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jueves, 25 de marzo de 2021

El manifiesto negro o el poder de la desinformación

 


El manifiesto Negro. Frederick Forsyth. Ed de Bolsillo.

 

Interesante y larga novela de acción y espionaje, publicada en 1996, que el autor sitúa en una futura Rusia de finales del siglo XX y comienzos del XXI. Campan a sus anchas por todo el país bandas mafiosas, casi siempre dirigidas por ex miembros del KGB, con auténticos ejércitos paramilitares a su servicio.

 

En esa situación caótica ha surgido un partido de corte ultranacionalista e ideología nazi, que tiene planes secretos para convertir de nuevo a Rusia en un totalitarismo de partido único. El plan incluye resucitar los gulags de Stalin y del comunismo soviético, para encerrar y silenciar a todo el que se atreva a disentir. Y ese partido está a punto de ganar las elecciones democráticamente.

 

Monk, agente de la CIA retirado del servicio, y sir Irvine, antiguo jefe del espionaje británico, ya jubilado pero bien relacionado, actúan extraoficialmente para impedir que el líder de ese partido, Komarov, y su cruel jefe de seguridad, el coronel Grighin, lleven a cabo sus propósitos.

 

La primera parte de la novela es bastante verosímil, la segunda menos creíble. Sin embargo, me parece sugerente la puesta en escena del terrible poder de las técnicas de desinformación, capaces de arruinar el genuino valor democrático de unas elecciones, porque falsean la verdad sobre los contendientes, sus programas y sus verdaderos propósitos. Sin información veraz no hay democracia posible.

 

        Forsyth dedica buena parte de la trama a esa perversión de la democracia, empleada con ignominiosa y desvergonzada normalidad por tantos políticos y directores de comunicación o de campaña en la vida real. Cuando se confunde la capacidad de persuasión con la mentira, y la política con el arte de pronunciar palabras embaucadoras y falsas, el resultado es toda una floración de personajes que hacen del engaño la herramienta más útil para su negocio particular, y convierten el bien común en una palabra tan vacía como mentirosa.

 

En ese ambiente es difícil encontrar hombres de palabra, que dicen verdad y hacen lo que dicen, y por eso se convierten en personas dignas de confianza. Ya solo hay “hombres de palabras”, sofistas especializados en decir muchas palabras que suenen bien a sabiendas de que no piensan cumplirlas. “El director de comunicación del presidente Komarov –escribe Forsyth- era, como muchos políticos y abogados, un hombre de palabras, porque estaba convencido de que no había problemas que estas no pudieran resolver.

 

Pero esa corrupción de la sofística no sucedía sólo en Rusia. Si el sistema de propaganda comunista era especialista en engañar y envenenarla convivencia con sus tácticas, de una manera sutil la desinformación florecía también en Occidente, como describe Forsyth: “Las relaciones públicas, que en Rusia se llamaban propaganda, en USA constituían una industria multimillonaria, capaz de convertir en celebridad al más lerdo, en sabio al más tonto.”

 

La realidad actual, como se ve, no es muy diferente de la que el autor situaba en su novela en el entonces futuro año 2000. Y mueve al lector a abrir los ojos para no dejarse embaucar, y a trabajar para cambiar esos vicios perversos en el mundo de la comunicación, que es el de todos. Porque sin aprecio a la verdad no hay democracia que dure largo tiempo. Un aprecio a la verdad que los ciudadanos deberían hacer valer cada día.

 

 

 

 

jueves, 12 de noviembre de 2020

La golosina visual

 

La golosina visual. Ignacio Ramonet. Ed. Temas de debate       

              


Colección de ensayos entorno a la influencia social del cine, la publicidad y la televisión, con recuerdos históricos del efecto que tuvieron sobre las masas algunas películas y programas para la pequeña pantalla.

 

A pesar del espectacular desarrollo de los medios desde la época a la que se refiere (segunda mitad del siglo XX), en la que la tecnología apenas iniciaba su camino, son interesantes las referencias a las diversas formas de manipulación que por desgracia siempre han tentado a productores y guionistas.

 

Falsificación de noticias en los telediarios o en programas de “información” especial, contenidos y evolución de formatos de los spots televisivos, el cine militante, el tratamiento de la guerra de Vietnam, el sinuoso e influyente mundo de Hollywood, no siempre abierto a la libertad y al pluralismo…

 

Ramonet aporta datos que permiten entender mejor la historia de la comunicación, y ayudan a desarrollar un sano y necesario sentido crítico ante lo que nos intentan vender los medios y las pantallas, presentando como noticia lo que en realidad es una falsedad, o como valor incontestable lo que no es sino imposición ideológica que sutil o burdamente intenta manipular nuestros sentimientos

 

El exponencial desarrollo de la tecnología y las técnicas de persuasión digital, inconcebible a finales del siglo XX, hacen todavía más necesario conocer la historia de la manipulación informativa y cultural. 


Aunque el libro es muy anterior, es significativo  el reciente documental de Netflix El dilema de las redes, que aflora la preocupación de numerosos creadores de plataformas digitales, ante su creciente poder de manipulación y adicción. Son verdaderas atrapa-mentes.

 

En nuestros días, un ciudadano que aspire a no ser engañado por el poder político o mediático necesita ser en cierta medida experto en comunicación, para ejercer ese sano contrapoder que consiste en la capacidad de detectar las manipulaciones.





Una pequeña muestra de algunos datos que aporta Ramonet en su libro:

 

Es interesante por ejemplo conocer el caso de Michael Born,  tristemente famoso por falsificar reportajes que fueron emitidos durante años por el semanario y la cadena televisiva alemana Stern.

 

Dato que también debería conocer el público es el enorme gasto de publicidad de las películas americanas, que alcanza como promedio hasta un 40% del presupuesto de producción.

 

O la vida antes de los avances tecnológicos: antes de que existiera el video, los spots (anuncios publicitarios de corta duración) se hacían en directo:  unos actores irrumpían en el plató en pleno programa informativo, o en mitad de la escena de una obra de teatro, interrumpiendo en vivo el programa que se estaba emitiendo...

 

El manejo del humor en la publicidad: “el spot tiende a hacer reír, porque la risa es la máxima comunicación.”

 

El spot rinde culto al objeto (alimenticio, o de higiene ...) no tanto por los servicios prácticos que puede prestar, sino por la imagen social que de sí mismos puedan llegar a obtener los consumidores: promete bienestar, confort, felicidad y éxito. No venden jabón, sino belleza; no un automóvil, sino prestigio: venden nivel social. En realidad, el arte publicitario consiste en la invención de comunicaciones persuasivas, que no sean verdaderas ni falsas.

 

La publicidad siempre ha intentado nuevas formas persuasivas en el límite de lo ético: “Lo que orienta nuestro trabajo es fabricar mentes”, confesaba el teórico de la publicidad Ernst Dichter.

 

Las técnicas de persuasión no sólo están presentes en la publicidad. También en el cine: las películas venden formas de vivir; la publicidad, productos concretos. Y lo hacen con un alcance que ya en el siglo XX era inusitado: las series de televisión USA han tenido una difusión más universal que la Biblia o el Corán, afirma, cambiando estilos de vida de sociedades enteras.

 

Interesantes comentarios sobre el cine militante, dirigido a la propaganda ideológica. El activista Daniel Cohn-Bendit declaraba que “no podemos plantear una intervención global en la sociedad sin recurrir al cine.” Aunque no siempre los efectos eran los deseados: el cine de ensayo o militante, muy de moda durante unos años en la izquierda cultural, “puede lograr que ver una de sus películas llegue a ser una práctica cultural represiva y asfixiante”, porque nadie tenía valor para abandonar la sala, por no ser tachado de retrógrado...

Sobre este tema, ver también Derecho a la información.

 

 

sábado, 2 de junio de 2012

La tentación de falsificar la historia cuando no conviene


 

Trotsky eliminado


Martín Caparrós, periodista argentino, denuncia en su blog de El País a quienes desde el poder (en este caso en Argentina) intentan reescribir la historia, falsificando o borrando lo que nos les conviene, con métodos similares a los de Stalin.

        Esto dice Martín:

“Nadie recordaría aquella foto de Lenin con Trotsky si Stalin la hubiera hecho publicar con un epígrafe tipo "el exiliado León Trotsky antes de traicionar a la revolución". Pero nos acordamos porque lo que Stalin hizo fue borrar la imagen de Trotsky de la foto: borrarlo de la historia. Por eso aquella foto fue un símbolo de un régimen siniestro. Más allá de los personajes: los procedimientos.

Se pueden discutir lecturas de la historia, interpretaciones de la historia, explicaciones de la historia. Pero no ciertos hechos precisos de la historia. Cambiarlos no se llama discutir: se llama mentir. Y si se tiene poder –el poder de reescribir esa historia desde un diario o un púlpito o un trono–, se llama abuso de poder, autoritarismo, estalinismo, canallada.” 

 


viernes, 25 de mayo de 2012

Más allá de la Iglesia y el IBI




Copio este artículo de Isidro Catela, que pone de manifiesto el discurso torcido de los que reclaman que los templos católicos paguen el IBI.


 UBI CARITAS ET AMOR, Deus ibi est. Aunque lo parezca, no voy a hablarles de la Iglesia y del IBI. Al menos, no por el momento. Lo haré después de traducir la cita latina, para evitar confusión en aquellos que no manejen nuestra lengua madre.


    La popular antífona nos recuerda que «donde hay caridad y amor, allí está Dios». En efecto, ese ibi nada tiene que ver con el Impuesto de Bienes Inmuebles. En aquel caso, significa allí. Cada persona creyente que esté leyendo ahora este artículo puede ponerle distintos nombres y rostros cálidos al frío pronombre de lugar. Mientras los evocan, yo les propongo tres por los que he transitado.


    Encontré caridad y amor en la Catedral de Santiago de Compostela cada vez que crucé el Pórtico de la Gloria, con la mochila al hombro y más de 500 kilómetros acumulados en las piernas y en el corazón.


    Los encuentro en la Eucaristía, a la que conmigo acuden en España más de un millón de personas cada día y cerca de 10 millones cada fin de semana.


    Y los encuentro, también, en el despacho de Cáritas parroquial donde a diario hacen fila, cada vez más gruesa por desgracia, miles de personas a las que se asiste en las más variadas y primarias necesidades.


    «¿Deberían pagar el IBI la Catedral de Santiago, el templo de mi parroquia y su despacho de Cáritas?, ¿no debería pagarlo la Iglesia católica, como hace todo hijo de vecino?», repiten a coro ciertas voces en calculada orquestación que coincide con lo más crudo de los recortes y la crisis que padecemos.


     El primer bulo que hay que desmentir es que «todo hijo de vecino» paga el IBI. No lo pagan, por ejemplo, los partidos políticos, los sindicatos, los locales de la Cruz Roja, las fundaciones, los consulados, las federaciones deportivas, las embajadas, los terrenos de la RENFE, los inmuebles destinados a usos religiosos de las comunidades hebreas, musulmanas o evangélicas, y otras muchas instituciones en virtud de la Ley 49/2002, denominada Ley de Mecenazgo. 


    Con todas ellas, la Iglesia católica comparte el régimen fiscal especial que se concede a entidades sin fines lucrativos, como puede verse en el Título II de la citada Ley. LA LEGÍTIMA pregunta que cabe hacerse es ¿entonces por qué tanta gente piensa que se trata de un privilegio de la Iglesia? ¿Por qué no se cuestiona que deben pagar el IBI, por poner tres ejemplos: UGT, la Federación Española de Fútbol o las mezquitas construidas en España?

    La manipulación de la opinión pública, que cala como lluvia fina, lleva a creer a mucha gente que la Iglesia católica es la única que no paga el IBI y que además no paga ninguna clase de impuestos. Los estrambóticos casos que han ido surgiendo en los últimos días como noticias con cuentagotas desde diferentes ayuntamientos, han querido hacer pasar por novedad algo que en realidad no lo era. La Iglesia ya pagaba el IBI de locales no destinados a un uso religioso (como puede ser por ejemplo un garaje, una floristería o la tienda de dulces de un convento) y, de igual manera, ya pagaba las tasas municipales, sobre las que no existe ningún tipo de exención fiscal.


    Es fácil de entender: por ley, y no como privilegio, sino como exención fiscal compartida con muchas otras instituciones, no se paga el IBI por la Catedral de Burgos, como no lo pagan tampoco por el Museo del Prado, pero se pagan tasas que nada tienen que ver con el mencionado impuesto, como, por ejemplo, las de basura o las correspondientes al vado de una cochera.


    En la misma línea que busca el descrédito general de la Iglesia, se intenta hacer creer que el IBI eclesial supone un porcentaje altísimo sobre el IBI que goza de exención. Sirva como ejemplo para desmentirlo el hecho de que en Madrid, donde están exentos del pago del IBI edificios como el de la SGAE o el del Hotel Palace, podrían recaudarse 109 millones de euros si no existiera exención alguna. Sólo el 5% correspondería a la Iglesia católica.

    Algunos ayuntamientos están contribuyendo a esta ceremonia de la confusión. Saben bien que no está en su mano cobrar el IBI, salvo en los casos excepcionales que hemos citado. Saben que si envían el recibo de un edificio exento por ley, lo más probable es que se lo devuelvan. Y saben también que pueden seguir enviando a las parroquias a todas las personas desesperadas que ellos no atienden por falta de presupuesto, porque en este caso, no se devolverá a nadie y se acogerá a todos, sin pedir el dni ni la partida de bautismo.

     Por eso, conviene recordar que a los argumentos legales expuestos, cabe sumar poderosas razones morales. Parece lógico que se incentive y que se estimule -también fiscalmente- el trabajo de aquéllos que contribuyen con su labor a la configuración de una sociedad mejor. Así se hace en muchos casos. La Iglesia ni tiene ni quiere tener privilegios, pero tampoco ser discriminada.





    Desgastar la imagen pública de una de las instituciones que más está haciendo por la gente que peor lo está pasando en la crisis, solo puede responder a intereses que nada tienen que ver con el bien común. Afortunadamente, esa piel social que es la opinión pública (y la opinión publicada en los medios) no siempre va de la mano con los datos reales. Cada vez más gente llama a las puertas de la Iglesia, pero también, gracias a Dios, cada vez son más los que ayudan a sostener esa puerta, a pintarla, a arreglar las cerraduras y a mantenerla abierta.

    HAY, POR ÚLTIMO, quien dice, aun reconociendo que la Iglesia tiene razón, que no estaría de más que en este caso hiciera un gesto, si se quiere simbólico, y que renunciara voluntariamente a la exención del IBI. No se debe olvidar en este punto que la Iglesia ya está haciendo gestos reales todos los días, que conoce lo que es apretarse el cinturón porque acompaña el caminar de los que sufren. Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas están dando ejemplo de generosidad y entrega. Algunos, para animar a muchos, lo han anunciado y se han rebajado considerablemente su ya de por sí exiguo sueldo. Otros, lo han hecho pero han preferido no darlo a conocer. Todos, en cualquier caso, son conscientes de las dificultades gravísimas, no solo materiales, por las que están pasando muchas personas en estos momentos. ¿A qué viene rasgarse las vestiduras, desde fuera, cuando se escucha que si se contara con menos recursos la actividad de la Iglesia podría verse mermada?

    Que pregunten en esos comedores sociales donde ya se está dando un único plato de comida, porque si siguen dando dos, no llega para todos. Allí, donde hay caridad y amor. La Iglesia ya estaba allí antes de la crisis, antes del IBI y mucho antes de que el IBI se llamara Contribución Territorial Urbana. Ya estaba allí y en esos mismos lugares va a seguir estando, al lado de los nuevos pobres cuando volvamos a ser nuevos ricos.

    Cuantos pertenecemos y amamos a la Iglesia, y todos aquellos de buena voluntad que quieran arrimar el hombro, vamos a seguir construyendo el edificio común. Quienes nos difaman, saben -porque ellos mismos lo experimentan- que responderemos al mal con el bien. Esa que muchos creen nuestra debilidad, es justamente nuestra fortaleza.


Isidro Catela Marcos es director de la Oficina de Información de la Conferencia Episcopal Española.

sábado, 21 de abril de 2012

Una campaña de desinformación contra la Iglesia




Sobre la pedofilia en la Iglesia 

Bruno Mastroianni, 26.03.2110

El debate sobre este tema ha alcanzado tales niveles que requiere reordenar los elementos principales para comprender lo que está pasando.

Teniendo en cuenta los datos y los hechos sobre la pedofilia estamos ante una alarma injustificada. La Iglesia está poniendo los medios de una manera efectiva desde hace tiempo para mejorar la situación.
Los números en los EE.UU.: 54 condenas en 42 años El recuento de los casos de abuso infantil por parte del clero no es para menospreciar, pero para entenderla en su dimensión correcta. Massimo Introvigne, en un artículo publicado en Avvenire
(http://www.documentazione.info/article.php?idsez=41&id=1107 ) ha mostrado algunos datos de EE.UU.. Según el estudio del año 2004 del John Jay College of Criminal Justice, los sacerdotes acusados de efectiva pedofilia en 42 años, fueron 958, 18 por año. Las condenas fueron 54, poco más de una al año (los sacerdotes y religiosos en los Estados Unidos son alrededor de 109.000). Durante el mismo período hubo 6.000 condenas a profesores de gimnasia y entrenadores, declarados culpable de ese delito por tribunales de los EE.UU.

94 casos sospechosos en Alemania sobre un total de 210.000; los problemas de Irlanda son del sistema educativo
En un artículo del periodista Andrea Tornielli (http://www.ilgiornale.it/interni/sulla_pedofilia_ci_aiutino_anche_istituzioni/07-03-2010/articolo-id=427497-page=0-comments=1 ), informa que en Alemania desde 1995 se notificaron 210.000 casos de delitos contra menores. Los casos sospechosos dentro de la Iglesia católica fueron 94 (1 sobre 2000). En Irlanda, el Informe Ryan del año 2009 ha recogido los testimonios de 1090 personas con casos de violencia (no sólo sexuales, sino sobre todo física y psicológica) en el sistema escolar de la isla desde 1914 hasta 2000. Tras un examen minucioso de cientos de casos de violencia, los religiosos acusados de abuso sexual a niños fueron 23, si bien los datos no son completos porque en dos escuelas no se especifica el número. En las escuelas de niñas fueron acusados sólo 3 seglares empleadas. En varias escuelas los abusos fueron cometidos por el personal o por visitantes externos o por alumnos mayores y no por parte de sacerdotes (resumen de Diego Contreras http://www.laiglesiaenlaprensa.com/2009/05/el-informe-irland%C3%A9s.html ). Cómo señala Introvigne en su artículo (http://www.documentazione.info/article.php?idsez=41&id=1107 ), el informe muestra más que la  pedofilia en la Iglesia, una clara situación de abandono, violencia física y depravación que han caracterizado los métodos educativos de todo el sistema escolar.
300 casos en todo el mundo, alrededor de 400.000 sacerdotes
Mons. Scicluna, de la Congregación para la Doctrina de la Fe, afirmó en una entrevista (http://www.documentazione.info/article.php?idsez=41&id=1109 )que desde 2001 hasta 2010, la congregación ha trabajado en cerca de 3000 casos de sacerdotes diocesanos y religiosos relacionados con crímenes cometidos durante los últimos cincuenta años. Sólo en el 10 % de los casos se ha tratado de actos de pedofilia, es decir 300 en todo el mundo. El número total de sacerdotes diocesanos y religiosos en el mundo es de 400.000.

Los documentos con disposiciones explícitas
En los discursos sobre la pedofilia, se citan a menudo documentos, dando una información errónea sobre instrucciones para la cobertura de los casos de pedofilia. De hecho, todos los documentos tienen carácter oficial y son públicos y la actitud de condena es clara y fuerte. Los malentendidos surgen de malas traducciones e imprecisiones debidas al hecho de que los documentos están escritos en latín y no hay traducciones oficiales en otros idiomas.

El primer documento de referencia es la instrucción "Crimen Sollicitationis" (texto en latín http://www.cesnur.org/2007/Crimen_1962.pdf ) un texto de 1922,  nuevamente propuesto por Juan XXIII en 1962. La Instrucción trata del delito de incitación a actos indecentes por confesores. El documento, que se refiere principalmente a otros abusos, hace directa mención a la pedofilia llamándola “crimen pessimus”. Es explícita en el documento la obligación de denunciar los delitos (traducción no oficial al italiano de las medidas más explícitas http://paparatzinger-blograffaella.blogspot.com/2007/05/crimen-sollicitationis-canoni-15-19.html ).

El segundo documento es el "De delictis gravioribus"
(texto en latín  http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_20010518_epistula_graviora%20delicta_lt.htmlc , en italiano http://www.ratzinger.us/modules.php?name=News&file=article&sid=202 ), firmado por Joseph Ratzinger y el cardenal Tarcisio Bertone, en 2001, que fue escrito para actuar el motu proprio "Sacramentorum Sanctitatis tutela" (texto en latín http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/motu_proprio/documents/hf_jp-ii_motu-proprio_20020110_sacramentorum-sanctitatis-tutela_lt.html , en italiano en una traducción no oficial http://paparatzinger3-blograffaella.blogspot.com/2010/03/traduzione-in-italiano-del-motu-proprio.html  ) del Papa Juan Pablo II que, para evitar los encubrimientos y corruptelas locales, asigna la competencia sobre cuestiones de pedofilia a la Congregación para la Doctrina de la Fe.  Si ha habido encubrimientos y omisiones, se deben a una falta de lealtad a las disposiciones del Papa y del Magisterio.

El celibato no tiene nada que ver con la pedofilia
También se ha hablado estos días de un vínculo entre el celibato y la pedofilia. El psiquiatra Manfred Lutz, uno de los más importantes expertos en el tema, explicó en una reciente entrevista (http://www.documentazione.info/article.php?idsez=41&id=1110  )cómo esta conexión no existe. Es más, los expertos dicen que las personas que viven la abstinencia sexual tienen menos riesgo de cometer abusos que los casados . En el mencionado artículo de Introvigne (http://www.documentazione.info/article.php?idsez=41&id=1107 )se hace referencia a los estudios de Jerkins, que ha recogido como la mayor parte de casos de abusos sobre niños se han dado en mayor medida entre las diversas denominaciones protestantes, donde los pastores pueden casarse. Incluso la cifra ya citada de los 6.000 casos de abuso en los Estados Unidos en el mismo periodo, fueron cometidos en su mayoría por personas casadas. Por lo tanto una relación entre el celibato y la pedofilia no parece que exista.

La acción clara y decidida de Benedicto XVI El Papa Benedicto XVI, primero como Prefecto de la Doctrina de la Fe y luego como Papa es sin duda el que más se ha comprometido en la corrección de este flagelo en la Iglesia. En ese ámbito se circunscribe la reciente carta a los católicos irlandeses (http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/letters/2010/documents/hf_ben-xvi_let_20100319_church-ireland_sp.html ). En ella hay una condena clara del fenómeno y una enérgica llamada de atención a los obispos para que asuman sus propias responsabilidades para reparar y para garantizar que no vuelva a suceder en el futuro. La misma claridad y determinación ha mostrado el Papa durante su viaje a los EE.UU. (aquí una relación de textos con intervenciones suyas  sobre la pedofilia http://magisterobenedettoxvi.blogspot.com/2008/05/la-strenua-lotta-del-papa-contro-la_16.html ) y a Australia (aquí una relación de textos con sus intervenciones http://magisterobenedettoxvi.blogspot.com/2008/05/la-strenua-lotta-del-papa-contro-la.html ).

Culpas de pocos y del pasado ... reparación de todos Aunque solo hubiera un caso de pedofilia de un sacerdote ya sería repugnante, así como lo son un solo caso de incesto o un infanticidio. De los datos, de los documentos y las respuestas se observa que el Papa invita a la Iglesia en su conjunto a hacer un esfuerzo para tomar sobre sus hombros y reparar las faltas de unos pocos. Mientras tanto, un informe reciente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos (http://www.usccb.org/comm/archives/2010/10-052.shtml )revela que el número de denuncias de presuntos casos de abuso infantil por parte del clero ha alcanzado su nivel más bajo desde 2004 (desde que se comenzó a registrarlos). Es una señal de que la "política" de Benedicto XVI está haciendo efecto. De hecho, la mayoría de las acusaciones que están apareciendo en los medios de comunicación,  son casos viejos, sustancialmente cerrados y conocidos desde hacía tiempo: la plaga de la pedofilia es una tragedia del pasado, que se está batallando con eficacia.

Confusiones mediáticas: el hermano del Papa, el caso de Munich y el sacerdote de Milwaukee Hasta ahora han sido mostrados algunos casos de pedofilia que de alguna manera parecen tocar al Pontífice. 

El primero es el de dos casos de abusos que se produjeron en Regensburg  alrededor del año 1958, que parecían implicar al hermano del Papa. En realidad ambos casos eran conocidos, jurídicamente cerrados y referidos a un período diferente de la dirección del coro de Georg Ratzinger desde 1964 a 1994 (véase el artículo citado anteriormente de Tornielli, explicando los dos casos http://www.ilgiornale.it/interni/sulla_pedofilia_ci_aiutino_anche_istituzioni/07-03-2010/articolo-id=427497-page=0-comments=1 ).

El segundo es el caso de un pedófilo en la Archidiócesis de Munich y Freising, donde Ratzinger fue arzobispo en esa época. El caso se remonta a 1980. Surgió en 1985 y fue juzgado por un tribunal alemán en 1986. El tribunal observó, entre otras cosas, que la decisión de aceptar al sacerdote en la Archidiócesis en cuestión no se produjo por el cardenal Ratzinger y ni siquiera la había conocido (este episodio se explica en un artículo de Massimo Introvigne ya citado http://www.documentazione.info/article.php?idsez=41&id=1107 ). 

El tercer caso es el de un sacerdote acusado de pedofilia en la diócesis de Milwaukee en los años 70. Los documentos dicen que la Congregación para la Doctrina de la Fe (de la que era entonces prefecto Ratzinger) fue consultada 20 años después de los hechos e invitó a mantener el sacerdote fuera de la actividad pastoral, a pesar de que habían pasado tantos años sin evidencia de nuevos delitos y a pesar de que la misma justicia civil había cerrado el caso (aquí la explicación completa http://www.avvenire.it/Mondo/prete+Milwaukee_201003251301581200000.htm ).

lunes, 12 de abril de 2010

El montaje. Vladimir Volkoff.







Novela ambientada y escrita en la Europa de la guerra fría. Constituye una buena síntesis de la desinformación operada desde la Rusia soviética y sus satélites (especialmente Alemania Oriental) sobre la sociedad occidental. 


Describe con detalle las múltiples técnicas y  estrategias lanzadas por los comunistas para manipular a la opinión pública europea: propaganda blanca; propaganda negra, en la que ya aparece la mentira;  intoxicación, que es una forma sutil de inducir a error; la desinformación como estrategia global; la influencia,  mediante agentes y técnicas inverosímiles… 


Y cientos más: difusión de falsos manuscritos atribuidos a disidentes; presentar grandes mentiras arropadas por alguna verdad; tratar como iguales realidades absolutamente desproporcionadas; difundir  contraverdades no comprobables;… 


Eran técnicas viejas, pero fueron llevadas a cabo con un empeño, precisión  y amplitud quizá jamás vistos en el mundo.


El objetivo soviético no era sólo desinformar,. Deseaba sobre todo atacar todos los planes de crecimiento de Occidente, a quien consideraba su enemigo.  Hacía falta quebrantar cuanto pudiera fortalecerle: la fe en un ideal común, las virtudes de los jóvenes, las comunicaciones y el transporte, la natalidad, las tradiciones, y por supuesto la religión. 


Se emplearon a fondo en ese objetivo desestabilizador durante decenios, con el apoyo de sus cajas de resonancia en cada nación europea 



Así enumera algunas de las máximas que debían seguir los agentes soviéticos: desacreditar el bien; comprometer a los jefes; quebrantar su fe, inculcando desdeño hacia los valores y ridiculizando  las tradiciones; utilizar individuos viles; desorganizar a las autoridades y sembrar discordia entre los ciudadanos; excitar a los jóvenes contra los viejos; perturbar el abastecimiento (papel en el que habrían de emplearse a fondo determinados sectores sindicales); apelar a los instintos más bajos de la juventud; fomentar la difusión de músicas lascivas; fomentar la lujuria; no reparar en gastos para comprar voluntades…

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El libro no ha perdido utilidad: sirve para dar a conocer a las jóvenes generaciones cómo se llegaron a fraguar, en amplios sectores de la Europa libre, estados de opinión favorables al comunismo, gracias a una propaganda concienzudamente elaborada que fue capaz de presentar como idílica  una sociedad como la soviética, en la que reinaba el terror y la miseria, como bien pronto se pudo comprobar. 


Supo usar para lograrlo, entre otros medios, a quinta-columnistas a sueldo o muy bien recompensados, captados casi siempre en el mundo de la literatura (destaca en la novela el personaje del agente literario), el  periodismo,  la cultura y el arte

Uno de los ejemplos más claros de esa desinformación que los comunistas lograron introducir en la cultura occidental, y que aún pervive en los mentideros de propaganda política, es la manipulación del término "fascista". Siguiendo la consigna de Stalin, todo lo que era contrario al comunismo tenía que denominarse fascista. Y sólo podían aspirar a ser catalogados como "antifascistas" los partidarios del comunismo soviético.


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Su lectura enseña también a estar alerta para discernir entre la avalancha  de información y la propaganda, entre la intoxicación o la información veraz.  Existen  poderosos grupos de presión, algunos herederos de las mismas ideologías materialistas y ateas que sostuvieron al totalitarismo soviético, que siguen usando profusamente las mismas tácticas de mentira y confusión.


Con sus montajes, lanzados desde cajas de resonancia estratégicamente situadas en nuestro mundo globalizado, logran que no pocos ciudadanos sigan cayendo ingenuamente en sus redes. 


Un claro ejemplo son las campañas que sufre sistemáticamente la Iglesia católica,  o las que  sufren tantos ciudadanos que, en uso de su libertad, tratan de ser coherentes con ideas inspiradas en la doctrina social de la Iglesia


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Nunca el ciudadano ha necesitado más sentido crítico y capacidad de discernimiento. Es cierto que la verdad siempre acaba abriéndose camino: no hay más que ver lo que sucedió en el imperio soviético, o lo que fue de los partidos comunistas europeos.


Pero mientras se hace la luz, hay un tiempo en que  muchos desprevenidos son seducidos por los oropeles de la mentira. No se dan cuenta de que se está operando a su alrededor una gran siembra de confusión, cuyo objetivo es –como se propuso Mao Tsé-Tung- forjar el molde de las conciencias de las masas que son adversas a su ideología.



Por eso libros como éste, sin ser definitivos, aportan un bagage necesario para quien quiera pensar por sí mismo,  y no por las cabezas de unos pocos con mucho poder. Porque esos ideólogos existen, aunque su máxima primordial sea negar  a toda costa su existencia. Es la misma máxima del diablo, que “nunca sale mejor parado que cuando finge no existir.”


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Explica Vladimir Volkoff que  los rusos tienen un vocablo para designar no la falsedad, o la mentira, o el error, sino, muy exactamente, lo contrario de la verdad: KRIVDA. Y que por eso solían decir –en pleno triunfo aparente de la desinformación soviética- que bastaba con leer el diario oficial PRAVDA (Verdad) en un espejo para saber a qué atenerse. En esto andaban más espabilados que muchos occidentales incautos.







lunes, 29 de marzo de 2010

Campaña de desinformación contra la Iglesia




Asistimos estos días a otro ejercicio masivo de desinformación contra la Iglesia y Benedicto XVI. Copio este documentado artículo de Bruno Mastroianni, que muestra la manipulación que realizan algunos periodistas y columnistas, que se rasgan con hipocresía sus vestiduras y falsean los datos en un intento vano de acabar con el enorme prestigio mundial del Papa y de la Iglesia Católica.



Sobre la pedofilia en la Iglesia 

Bruno Mastroianni
, 26.03.2110 

El debate sobre este tema ha alcanzado tales niveles que requiere reordenar los elementos principales para comprender lo que está pasando.

Teniendo en cuenta los datos y los hechos sobre la pedofilia estamos ante una alarma injustificada. La Iglesia está poniendo los medios de una manera efectiva desde hace tiempo para mejorar la situación.
Los números en los EE.UU.: 54 condenas en 42 años El recuento de los casos de abuso infantil por parte del clero no es para menospreciar, pero para entenderla en su dimensión correcta. MassimoIntrovigne, en un artículo publicado en Avvenire
(http://www.documentazione.info/article.php?idsez=41&id=1107 ) ha mostrado algunos datos de EE.UU. 

Según el estudio del año 2004 del John Jay College of Criminal Justice, los sacerdotes acusados de efectiva pedofilia en 42 años, fueron 958, 18 por año. Las condenas fueron 54, poco más de una al año (los sacerdotes y religiosos en los Estados Unidos son alrededor de 109.000). Durante el mismo período hubo 6.000 condenas a profesores de gimnasia y entrenadores, declarados culpable de ese delito por tribunales de los EE.UU. 

94 casos sospechosos en Alemania sobre un total de 210.000; los problemas de Irlanda son del sistema educativo 

En un artículo del periodista Andrea Tornielli (http://www.ilgiornale.it/interni/sulla_pedofilia_ci_aiutino_anche_istituzioni/07-03-2010/articolo-id=427497-page=0-comments=1 ), informa que en Alemania desde 1995 se notificaron 210.000 casos de delitos contra menores. Los casos sospechosos dentro de la Iglesia católica fueron 94 (1 sobre 2000). En Irlanda, el Informe Ryan del año 2009 ha recogido los testimonios de 1090 personas con casos de violencia (no sólo sexuales, sino sobre todo física y psicológica) en el sistema escolar de la isla desde 1914 hasta 2000. 

Tras un examen minucioso de cientos de casos de violencia, los religiosos acusados de abuso sexual a niños fueron 23, si bien los datos no son completos porque en dos escuelas no se especifica el número. En las escuelas de niñas fueron acusados sólo 3 seglares empleadas. En varias escuelas los abusos fueron cometidos por el personal o por visitantes externos o por alumnos mayores y no por parte de sacerdotes (resumen de Diego Contreras http://www.laiglesiaenlaprensa.com/2009/05/el-informe-irland%C3%A9s.html ). 

Como señala Introvigne en su artículo (http://www.documentazione.info/article.php?idsez=41&id=1107 ), el informe muestra más que la  pedofilia en la Iglesia, una clara situación de abandono, violencia física y depravación que han caracterizado los métodos educativos de todo el sistema escolar. 
300 casos en todo el mundo, alrededor de 400.000 sacerdotes 

Mons. Scicluna, de la Congregación para la Doctrina de la Fe, afirmó en una entrevista (http://www.documentazione.info/article.php?idsez=41&id=1109 )que desde 2001 hasta 2010, la congregación ha trabajado en cerca de 3000 casos de sacerdotes diocesanos y religiosos relacionados con crímenes cometidos durante los últimos cincuenta años. Sólo en el 10 % de los casos se ha tratado de actos de pedofilia, es decir 300 en todo el mundo. El número total de sacerdotes diocesanos y religiosos en el mundo es de 400.000. 

Los documentos con disposiciones explícitas 
En los discursos sobre la pedofilia, se citan a menudo documentos, dando una información errónea sobre instrucciones para la cobertura de los casos de pedofilia. De hecho, todos los documentos tienen carácter oficial y son públicos y la actitud de condena es clara y fuerte. Los malentendidos surgen de malas traducciones e imprecisiones debidas al hecho de que los documentos están escritos en latín y no hay traducciones oficiales en otros idiomas. 

El primer documento de referencia es la instrucción "Crimen Sollicitationis" (texto en latín http://www.cesnur.org/2007/Crimen_1962.pdf ) un texto de 1922,  nuevamente propuesto por Juan XXIII en 1962. La Instrucción trata del delito de incitación a actos indecentes por confesores. El documento, que se refiere principalmente a otros abusos, hace directa mención a la pedofilia llamándola “crimen pessimus”. Es explícita en el documento la obligación de denunciar los delitos (traducción no oficial al italiano de las medidas más explícitas http://paparatzinger-blograffaella.blogspot.com/2007/05/crimen-sollicitationis-canoni-15-19.html ). 

El segundo documento es el "De delictis gravioribus"
(texto en latín  http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_20010518_epistula_graviora%20delicta_lt.htmlc , en italiano http://www.ratzinger.us/modules.php?name=News&file=article&sid=202 ), firmado por Joseph Ratzinger y el cardenal Tarcisio Bertone, en 2001, que fue escrito para actuar el motu proprio "Sacramentorum Sanctitatis tutela" (texto en latínhttp://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/motu_proprio/documents/hf_jp-ii_motu-proprio_20020110_sacramentorum-sanctitatis-tutela_lt.html , en italiano en una traducción no oficial http://paparatzinger3-blograffaella.blogspot.com/2010/03/traduzione-in-italiano-del-motu-proprio.html  ) del Papa Juan Pablo II que, para evitar los encubrimientos y corruptelas locales, asigna la competencia sobre cuestionesdepedofilia a la Congregación para la Doctrina de la Fe.  Si ha habido encubrimientos y omisiones, se deben a una falta de lealtad a las disposiciones del Papa y del Magisterio. 

El celibato no tiene nada que ver con la pedofilia 
También se ha hablado estos días de un vínculo entre el celibato y la pedofilia. El psiquiatra Manfred Lutz, uno de los más importantes expertos en el tema, explicó en una reciente entrevista (http://www.documentazione.info/article.php?idsez=41&id=1110  )cómo esta conexión no existe. Es más, los expertos dicen que las personas que viven la abstinencia sexual tienen menos riesgo de cometer abusos que los casados . 

En el mencionado artículo de Introvigne (http://www.documentazione.info/article.php?idsez=41&id=1107 ) se hace referencia a los estudios de Jerkins, que ha recogido como la mayor parte de casos de abusos sobre niños se han dado en mayor medida entre las diversas denominaciones protestantes, donde los pastores pueden casarse. Incluso la cifra ya citada de los 6.000 casos de abuso en los Estados Unidos en el mismo periodo, fueron cometidos en su mayoría por personas casadas. Por lo tanto una relación entre el celibato y la pedofilia no parece que exista. 

La acción clara y decidida de Benedicto XVI El Papa Benedicto XVI, primero como Prefecto de la Doctrina de la Fe y luego como Papa es sin duda el que más se ha comprometido en la corrección de este flagelo en la Iglesia. En ese ámbito se circunscribe la reciente carta a los católicos irlandeses (http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/letters/2010/documents/hf_ben-xvi_let_20100319_church-ireland_sp.html ). 

En ella hay una condena clara del fenómeno y una enérgica llamada de atención a los obispos para que asuman sus propias responsabilidades para reparar y para garantizar que no vuelva a suceder en el futuro. La misma claridad y determinación ha mostrado el Papa durante su viaje a los EE.UU. (aquí una relación de textos con intervenciones suyas  sobre la pedofilia http://magisterobenedettoxvi.blogspot.com/2008/05/la-strenua-lotta-del-papa-contro-la_16.html ) y a Australia (aquí una relación de textos con sus intervenciones http://magisterobenedettoxvi.blogspot.com/2008/05/la-strenua-lotta-del-papa-contro-la.html ). 

Culpas de pocos y del pasado ... reparación de todos Aunque solo hubiera un caso de pedofilia de un sacerdote ya sería repugnante, así como lo son un solo caso de incesto o un infanticidio. De los datos, de los documentos y las respuestas se observa que el Papa invita a la Iglesia en su conjunto a hacer un esfuerzo para tomar sobre sus hombros y reparar las faltas de unos pocos. 

Mientras tanto, un informe reciente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos (http://www.usccb.org/comm/archives/2010/10-052.shtml )revela que el número de denuncias de presuntos casos de abuso infantil por parte del clero ha alcanzado su nivel más bajo desde 2004 (desde que se comenzó a registrarlos). Es una señal de que la "política" de Benedicto XVI está haciendo efecto. De hecho, la mayoría de las acusaciones que están apareciendo en los medios de comunicación,  son casos viejos, sustancialmente cerrados y conocidos desde hacía tiempo: la plaga de la pedofilia es una tragedia del pasado, que se está batallando con eficacia. 

Confusiones mediáticas: el hermano del Papa, el caso de Munich y el sacerdote de Milwaukee Hasta ahora han sido mostrados algunos casos de pedofilia que de alguna manera parecen tocar al Pontífice. El primero es el de dos casos de abusos que se produjeron en Regensburg  alrededor del año 1958, que parecían implicar al hermano del Papa. En realidad ambos casos eran conocidos, jurídicamente cerrados y referidos a un período diferente de la dirección del coro de Georg Ratzinger desde 1964 a 1994 (véase el artículo citado anteriormente de Tornielli, explicando los dos casoshttp://www.ilgiornale.it/interni/sulla_pedofilia_ci_aiutino_anche_istituzioni/07-03-2010/articolo-id=427497-page=0-comments=1 ).

El segundo es el caso de un pedófilo en la Archidiócesis de Munich y Freising, donde Ratzinger fue arzobispo en esa época. El caso se remonta a 1980. Surgió en 1985 y fue juzgado por un tribunal alemán en 1986. El tribunal observó, entre otras cosas, que la decisión de aceptar al sacerdote en la Archidiócesis en cuestión no se produjo por el cardenal Ratzinger y ni siquiera la había conocido (este episodio se explica en un artículodeMassimo Introvigne ya citado http://www.documentazione.info/article.php?idsez=41&id=1107 ). 

El tercer caso es el de un sacerdote acusado de pedofilia en la diócesis de Milwaukee en los años 70. Los documentos dicen que la Congregación para la Doctrina de la Fe (de la que era entonces prefecto Ratzinger) fue consultada 20 años después de los hechos e invitó a mantener el sacerdote fuera de la actividad pastoral, a pesar de que habían pasado tantos años sin evidencia de nuevos delitos y a pesar de que la misma justicia civil había cerrado el caso (aquí la explicación completa http://www.avvenire.it/Mondo/prete+Milwaukee_201003251301581200000.htm ).