belleza son inseparables.

 

La cultura de la evasión es el nuevo opio del pueblo, para olvidar la monotonía de la vida cotidiana. La necesidad fundamental que sustenta el consumo cultural hoy es la evasión. Para retener su atención es obligado distraerle. 

 

La cultura mediática tiene el poder de hacer olvidar la realidad y entreabrir un campo ilimitado de proyecciones, ofreciendo como espectáculo lo que la vida real nos niega. Pero esa cultura “favorece las actitudes pasivas, embota la capacidad de iniciativa, desalienta las actitudes militantes, y consigue integrarnos fácilmente en el sistema burocrático y capitalista, desposeídos de nosotros mismos.” Y eso que cuando Lipovetsky escribía esto, en 1987, apenas había comenzado internet…

 

El llamado “reino de la moda total”, que se ha instalado en la sociedad, pasando de la moda al estilo de vida, tiene también muchos rasgos favorables: quizá es menos firme, pero es más receptivo a la crítica; es menos estable, pero más tolerante; menos seguro de sí, pero más abierto a la diferencia, a la argumentación del otro; no le valen ortodoxias, contempla opiniones… 

 

Un buen libro para quienes se dedican a la moda y a la publicidad, y que hará pensar en busca de buenas ideas a cuantos están interesados en la comunicación y en mejorar el mundo.

 

 

 

 

jueves, 20 de febrero de 2020

Irene Kyamummi, Premio Harambee 2020


Que ningún niño muera por falta de asistencia sanitaria

Homenaje de profesionales valencianas a la doctora ugandesa Irene Kyamummi, Premio Harambee 2020


Profesionales de diversos sectores ofrecerán el jueves en Valencia un homenaje a la doctora ugandesa Irene Kyamummi,  que ha recibido el Premio Harambee 2020 a la Promoción e Igualdad de la Mujer Africana por su trabajo en zonas deprimidas de Kenya y Uganda.

                             



Formada en la universidad de Makerere de Kampala, la doctora Kyamummi ha trabajado durante más de 10 años en el proyecto CHEP, que presta asistencia sanitaria a niños de los suburbios de Nairobi (Kenya). Ahora comienza a desarrollar ese proyecto en los slums de Kampala (Uganda).

Junto a cuidados médicos a los niños, el programa facilita formación y habilidades para el desarrollo  profesional especialmente  a chicas jóvenes y madres de barrios marginales. Más de 5.000 niños y sus familias se han beneficiado hasta ahora de este programa.

Ante el éxito de su trabajo en Nairobi, Kyamummi ha regresado a Uganda para desarrollar el proyecto CHEP en los suburbios de Kampala.


“He comprobado en Kenya –señala la doctora Kyamummi- que es posible salvar la vida de miles de niños, prestándoles un mínimo de atención socio-sanitaria a la que no tienen acceso. A veces sólo hay que hablar con las madres para darles nociones de higiene y alimentación, y así se logra que tengan unas condiciones de vida más saludables. Les hacemos chequeos para desparasitarles y detectar posibles anemias u otras enfermedades propias de los niños.”

“En Uganda muchos niños mueren de enfermedades gastrointestinales,  que en realidad serían de fácil curación si dispusieran de ese mínimo de atención sanitaria. Ya he hablado con muchos colegas de mi país, que están dispuestos a dedicar parte de su tiempo a atender solidariamente a los niños más desfavorecidos. Sólo me falta conseguir un pequeño terreno para construir una pequeña clínica donde atenderlos.”


Proyecto CHEP

El proyecto CHEP (Child’s  Health Program)  responde a uno de los objetivos del milenio: “que ningún niño muera por falta de asistencia sanitaria.” Casi el 50% de los niños que viven en los suburbios de las grandes ciudades africanas mueren antes de llegar a los 10 años por no contar con cuidados médicos. Probablemente salvarían su vida si en esa etapa contasen con asistencia sanitaria.




La doctora Kyamummi puso en marcha el programa CHEP en la Kimlea Clinic, en el área de Lumuru, suburbio de Nairobi. Kimlea es una labor social en la que colabora personal sanitario voluntario. Para el funcionamiento sólo necesitan 5 € por niño y año. Con 50 € se puede dotar a un niño de un seguro médico que les permite recibir asistencia sanitaria durante los diez primeros años de su vida. Reciben tres chequeos anuales, que permiten detectar enfermedades antes de que se cronifiquen. Cuando es necesario, el niño recibe también atención hospitalaria.

Kyamummi impartirá también un seminario dirigido a estudiantes de nutrición, enfermería y medicina de la UCV, para dar a conocer las condiciones en que se desarrolla su trabajo y los resultados obtenidos en la población.


Harambee-ONGD en Valencia


La psiquiatra valenciana Elena Colomina lidera la ONG Harambee  en Valencia.  Explica que “Harambee en swahili significa “todos a una”, es la expresión que se usa en África cuando un proyecto necesita la ayuda de todos. Harambee desarrolla su actividad gracias a la colaboración desinteresada de muchos voluntarios y donantes.”



Desde su nacimiento en 2002, con motivo de la canonización del fundador del Opus Dei, Harambee-ONGD ha colaborado en la puesta en marcha y financiación de más de 100 proyectos (de alfabetización, sanidad, educación, promoción y liderazgo de la mujer, concienciación de la opinión pública…) en 22 países del África subsahariana.

Harambee-ONGD apoya proyectos sostenibles llevados a cabo por africanos comprometidos con el desarrollo de sus propios países.

La mayoría de los proyectos educativos que apoya están dirigidos a la mujer, porque las mujeres en África constituyen el sector más vulnerable de la población. Aunque el papel de la mujer es esencial para el sostenimiento de la familia africana, sin embargo su formación apenas se valora. Muchos de los proyectos de Harambee tienen como finalidad abrir horizontes profesionales a las mujeres africanas.



Entre los proyectos llevados a cabo por los voluntarios de Harambee en Valencia destaca Diseños que cambian vidas, en el que diseñadores valencianos consiguen becas para que chicas de Costa de Marfil y Togo puedan realizar estudios de Corte y Confección. Se realizan en colaboración con la Fundación COSO para el Desarrollo de la Comunicación y la Sociedad.






















lunes, 26 de agosto de 2019

Flores para la señora Harris


Flores para la señora Harris. Paul Gallico



La señora Harris es una simpática y tenaz señora de la limpieza londinense, viuda, que un buen día, al abrir el armario de una de sus clientas para ordenarlo, siente el flechazo de un deslumbrante vestido de Christian Dior.

“Se vio frente a un tipo nuevo de belleza: una belleza artificial, creada por la mano de un hombre y un artista, pero artera y directamente dirigida al corazón de la mujer (…) Una explosión de satén y tafetán carmesí, adornado con grandes lazos rojos y una enorme flor también roja… Dejó de moverse, como si se hubiera quedado sin habla, porque en toda su vida nunca había visto algo tan emocionante ni tan bonito… En ese instante nació en su interior el deseo de tener un vestido semejante.”

Con fino sentido del humor, el relato nos sumerge en las peripecias de la señora Harris, que con indudable tesón británico y frente a todo pronóstico logra viajar a Paris -al Paris de los años 50, cuando viajar era todavía un lujo- y entrar en el inaccesible mundo de la alta costura, del exuberante pase de colecciones exclusivas en las  dependencias de Cristian Dior. Un mundo reservado a las grandes fortunas se despliega ante ella en el 30 de la Avenue Montaigne.



La trama, bien llevada, da giros insospechados, y lo que parecía una divertida forma de penetrar en ambientes exquisitos acaba mostrándonos el verdadero lugar que corresponde a la moda, por detrás en la escala de valores humanos. Y la sufrida señora Harris hace grandes descubrimientos: el más importante, que a la gente se la debe querer por lo que es y no por lo que aparenta. Y descubre también la frustración a la que conduce todo deseo vanidoso, y el orden que nunca debe falta en nuestras prioridades.

Este relato de humor, cargado de valores humanos, tuvo tal éxito en su momento que Gallico se sintió obligado a escribir otras dos novelas con la señora Harris de protagonista.


miércoles, 10 de abril de 2019

Diseño y arquitectura. Una mirada a África con Harambee


Una mirada a África desde la arquitectura y el diseño



África puede inspirar valores a los creativos de la arquitectura y el diseño en los países más desarrollados.

Es la conclusión de otra de las sugerentes tertulias de la Fundación Coso en torno a su iniciativa Diseñosque cambian vidas, a favor de la ONG Harambee.

El marco no podía ser más idóneo: la sede del Colegio de Arquitectos de Valencia.




En ameno diálogo de Amparo Ferrando con Ricardo Moreno, profesor de la Escuela Superior de Arte y Diseño de Valencia, y Macarena Gea, conocida arquitecta muy seguida en las redes sociales, se resaltó la irrepetible personalidad de África (Kapuchinski), capaz de atrapar el corazón de cuantos la visitan. Atrapa porque esconde unos valores que enamoran.




La imponente belleza y la fuerza de sus paisajes naturales, que se transmite como por encanto en la alegría de vivir de los africanos, en los fulgurantes colores de sus vestidos, en la apertura a la luz de su estilo de vida.

La serenidad de sus movimientos, en armonía con la naturaleza, que parece transmitir un ritmo más pausado,  más humano, alejado de nuestra estresante prisa que conduce a ninguna parte. 

Un estilo sereno de vida que invita a la interioridad y a la reflexión, a elevar la mente al Creador, a hablar con calma con amigos y seres queridos, a contar bajo las estrellas historias de familia, sin prisa.



La generosidad y espíritu de colaboración, aún en medio de condiciones de escasez y de pobreza. Una solidaridad que viven tantos africanos que, una vez formados, regresan a su país para contribuir al desarrollo de su tierra, trabajando para construir sociedades más justas y libres de corrupción y de guerras.



De ese sentido de cooperación solidaria participa la ONG Harambee (que significa todos a una). En la tertulia se anunció un nuevo proyecto de Harambee: conseguir 100 becas de estudio para que universitarias africanas puedan realizar estancias de especialización en universidades prestigiosas europeas, durante al menos los próximos diez años.

Ha sido una iniciativa del comité organizador de la beatificación de Guadalupe Ortiz, química española que realizó una gran labor de promoción de la mujer en aspectos educativos y científicos, y será la primera laica del Opus Dei beatificada. Van a colaborar tanto los asistentes a la beatificación como todas las personas que lo deseen, a través del Proyecto Becas Guadalupe





Una tertulia magnífica, en la que estuvieron presentes muchas diseñadoras que participaron en el reciente Premio del Desfile Diseños que Cambian Vidas, y entre ellas su ganadora, Lydia Herrero.

Sus preciosos diseños, artísticamente presentados por el equipo de CosoModa, Amparo Ferrando y Macu Martínez, daban prestancia, luz y color a la sede de los arquitectos valencianos.




martes, 29 de enero de 2019

Premio Harambee Diseños que Cambian Vidas




Una fiesta de arte y solidaridad


El Palacio de la Exposición de Valencia ha acogido un desfile de moda africana, organizado por el equipo de Moda de la Fundación COSO y los voluntarios valencianos de la ONG Harambee, y apoyado por un gran número de especialistas de la moda, el periodismo y la comunicación.







El objetivo no podía ser mejor: conseguir becas para que mujeres africanas puedan seguir estudios de Corte y Confección en su país y alcanzar un futuro profesional para salir del círculo de pobreza que les atenaza.





El desfile ha mostrado a los asistentes las propuestas finalistas de los más de 30 concursantes que se han presentado a la primera edición del Premio Diseños que Cambian Vidas.




Junto al objetivo solidario con África, el certamen busca también reconocer el joven talento de diseñadores de toda España, y se han presentado a la convocatoria estudiantes de escuelas como Cánem, Andrespert, EASD (Escuela Superior de Arte y Diseño de Valencia), Barreira Arte y Diseño,  y  la Escuela de Diseño de la Universidad de Navarra.




La ganadora de esta primera edición, Lidia Herrero Vilches, estudia en la EASD de Valencia, y se alzó con el galardón con su colección Garab, una colorida propuesta inspirada en valores propios de la mujer africana, como la valentía y la reciedumbre, la capacidad y la competencia. Recias como sus árboles, que eso significa Garab.





Para esta primera edición, Fundación COSO y Harambee  han contado con un jurado técnico  de primer nivel, que ha sido responsable de dar seguimiento a todo el proceso de producción de las propuestas de los diseñadores. Las diseñadoras Presen Rodríguez y Dolores Cortés, el Presidente del Gremio de Sastres y Modistos Fran Tronchena, el migrólogo Papa Bala Ndong, la figurinista Elena Regadera y la periodista experta en moda, Susana Golf.





Todos ellos se dieron cita en un evento que contó con más de 300 asistentes, y con destacados representantes del mundo de la política, la moda, la música y el arte. El Palacio de la Exposición lucía como en sus mejores días.


Inspiración por África

El desfile de moda africana y la entrega del galardón estuvo amenizado por XelaV, una cantante profesional de la prestigiosa Escuela de Música Berklee, que puso voz a una pieza musical que ha sido creada en exclusiva para este certamen y para Harambee, por Javier García, de CEO de Oongaku.  

Una pieza muy expresiva: “Many dreams we have… We trust in Harambee.”




Este es el original inglés:

Many dreams we have
Theirs are not the same
This is about living
This is about chance

We believe in people
We trust in Harambee
Every good action
It's cause we got the faith

Flying high
sharing hope          
that’s the magic around Harambee

Designs with soul
for Africa
That’s why all of us love Harambee


Flying high
sharing hope          
that’s the magic around Harambee

Designs with soul
for Africa
That’s why all of us love Harambee





 ("Tenemos muchos sueños,
los suyos no son los mismos.
Esto va sobre vivir,
esto va de oportunidades.

Creemos en las personas,
confiamos en Harambee.
Cada buena acción
es porque tenemos fe.

Volando alto
compartiendo esperanza
esa es la magia que rodea a Harambee

Diseños con alma
para África
Por esto amamos a Harambee


Volando alto
compartiendo esperanza
esa es la magia que rodea a Harambee

Diseños con alma
para África
Por esto amamos a Harambee.)





Sí, son sueños de volar alto y dar oportunidades de una vida más digna a miles y miles de africanos. Los proyectos de Harambee han cambiado ya la vida a millares de personas en África, pero es poco comparado con las necesidades y con nuestros sueños de un desarrollo sostenible que convierta todo el continente en un lugar idóneo para realizarse como seres humanos.



Admira el corazón grande de tanta gente buena que ha hecho posible el evento. Y  su profesionalidad. La maravillosa sala noble del Palacio de La Exposición de la capital del Turia desbordaba luz y color, alegría y arte, buen hacer y deseo de ayudar. Y todo “por amor al arte”, esta vez con toda la propiedad y con el sentido más digno de la expresión.  Altruismo y entusiasmo, que eso significa Harambee. El objetivo lo merece. 






A los ya citados hay que añadir la generosa y entregada colaboración de la Escuela de Danza de Torrent, encargada de abrir el espectáculo con un recital de bailes artísticos y coloridos; la Escuela de Modelos de Carmen Durán; la Escuela de Maquillaje Let’s Make UpSchool; y tantos voluntarios y colaboradores de Harambee.  



El Premio ha sido patrocinado por el Instituto de Dermatología y Medicina Estética, IVADE, y ha contado con la colaboración especial del Ayuntamiento de Valencia y Neus Fabregas, concejal de Desarrollo y Cooperación.


En la pasarela, los más de 300 asistentes pudieron disfrutar de las creaciones de Cinthya Cubillo, Joaquín Fuster, Juanma Monrós, Lara Ruiz, Cristina Balaguer, Alba García, Maite Juaristi, Lidia Herrero, Eva Lahuerta, María de Belén Aznar, Miriam Turiel y Germán Carmona.




También hubo un recuerdo especial para el diseñador Elio Berhanyer, Premio Nacional de Moda de 2011 recientemente fallecido y que colaboró con COSO Moda en sus inicios.





Becas para el futuro




Con los donativos de la entrada al desfile, Harambee podrá enviar becas para que niñas africanas puedan formarse profesionalmente en Corte y Confección en la Escuela del  Centro Rural Ilomba, de Costa de Marfil. En los tres años que Diseños que Cambian Vidas lleva en funcionamiento, se han conseguido 70 becas para fomentar la formación profesional de la mujer y proporcionarles un futuro más allá del campo y el cuidado familiar.




Harambee es un proyecto internacional de comunicación y solidaridad con África, a través de la cooperación directa con los africanos y de la sensibilización en el resto del mundo. Apoya proyectos educativos y sanitarios en países del África subsahariana, especialmente los relacionados con la promoción y empoderamiento de la mujer. Ya ha atendido cerca de un centenar de proyectos, en más de veinte países, de los que se benefician millares de personas.











Un proyecto así no puede dejar de abrirse camino cada día en más corazones generosos de aquí, y cada día cambiar el horizonte vital de más personas en África. Soñemos juntos: Harambee.





Las fotografías son de Isabel Solano. Y este video fantástico de María Huguet: