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miércoles, 27 de noviembre de 2019

Camino, un libro para corazones jóvenes


“El punto 1.000 de Camino lo pones tú”



80KFest: Jóvenes celebran  en Valencia el 80 aniversario de Camino, la obra más conocida de san Josemaría Escrivá

Publicado por primera vez en Valencia en 1939, se han editado más de cinco millones de ejemplares en cincuenta y dos idiomas.

Jóvenes que participan en actividades de formación cristiana del Opus Dei en Valencia han celebrado un evento conmemorativo del 80 aniversario de Camino, la obra más conocida de san Josemaría, que se editó por primera vez en la capital del Turia en 1939.



El evento, organizado por la oficina de comunicación del Opus Dei en Valencia, ha tenido lugar en el salón de actos del Colegio Mayor Universitario Albalat. El youtuber Nachter (Ignacio Gil), la abogada Loreto Ayuso y su marido Patxo Grau, arquitecto y presentador de televisión, actuaron como conductores de la velada, que contó con  testimonios de conversión y acercamiento a Dios a raíz de la lectura de Camino. 




Nerea Fernández y el filósofo Rafael Monterde mantuvieron un vivo coloquio en torno a su experiencia personal con los puntos de Camino, que en el caso de Nerea supuso un giro radical de vida, y sobre el amor a la libertad y la vivencia de la filiación divina que se aprende de san Josemaría. Para el joven filósofo Monterde “ese mensaje es una respuesta esperanzada a la crisis ideológica que padece Occidente en la postmodernidad.”




Uno de los participante en actividades de voluntariado de Albalat, Pablo Romero, explicó  el campo de trabajo que se proyecta este año para continuar la construcción de una escuela en Gambia y dar clases de alfabetización e higiene a niños y adultos.





Se estrenó también un video  con testimonios sobre el impacto actual de Camino en los jóvenes, en el que entre otros intervienen el rapero Grilex (Guillermo Esteban), que cuenta cómo habitualmente acude a Camino porque le ayuda a hablar con Dios y a conocerse mejor.

                



En el video interviene también la experta en moda Gabriela Lence, que describe con simpatía una inesperada experiencia personal  en torno a Camino y el bien que hace a sus amigas. Diversos testimonios personales de jóvenes se entrecruzan en el video con imágenes filmadas de encuentros de san Josemaría con jóvenes, en los que el autor de Camino responde con gracia a sus preguntas, y muestran la viveza y continuidad de su mensaje.



Un divertido y velocísimo juego de Kahoot! en torno a las frases de san Josemaría y la historia del libro  puso a prueba la agilidad de los presentes y su conocimiento de esta obra. Se presentó también una edición digital reducida con una selección 80 puntos de Camino, agrupados por temáticas juveniles.  El acto terminó con una performance, en la que cada uno de los asistentes aportó su inspiración personal, “ese necesario punto número 1000 que san Josemaría busca provocar en cada uno, para dar vida a los 999 que componen Camino.”







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¿Qué tiene este libro, que sigue moviendo los corazones de tanta gente en todo el mundo? Quizá parte de la respuesta esté en el prólogo que escribió Monseñor Xavier Lauzurica, entonces obispo auxiliar de Valencia y buen amigo de Escrivá, que entrevió el alcance que tendría esta obra:

En estas páginas aletea el espíritu de Dios. Detrás de cada una de sus sentencias hay un santo que ve tu intención y aguarda tus decisiones. Las frases quedan entrecortadas para que tú las completes con tu conducta. […] Si estas máximas las conviertes en vida propia, serás un imitador perfecto de Jesucristo.”

Camino es fruto de la experiencia de san Josemaría en su trato personal con Dios, y de su labor de orientación a las personas que acudían a él en busca de consejo para su vida cristiana. Su contenido es una verdadera radiografía de su propia vida de relación con Dios.

Son frases breves e incisivas, que desde comienzo de los años 30 san Josemaría, joven sacerdote, usaba en su predicación oral, y que fue redactando y distribuyendo entre quienes hablaban con él, para facilitarles la reflexión y meditación. Son muy numerosos los testimonios de agradecimiento por el bien que esta obra ha hecho a personas de toda raza, cultura y condición.

La finalidad última de Camino puede resumirse en lo que san Josemaría escribe en el punto 382: “Que busques a Cristo: Que encuentres a Cristo: Que ames a Cristo.” Jesucristo es el verdadero protagonista, el Camino que todo cristiano debe recorrer en su vida ordinaria hasta identificarse con Él.

Un encuentro con Cristo que, si es verdadero, lleva a dar a la vida un profundo sentido solidario con los demás: “No puedes vivir de espaldas a la muchedumbre: es menester que tengas ansias de hacerla feliz.” (Camino, 32) A eso apuntan todos y cada uno de sus 999 puntos.



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Enlaces a la noticia y más información en:



https://religion.elconfidencialdigital.com/articulo/zoom/80-aniversario-camino-valencia-celebrado-jovenes/20191120194649029045.html





Avance en programa Encuentros de 8tvMediterráneo, desde minuto 26:16 https://www.youtube.com/watch?v=aAIUsKAFquw

Programa Encuentros, 8tvMediterráneo: https://www.youtube.com/watch?v=VqCkcWkqsd0









jueves, 19 de septiembre de 2019

El espíritu de la juventud



Artículo en Levante-EMV a propósito del 80 aniversario de la primera edición de Camino, el libro más conocido de san Josemaría Escrivá









El espíritu de la juventud

17.09.2019 | 19:42

"Eres calculador. No me digas que eres joven. La juventud da todo lo que puede: se da ella misma sin tasa". (Camino, 30)
El 29 de septiembre de 1939, en una modesta imprenta de València hoy desaparecida (Gráficas Turia, en la calle Pintor Salvador Abril) veía la luz la primera edición de Camino. Su autor era el joven sacerdote Josemaría Escrivá.
Se trataba de una edición ampliada de otra anterior, mucho más reducida y modesta, publicada en 1934. Contiene frases breves, incisivas, que beben en el inagotable manantial del Evangelio, y en las que se descubre el eco de su predicación oral y de su rica experiencia en la orientación cristiana de las personas. San Josemaría deseaba poner a disposición de los jóvenes que se acercaban a su incipiente labor apostólica textos cuya lectura les ayudara a pensar, a examinar la propia vida en presencia de Dios, descubrir luces y sombras, y llenarse de deseos de ser mejor persona.
El filósofo Alejandro Llano, al recordar la especial preocupación de Escrivá por la formación de la juventud, ha hecho notar que es significativo que los años fundacionales del Opus Dei (1928-1975) hayan coincidido con el gran cambio social que cristalizó en la revolución de mayo del 68, que deseaba abrir camino a un modo más libre y espontáneo de vivir la propia existencia, de situar la política y la economía al servicio de la persona, y no al revés.
Ese movimiento efervescente que cuajó en el 68 vino a coincidir con el despertar que provocaban en las conciencias de muchos jóvenes las palabras de san Josemaría, desde los comienzos de su predicación en 1925, haciéndoles sentirse llamados a ser protagonistas de la evangelización y a participar en la maduración cristiana de sus compañeros.
Cuenta el profesor Llano que cuando a finales de los años 50, siendo un adolescente, comenzó a frecuentar un centro del Opus Dei, oyó hablar por primera vez en su vida de que ser santo no era algo para cuando se es mayor, sino ya, de forma perentoria, con responsabilidad personal. «Hasta entonces todos me trataban como a alguien sin mayor responsabilidad.»
Para el autor de Camino, la juventud no es mera etapa de preparación de la madurez. La madurez no llegará si no se comienzan a vivir ya las virtudes humanas (solidaridad, alegría, laboriosidad, fortaleza, generosidad€), y con ellas las sobrenaturales, con responsabilidad personal. En ese esfuerzo por adquirir virtudes es donde de una manera decisiva se forjan personalidades maduras.
En Camino, como en su predicación oral, las palabras de Escrivá sumergen en el Evangelio. Uno se siente un personaje más entre los que escuchan a Jesús, uno de aquellos jóvenes sentados alrededor del Maestro, que le escuchan porque habla con sencillez y autoridad del Reino de Dios y de nuestro papel en su realización en la tierra.
En Camino se oye hablar de apertura a la solidaridad, que no consiste en meras palabras sino que se concreta en obras de servicio. Se percibe que la vida cristiana tiene dimensiones sociales más allá de lo meramente devocional, y se aprende a tomar conciencia de la libre responsabilidad de los laicos, cristianos corrientes, en el encaminamiento de la vida pública.
Aquellos jóvenes leían y reflexionaban sobre unos valores que ahora mismo tratan de hacer suyos millares de jóvenes de todas las razas. El primero valor, que todos somos hijos de Dios, y que saberlo nos llena de alegría. Que Dios es un padre con el que podemos hablar serenamente en diálogo íntimo y personalísimo. Que el estudio o el trabajo no son una imposición molesta, sino ocasión de encuentro con Dios y de servicio a los demás, mientras tratamos de construir un mundo mejor. Que la pobreza, más que para proclamarla, está para vivirla. Que un cristiano puede y debe ser apóstol entre sus amigos y compañeros€ Y que nadie les iba a empujar para que asumieran esos retos: tenía que ser una decisión libre.
«Procuraremos lograr que, en nuestra gente joven, esté la tremenda palabra sobrenatural que mueve, que incita, que es la expresión de una disposición vital comprometida: nunca la repetición grotesca y mortecina de frases y palabras, que no pueden ser de Dios.»
Esa tremenda palabra sobrenatural es la que aletea en las páginas de Camino. Es un libro de fuego porque nos acerca a Jesucristo, verdadero protagonista. Por eso Camino sigue incendiando tantos corazones jóvenes, fascinados por el encuentro con Jesús, que invita a seguirle para convertir la vida en una aventura, a pasar de los reclamos lastimeros de una sociedad materializada y consumista, a ponerse a trabajar con optimismo y capacidad de innovación por un mundo más justo y más humano. Abiertos al futuro, que en cristiano significa también una mirada constante a la eternidad.
Hoy Camino es un clásico de la literatura espiritual, del que se han publicado más de cinco millones de ejemplares en cincuenta y dos idiomas. Y a València le cabe el honor de haber visto nacer esta obra universal, hace ahora 80 años. Universal por su alcance geográfico, pero sobre todo por la huella de bien que ha dejado y sigue dejando en tantos corazones jóvenes, incluso no cristianos, de todas las razas y naciones.










jueves, 14 de marzo de 2019

La doctora sudafricana Ozo Ibeziako en Valencia



Ozo Ibeziako, doctora en medicina. Un sencillo ejemplo de solidaridad y buen hacer.






Ozo Ibeziako nació en Nigeria, en una familia cristiana. Allí se licenció en medicina, y allí conoció a unas amigas del Opus Dei. Se enamoró del mensaje que difundían sus amigas africanas: Dios nos espera en el trabajo de cada día, en las situaciones corrientes de la vida ordinaria. Y nos espera sobre todo en los demás: “Cualquier cosa que hiciereis por uno de estos, mis hermanos más pequeños, por Mí lo hicísteis”. Aprendió que el esfuerzo por servir a los demás con nuestra actividad profesional ordinaria forma parte de nuestra búsqueda de la amistad con Dios. Esa impronta la fue incorporando con naturalidad a su vida y a su trabajo profesional, la medicina.



Cuando el Opus Dei iba a comenzar su labor apostólica en Sudáfrica, a la doctora Ibeziako  le pareció natural ofrecerse para trasladarse allí y ayudar en los comienzos. Recomenzó su carrera profesional. En estos momentos es profesora en la Facultad de Medicina de Pretoria, directora de recursos humanos de 15 ambulatorios de Johanessburgo, y pasa consulta como médico de familia. 


La Medicina de Familia es su especialidad. Ha ampliado estudios en la Universidad de Navarra, con un master en Humanismo y Familia,  porque quería potenciar su capacidad de atender a sus pacientes. Porque la buena medicina no sólo intenta curar, sino además cuida, escucha, se hace cargo de los problemas del entorno familiar y social de cada persona, muchas veces determinantes de la salud corporal. Y se hace cargo de que cada paciente es persona, digna de ser tratada como tal. 




La humanidad de la doctora Ozo le llevó a descubrir pronto que la en apariencia boyante capital de Sudáfrica vive rodeada de un inmenso cinturón de miseria. Son los seis barrios periféricos en los que durante el apartheid los africaners confinaron a los africanos de diversas etnias.  Les expropiaron los campos en que vivían,  les obligaron a trasladarse, y les encerraron allí, como en campos de concentración. Hasta hace bien poco cada barrio estaba rodeado de alambradas, y no se podía salir sin pasaporte. Ahora ya no hay alambradas, pero persisten las murallas de la pobreza.




Uno de esos barrios periféricos es Alexandra. No tiene alcantarillado, ni agua, ni electricidad,… Allí malviven más de medio millón de habitantes. La droga, la prostitución y la violencia son el pan de cada día. En ese clima crecen los niños, en familias en las que con frecuencia no hay padre, y es la madre la que tiene que buscar alimento diario para sus niños. El paro juvenil ronda el 75 %, y esos niños crecen desmotivados para el estudio. Y sin estudio no se puede alcanzar un buen trabajo profesional. Es el círculo de la pobreza y la marginación, que se cierra sobre los jóvenes, quitándoles la esperanza y el futuro. 




Entre los jóvenes, las chicas lo tienen peor aún. No es infrecuente que piensen en la prostitución como salida, y acaben en ella, porque hay que comer… La doctora Ozo, con otras colegas, se propuso ayudar a romper ese círculo vicioso de miseria que se cierne sobre las niñas de Alexandra. Ideó el proyecto Art of Living, por el que ya han pasado más de 500 niñas del barrio. 


Primero visitan a las familias, les explican su idea, y luego hablan una a una con las niñas. Han desarrollado un programa de tutorías personalizadas. Niña a niña, porque cada una es un ser único, se interesan por sus problemas e inquietudes. Y les hacen ver sus capacidades, y les ayudan a descubrir lo mucho que valen, a confiar en sí mismas, a que descubran que pueden usar su inteligencia para aprender, su fuerza de voluntad para alcanzar objetivos. Y les abren un abanico de posibilidades profesionales, las adecuadas a cada una, y les ayudan a que rebrote en ellas el sano orgullo de ser persona, con toda la dignidad que conlleva.


Y esas niñas, antes abandonadas a su suerte y desmotivadas, empiezan a estudiar. Se saben queridas. Y acaban sus estudios primarios, y acceden a los secundarios con buenas notas. Varias que jamás soñaron con alcanzar la universidad ya han conseguido las becas necesarias.


Todo esto es posible, dice la doctora Ibeziako, porque ya son más de cien las voluntarias que colaboran en el programa de tutorías. Lo hacen en su tiempo libre, que no es mucho. Bastantes de las voluntarias proceden de las mismas niñas del barrio de Alexandra, que ya han conseguido un empleo y ahora desean ayudar como forma de agradecer lo que recibieron.



“Es un verdadero Harambee”, explica Ibeziako, con una agradecida referencia al nombre de la ONG que le acaba de otorgar el Premio a la Promoción e Igualdad de la Mujer Africana. Harambee en suahili significa que, cuando hay un problema, todos a una nos ponemos a remediarlo.



La doctora Ibeziako ha estado en Valencia, invitada por el equipo de voluntarios de HarambeeVLC. Sólo han sido 24 horas, porque le espera su arduo trabajo en Sudáfrica. Pero han sido 24 horas intensas. 




Nada más llegar fue entrevistada por Luis Agudo en la emisora de radio COPE-Valencia, y saludó al jefe de informativos Vicente Ordaz






A continuación, un paseo por Valencia a través de la plaza del Ayuntamiento, donde ya estaba todo preparado para la mascletá típica de los días falleros, la llevó hasta la redacción de la agencia AVAN, donde se formó una simpática tertulia entre los periodistas Eduardo Martínez, Eva Alcayde, Belén Nava y Amparo Ferrando, y fue entrevistada para el semanario Paraula y La 8 TV-Mediterráneo.




Y de la sede de AVAN a la Oficina de Comunicación del Opus Dei, donde la periodista María Huguet le grabó varias declaraciones para un audiovisual. Con el tiempo justo para dar comienzo al almuerzo informativo con varios profesionales del periodismo, la comunicación, la moda y la sociología de las migraciones. Un interesante encuentro multidisciplinar, que dio luz a los verdaderos problemas de África, no bien entendidos ni atendidos por los países más desarrollados.





La clave es la formación, resaltaba la doctora Ozo y apoyaba el migrólogo Papa Balla Ndong. “Si educas a la mujer, el país entero sale adelante.” Y quedaba patente el acierto de los proyectos de Harambee, relacionados especialmente con la educación y la atención sanitaria, realizados por los propios africanos en sus países. 


“Lo que necesitan los países del África subsahariana es que les ayudemos a crear ambientes favorables al desarrollo de la persona, condiciones de vida dignas y libres de corrupción. Nadie quiere dejar su tierra si allí se puede desarrollar como persona.” Se hicieron eco del encuentro Héctor González, en Esdiario, e Isabel Domingo, en Las Provincias.





Y para terminar el intenso día, el Encuentro Solidario organizado por los voluntarios de Harambee enValencia, un equipo creciente de año en año. Reunió al anochecer en El Mirador de Comedias a  cerca de un centenar de amigos de Harambee, con amplia mayoría de profesionales valencianas, promotoras del homenaje. Javier García, CEO de Oongaku, puso el sonido, e Isabel Solano la fotografía. 




Una tertulia entrañable, presentada por Julio Herrero, en la que la doctora Ozo mostró con sencillez y cercanía, sin darse importancia, la realidad de la vida en esos barrios de Johanessburgo a los que todavía no alcanza su proyecto. Los fondos recogidos aquí servirán para ampliar su alcance.



Pero el verdadero fruto de este viaje es el hondo sentimiento de solidaridad que ha despertado en todos nosotros el ejemplo de buen hacer y sencillez de la doctora Ibeziako. All together for África.











viernes, 15 de febrero de 2019

Una profe de Química entusiasmada con su trabajo


La libertad de Amar, Ediciones Palabra. Cristina Abad Cadenas



La decisión del Papa Francisco de beatificar a Guadalupe Ortiz de Landázuri, primera laica del Opus Dei en subir a los altares, ha puesto a esta mujer sencilla e intrépida en el centro de las miradas. 



Para dar ese paso el Papa Francisco, a propuesta de la Congregación para las Causas de los Santos,  ha constatado la creciente difusión entre los cristianos de la fama de santidad de Guadalupe. Y no solo entre las personas que asisten a las actividades de formación cristiana que organiza la prelatura delOpus Dei. 




La figura de Guadalupe como ejemplo e intercesora trasciende las fronteras geográficas e institucionales. No en vano los santos son de todos, y en el cielo viven como nadie la comunión de la Iglesia.


La aprobación por el Papa  de un milagro obtenido por  intercesión de Guadalupe es solo la punta del iceberg de un cúmulo de favores obtenidos por personas que buscan su ayuda sobrenatural ante los problemas de la vida cotidiana.  Esa vida cotidiana que ella supo transformar en ocasión de encuentro con Dios, que eso es la santidad. El milagro es el dedo de Dios que señala a una persona con fama de santidad para que sea propuesta oficialmente como modelo.


La periodista Cristiana Abad aborda  en este libro quién era y cómo vivió Guadalupe, y qué podemos ver en ella que nos sirva para nuestra vida. Guadalupe no le resultaba simpática al principio, confiesa. Le resultaba todo demasiado extraordinario y lejano: el entusiasmo por la química, el optimismo a prueba de bomba, la valentía e intrepidez, el cargar con importantes tareas de gobierno, la capacidad de conciliar obligaciones familiares, profesionales y formativas y de gobierno en el Opus Dei…



Pero la antipatía se fue desvaneciendo a medida que avanzaba en la investigación y en las fuentes sobre Guadalupe. Sus cartas (esas maravillosas cartas a san Josemaría), los testimonios de quienes la trataron, los apuntes recogidos en los diarios de los centros del Opus Dei en los que vivió… reflejan una personalidad fuerte, sí, pero sobre todo normal, humilde, que se encontraba con los mismos problemas con los que nos encontramos cualquiera de nosotros en un día cualquiera de nuestra vida corriente.  Y los afrontaba con humor, por Amor. 


                              Guadalupe Ortiz de Landázuri


Y ahí radicaba el secreto: era un alma impactada por el Amor a Jesucristo. Quisiera que el Señor estuviera contento y no pensar más que en él”, escribía. 


Ese era su norte. Y lo retomaba a cada paso, a cada resistencia, a cada error: sabía rectificar con un gesto de humor que denotaba entrega.


                Amparo Ferrando, Cristina Abad y José Carlos Martín de la Hoz

Todo esto y mucho más es lo que afloró en la presentación de este estupendo libro de Cristina Abad, que invita a saber más de esa mujer cercana. Su vida, tan parecida a la de cualquiera de nosotros, nos muestra que si realmente  buscamos a Dios en la vida corriente seremos capaces, si hiciera falta -que la hace- de hacer cosas tan grandes como ella: iniciar una enorme siembra apostólica en México, llena de sentido social para elevar a los más desfavorecidos, por ejemplo. 


Precisamente porque ponemos esfuerzo en cumplir bien nuestras tareas ordinarias, las del aquí, hoy, ahora, estaremos listos para tareas grandes.  Y sabremos afrontar con deportividad también esas otras cosas que no esperábamos pero que la Providencia  nos pone delante.




Y no me resisto a un apunte valenciano. Porque Guadalupe estuvo en Valencia en varias ocasiones. Le trajo aquí precisamente su trabajo profesional. Su tesis doctoral fue una investigación sobre el poder refractario de las cenizas de la cáscara del arroz. Y en 1973 participó en un Simposio sobre el Textil. De su ponencia en ese simposio se hizo eco el periódico Las Provincias, que le hizo una entrevista.





Una mujer trabajadora y cercana, una de nosotros, a la que Dios quiere señalar como compañera y ayuda en nuestro camino hacia el cielo, que eso es la vida. Vale la pena pedirle ayuda práctica para cosas concretas.


Un buen complemento del libro es este estupendo multimedia, que acaba de presentarse en Madrid. 

Y este resumen de los actos de la beatificación: