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martes, 11 de agosto de 2020

Historia del leer

Breve historia del leer. Charles Van Doren



 

    El libro de J.K. Rowling (n. 1965) había sido rechazado ya por 12 editoriales. Cuando,  sin mucho ánimo ofreció su obra a la número 13, el presidente de la editorial lo aceptó al comprobar que su hija pequeña leía de un tirón la primera parte y reclamaba la segunda. Nacía Harry Potter.

 

    El último libro de la serie que transcurre en el Colegio Hogwards vendió 250.000 ejemplares en las 24 horas siguientes a su lanzamiento. Hoy Rowling es la escritora más rica de la historia. Ha vendido más de 8 millones de ejemplares, creando con detalle “un mundo en el que destaca la inquietante presencia del mal, la emoción de la magia y sobre todo la hermosa valentía de Harry, su coraje para hacer frente al señor del mal aun a riesgo de su vida.”

 

    Sin duda este comentario sobre la historia y contenido de Harry Potter nos pone en la pista de por qué una lectura podría ser interesante o no.  Para comprender una obra literaria conviene saber algo de la vida de su autor y de las circunstancias que rodearon la publicación. 


    Además, son tantos los miles de títulos existentes que nos conviene la orientación de algún experto de confianza, que nos diga cuáles han sido a su juicio los autores y títulos más significativos e influyentes, para bien o para mal, y por qué.

 

    Es lo que nos ofrece Charles van Doren, especialista en literatura e historia del pensamiento contemporáneo, en esta obra magistral: un repaso a los autores y títulos a su juicio más determinantes desde que el hombre comenzó a escribir, comenzando por Homero y su Ilíada hasta Arturo Pérez Reverte y su capitán Alatriste, pasando por La República de Platón, la Poética de Aristóteles, las Confesiones de san Agustín, La Divina Comedia de Dante, Los Pensamientos de Pascal, Guerra y Paz de Leon Tolstoi, los Principios de Psicología de William James, la Rebelión en la granja de George Orwell o El espía que surgió del frío, de Jhon Le Carré

 

    El trabajo consta de un total de 182 entradas, expuestas en orden cronológico, que incluyen todos los estilos literarios. El libro concluye con una propuesta de plan de lecturas a 10 años.

 

    Lectura recomendable, tanto por el panorama “a vista de pájaro” que ofrece, como por el buen juicio y sentido común de sus valoraciones. Para leer y saborear con calma.

 

    Algunas anotaciones muy parciales de dos de sus comentarios, que pueden resultar indicativas del resto:

 

    Alexander Solzhenistsyn (1918-2008): una muestra clara de cómo la historia personal del autor da la clave de valoración e interpretación del libro. El intelectual ruso fue deportado a Siberia y condenado a trabajos forzados solo por el hecho de haber criticado a Stalin en una carta privada. Un día en la vida de Ivan Denisovich es un relato de sus propias y terribles experiencias en Siberia, haciendo trabajos cuya única utilidad era el castigo físico, a 13 grados bajo cero. A pesar de su situación logró escribir en secreto el relato y sacarlo al exterior de la Unión Soviética. Se publicó en 1962. En El primer círculo describe con maestría el sistema de delación y desconfianza en que consiste el comunismo, que crea una atmósfera irrespirable y acaba por hacer imposible la convivencia. Este libro le valió el Nobel de Literatura.


    La lectura de Alexander S. plantea la gran pregunta: "¿cómo es posible que tanta gente haya aceptado voluntariamente ese terror impuesto por esos terribles tiranos que fueron Hitler, Mao o Stalin, y les sigan aclamando en nuestros días?"

 

    René Descartes (s. XVII), agudo y rebelde, pero inventor de una estructura de conocimiento sesgada, porque descarta el saber que procede de la intuición, de la experiencia o del sentido común, tan importante como el saber científico. Sus seguidores extendieron el prejuicio de que sólo es valioso el conocimiento al que se puede aplicar el método geométrico, y ese grave error ha supuesto el languidecer de las humanidades hasta nuestros días. Pero tenemos remedio para ese fatal sistema cartesiano: “podemos aplicarle su método, y dudar de él a tope.

 

 

 

 

miércoles, 13 de marzo de 2019

Rebelión en la granja


Rebelión en la granja. George Orwell (1903-1950)



Hay autores que saben mirar a su alrededor con ojos libres, y extraen una predicción sabia del futuro al observar con sentido común la evolución de los acontecimientos y las políticas de los gobernantes. George Orwell ha sido  uno de los más preclaros en tiempos recientes. Tanto Rebelión en la granja, escrita en 1945,  como 1984, publicada en 1949, son dos avisos a sus coetáneos, y a la posteridad, para que sean conscientes de lo que se les viene encima si se dejan embaucar por la retórica ideológica.


G. Orwell nació en la India, en el seno de una acomodada familia de funcionarios británicos. Estudió en Eton, pero renunció a un futuro cómodo porque le disgustaba e inquietaba el papel de Inglaterra en el Imperio británico. Se hizo socialista. A los 35 años, en 1938, vino a España para luchar en la guerracivil en el bando republicano. Y como tantos jóvenes que lucharon junto a los comunistas contra las tropas de Franco, se convirtió en un acérrimo anticomunista. Como escribe Charles van Doren,  al igual que otros, sintió que los comunistas habían traicionado la revolución española, y nunca se lo perdonó, ni a ellos ni a la Unión Soviética, de la que procedían principalmente.”

                                               George Orwell

Rebelión en la Granja es una de las mejores fábulas políticas que se han escrito. Orwell vuelca en ella su experiencia en la guerra civil española, su ilusión inicial y su pronto desengaño. Los animales se rebelan contra el granjero. Quieren gobernar por ellos mismos, al grito de “todos los animales son iguales”. La frase queda  grabada a la vista de todos, como expresión de la nueva revolución que traerá la igualdad y la felicidad soñadas para siempre.


Pero enseguida los cerdos, al parecer más inteligentes, empiezan a ser los que toman las decisiones, mientras a los demás les toca trabajar y obedecer. Hasta que una buena mañana los animales descubren, perplejos, que alguien ha completado la frase bandera de la revolución: “…pero algunos son más iguales que otros.


La distorsión del lenguaje ha caracterizado a todas las tiranías de nuestro tiempo. Y las sigue caracterizando. Esa retórica sentenciosa de los cerdos es la retórica de los políticos y manipuladores de la historia y la cultura.


Orwell la trata magistralmente también en otro de sus libros premonitorios: 1984.  Publicado en 1949, anticipa el control tiránico, sutil y omnipotente, del Gran Hermano, que vigila permanentemente para que nadie disienta –¡¡ni de pensamiento!!- de la ideología oficial.





El Gran Hermano impone su neolengua, en la que las palabras se emplean para mentir, y no para decir la verdad. Y como el poder tiránico del Gran Hermano no entiende de bromas ni está dispuesto a veleidades, crea un cuerpo de policía especial, la Policía del Pensamiento para controlar hasta las palabras que empleamos (¡¡ay del que las pronuncie!!). Y, por supuesto, hasta el sexo: una fuerza y un poder demasiado importante como para dejarlo en manos de personas libres. El Gran Hermano mete también ahí sus pezuñas.


Orwell vió venir ese encarcelamiento de las libertades, y nos advirtió con tiempo. Son tiempos de no dejarse embaucar, y para ello fortalecer el sentido crítico ante lo que nos intentan vender los embaucadores de turno. Y resistir a ciertas censuras. Si queremos vivir en libertad, claro.

P/D: vean por ejemplo esto