sábado, 21 de abril de 2012

Una campaña de desinformación contra la Iglesia




Sobre la pedofilia en la Iglesia 

Bruno Mastroianni, 26.03.2110

El debate sobre este tema ha alcanzado tales niveles que requiere reordenar los elementos principales para comprender lo que está pasando.

Teniendo en cuenta los datos y los hechos sobre la pedofilia estamos ante una alarma injustificada. La Iglesia está poniendo los medios de una manera efectiva desde hace tiempo para mejorar la situación.
Los números en los EE.UU.: 54 condenas en 42 años El recuento de los casos de abuso infantil por parte del clero no es para menospreciar, pero para entenderla en su dimensión correcta. Massimo Introvigne, en un artículo publicado en Avvenire
(http://www.documentazione.info/article.php?idsez=41&id=1107 ) ha mostrado algunos datos de EE.UU.. Según el estudio del año 2004 del John Jay College of Criminal Justice, los sacerdotes acusados de efectiva pedofilia en 42 años, fueron 958, 18 por año. Las condenas fueron 54, poco más de una al año (los sacerdotes y religiosos en los Estados Unidos son alrededor de 109.000). Durante el mismo período hubo 6.000 condenas a profesores de gimnasia y entrenadores, declarados culpable de ese delito por tribunales de los EE.UU.

94 casos sospechosos en Alemania sobre un total de 210.000; los problemas de Irlanda son del sistema educativo
En un artículo del periodista Andrea Tornielli (http://www.ilgiornale.it/interni/sulla_pedofilia_ci_aiutino_anche_istituzioni/07-03-2010/articolo-id=427497-page=0-comments=1 ), informa que en Alemania desde 1995 se notificaron 210.000 casos de delitos contra menores. Los casos sospechosos dentro de la Iglesia católica fueron 94 (1 sobre 2000). En Irlanda, el Informe Ryan del año 2009 ha recogido los testimonios de 1090 personas con casos de violencia (no sólo sexuales, sino sobre todo física y psicológica) en el sistema escolar de la isla desde 1914 hasta 2000. Tras un examen minucioso de cientos de casos de violencia, los religiosos acusados de abuso sexual a niños fueron 23, si bien los datos no son completos porque en dos escuelas no se especifica el número. En las escuelas de niñas fueron acusados sólo 3 seglares empleadas. En varias escuelas los abusos fueron cometidos por el personal o por visitantes externos o por alumnos mayores y no por parte de sacerdotes (resumen de Diego Contreras http://www.laiglesiaenlaprensa.com/2009/05/el-informe-irland%C3%A9s.html ). Cómo señala Introvigne en su artículo (http://www.documentazione.info/article.php?idsez=41&id=1107 ), el informe muestra más que la  pedofilia en la Iglesia, una clara situación de abandono, violencia física y depravación que han caracterizado los métodos educativos de todo el sistema escolar.
300 casos en todo el mundo, alrededor de 400.000 sacerdotes
Mons. Scicluna, de la Congregación para la Doctrina de la Fe, afirmó en una entrevista (http://www.documentazione.info/article.php?idsez=41&id=1109 )que desde 2001 hasta 2010, la congregación ha trabajado en cerca de 3000 casos de sacerdotes diocesanos y religiosos relacionados con crímenes cometidos durante los últimos cincuenta años. Sólo en el 10 % de los casos se ha tratado de actos de pedofilia, es decir 300 en todo el mundo. El número total de sacerdotes diocesanos y religiosos en el mundo es de 400.000.

Los documentos con disposiciones explícitas
En los discursos sobre la pedofilia, se citan a menudo documentos, dando una información errónea sobre instrucciones para la cobertura de los casos de pedofilia. De hecho, todos los documentos tienen carácter oficial y son públicos y la actitud de condena es clara y fuerte. Los malentendidos surgen de malas traducciones e imprecisiones debidas al hecho de que los documentos están escritos en latín y no hay traducciones oficiales en otros idiomas.

El primer documento de referencia es la instrucción "Crimen Sollicitationis" (texto en latín http://www.cesnur.org/2007/Crimen_1962.pdf ) un texto de 1922,  nuevamente propuesto por Juan XXIII en 1962. La Instrucción trata del delito de incitación a actos indecentes por confesores. El documento, que se refiere principalmente a otros abusos, hace directa mención a la pedofilia llamándola “crimen pessimus”. Es explícita en el documento la obligación de denunciar los delitos (traducción no oficial al italiano de las medidas más explícitas http://paparatzinger-blograffaella.blogspot.com/2007/05/crimen-sollicitationis-canoni-15-19.html ).

El segundo documento es el "De delictis gravioribus"
(texto en latín  http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_20010518_epistula_graviora%20delicta_lt.htmlc , en italiano http://www.ratzinger.us/modules.php?name=News&file=article&sid=202 ), firmado por Joseph Ratzinger y el cardenal Tarcisio Bertone, en 2001, que fue escrito para actuar el motu proprio "Sacramentorum Sanctitatis tutela" (texto en latín http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/motu_proprio/documents/hf_jp-ii_motu-proprio_20020110_sacramentorum-sanctitatis-tutela_lt.html , en italiano en una traducción no oficial http://paparatzinger3-blograffaella.blogspot.com/2010/03/traduzione-in-italiano-del-motu-proprio.html  ) del Papa Juan Pablo II que, para evitar los encubrimientos y corruptelas locales, asigna la competencia sobre cuestiones de pedofilia a la Congregación para la Doctrina de la Fe.  Si ha habido encubrimientos y omisiones, se deben a una falta de lealtad a las disposiciones del Papa y del Magisterio.

El celibato no tiene nada que ver con la pedofilia
También se ha hablado estos días de un vínculo entre el celibato y la pedofilia. El psiquiatra Manfred Lutz, uno de los más importantes expertos en el tema, explicó en una reciente entrevista (http://www.documentazione.info/article.php?idsez=41&id=1110  )cómo esta conexión no existe. Es más, los expertos dicen que las personas que viven la abstinencia sexual tienen menos riesgo de cometer abusos que los casados . En el mencionado artículo de Introvigne (http://www.documentazione.info/article.php?idsez=41&id=1107 )se hace referencia a los estudios de Jerkins, que ha recogido como la mayor parte de casos de abusos sobre niños se han dado en mayor medida entre las diversas denominaciones protestantes, donde los pastores pueden casarse. Incluso la cifra ya citada de los 6.000 casos de abuso en los Estados Unidos en el mismo periodo, fueron cometidos en su mayoría por personas casadas. Por lo tanto una relación entre el celibato y la pedofilia no parece que exista.

La acción clara y decidida de Benedicto XVI El Papa Benedicto XVI, primero como Prefecto de la Doctrina de la Fe y luego como Papa es sin duda el que más se ha comprometido en la corrección de este flagelo en la Iglesia. En ese ámbito se circunscribe la reciente carta a los católicos irlandeses (http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/letters/2010/documents/hf_ben-xvi_let_20100319_church-ireland_sp.html ). En ella hay una condena clara del fenómeno y una enérgica llamada de atención a los obispos para que asuman sus propias responsabilidades para reparar y para garantizar que no vuelva a suceder en el futuro. La misma claridad y determinación ha mostrado el Papa durante su viaje a los EE.UU. (aquí una relación de textos con intervenciones suyas  sobre la pedofilia http://magisterobenedettoxvi.blogspot.com/2008/05/la-strenua-lotta-del-papa-contro-la_16.html ) y a Australia (aquí una relación de textos con sus intervenciones http://magisterobenedettoxvi.blogspot.com/2008/05/la-strenua-lotta-del-papa-contro-la.html ).

Culpas de pocos y del pasado ... reparación de todos Aunque solo hubiera un caso de pedofilia de un sacerdote ya sería repugnante, así como lo son un solo caso de incesto o un infanticidio. De los datos, de los documentos y las respuestas se observa que el Papa invita a la Iglesia en su conjunto a hacer un esfuerzo para tomar sobre sus hombros y reparar las faltas de unos pocos. Mientras tanto, un informe reciente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos (http://www.usccb.org/comm/archives/2010/10-052.shtml )revela que el número de denuncias de presuntos casos de abuso infantil por parte del clero ha alcanzado su nivel más bajo desde 2004 (desde que se comenzó a registrarlos). Es una señal de que la "política" de Benedicto XVI está haciendo efecto. De hecho, la mayoría de las acusaciones que están apareciendo en los medios de comunicación,  son casos viejos, sustancialmente cerrados y conocidos desde hacía tiempo: la plaga de la pedofilia es una tragedia del pasado, que se está batallando con eficacia.

Confusiones mediáticas: el hermano del Papa, el caso de Munich y el sacerdote de Milwaukee Hasta ahora han sido mostrados algunos casos de pedofilia que de alguna manera parecen tocar al Pontífice. 

El primero es el de dos casos de abusos que se produjeron en Regensburg  alrededor del año 1958, que parecían implicar al hermano del Papa. En realidad ambos casos eran conocidos, jurídicamente cerrados y referidos a un período diferente de la dirección del coro de Georg Ratzinger desde 1964 a 1994 (véase el artículo citado anteriormente de Tornielli, explicando los dos casos http://www.ilgiornale.it/interni/sulla_pedofilia_ci_aiutino_anche_istituzioni/07-03-2010/articolo-id=427497-page=0-comments=1 ).

El segundo es el caso de un pedófilo en la Archidiócesis de Munich y Freising, donde Ratzinger fue arzobispo en esa época. El caso se remonta a 1980. Surgió en 1985 y fue juzgado por un tribunal alemán en 1986. El tribunal observó, entre otras cosas, que la decisión de aceptar al sacerdote en la Archidiócesis en cuestión no se produjo por el cardenal Ratzinger y ni siquiera la había conocido (este episodio se explica en un artículo de Massimo Introvigne ya citado http://www.documentazione.info/article.php?idsez=41&id=1107 ). 

El tercer caso es el de un sacerdote acusado de pedofilia en la diócesis de Milwaukee en los años 70. Los documentos dicen que la Congregación para la Doctrina de la Fe (de la que era entonces prefecto Ratzinger) fue consultada 20 años después de los hechos e invitó a mantener el sacerdote fuera de la actividad pastoral, a pesar de que habían pasado tantos años sin evidencia de nuevos delitos y a pesar de que la misma justicia civil había cerrado el caso (aquí la explicación completa http://www.avvenire.it/Mondo/prete+Milwaukee_201003251301581200000.htm ).

martes, 27 de marzo de 2012

La ética debe imperar sobre la economía, y no al revés





    El profesor de antropología  filosófica Higinio Marín iluminaba sabiamente ayer, en el Foro IESE de Valencia, el problema de fondo de la crisis que padecemos.

    La economía, ciencia de apenas 300 años de vida, nació reclamando autonomía de cualquier otra norma ética. "El mercado es el mercado", o "la pela es la pela". La misma autonomía de la ética que para la política reclamó Maquiavelo, quien venía a decir que el político debe regirse por unos principios distintos de los que marca la ética del común de los mortales.

    Si el político quiere triunfar como político, decía Maquiavelo, tiene que saber mentir. La "razón de Estado" puede justificar engaños o crímenes, guerras y bombas atómicas arrojadas sobre cientos de miles de civiles inocentes. Y no, esa autonomía de la ética no pude ser buena ni para la economía ni para el sistema. Los resultados lo demuestran.

    Si en economía, como en política, el "listo" es el que miente mejor. Si se admira al financiero "sagaz" que sólo piensa en su propio beneficio y coloca con engaño productos tóxicos. Si el interés personal es la única norma del mercado, y se desprecia el interés común... aquello tarde o temprano revienta.

    Si la norma ética no se asume a nivel personal por todos y cada uno, el sistema se caerá una y otra vez, por más "órganos vigilantes" que se introduzcan.

    La ética es algo personal, pero eso no significa que sea sólo para vivirla en casa. Sólo personas honradas son capaces de edificar una sociedad justa. Sin esa honradez no hay confianza, término muy aireado ahora en las organizaciones. Pero lo que hay que airear es que generar confianza requiere mucho más que hablar de ella. Generan confianza las personas que son capaces de dar no sólo lo justo, sino más de lo que les correspondería.

    Claro que este dar más de lo justo sólo puede nacer de un impulso ético de origen religioso. Pero no hay que asustarse: estamos hechos de esa pasta.

    Resumen: crisis económica, sí. Pero sobre todo lo que tenemos es una crisis de modelo de economía, que se ha querido mantener independiente de la ética. Y así no funciona ni funcionará.

lunes, 26 de marzo de 2012

Una fiesta para celebrar

Hoy parece un lunes anodino, y además soñoliento por el cambio de horario. Sin embargo es la fiesta de la Anunciación.

El anuncio del arcángel Gabriel a la Virgen María y la Encarnación del Hijo de Dios. Celebramos nada menos que el momento en que el Hijo de Dios ha entrado en la Historia para no dejarnos solos nunca más.

 Lo explica mucho mejor hoy mismo en Cuba Benedicto XVI: "Veamos ante todo qué significa la Encarnación. En el evangelio de san Lucas hemos escuchado las palabras del ángel a María: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios» (Lc 1,35).

En María, el Hijo de Dios se hace hombre, cumpliéndose así la profecía de Isaías: «Mirad, la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”» (Is 7,14). Sí, Jesús, el Verbo hecho carne, es el Dios-con-nosotros, que ha venido a habitar entre nosotros y a compartir nuestra misma condición humana.

El apóstol san Juan lo expresa de la siguiente manera: «Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros» (Jn 1,14). La expresión «se hizo carne» apunta a la realidad humana más concreta y tangible. En Cristo, Dios ha venido realmente al mundo, ha entrado en nuestra historia, ha puesto su morada entre nosotros, cumpliéndose así la íntima aspiración del ser humano de que el mundo sea realmente un hogar para el hombre.

En cambio, cuando Dios es arrojado fuera, el mundo se convierte en un lugar inhóspito para el hombre, frustrando al mismo tiempo la verdadera vocación de la creación de ser espacio para la alianza, para el «sí» del amor entre Dios y la humanidad que le responde. Y así hizo María como primicia de los creyentes con su «sí» al Señor sin reservas."

martes, 20 de marzo de 2012

Grisolía y la Biblia

    



    Santiago Grisolía, como hombre de ciencia, sabe que los conocimientos científicos van quedando obsoletos a medida que avanza nuestro conocimiento del mundo. 

    Nada más anticuado que un libro de física de hace apenas cincuenta años. Todo científico sabe que mañana su ciencia será superada por nuevos descubrimientos. Porque todo lo humano es limitado.

    Pero ni la Iglesia ni la Escritura son humanos. Son una manifestación de Dios a los hombres. Y Dios no se queda obsoleto, ni necesita progresar: lo sabe todo. 

    De hecho, la ciencia, si está bien orientada, es un continuo acercarse a la Verdad, que es Dios. 

    La Escritura es el mensaje que Dios nos ha dejado para no desorientarnos. Podemos entenderla cada vez mejor (para eso está el Magisterio de la Iglesia, querido también por Dios); o no entenderla, o incluso malinterpretarla. 

    Pero no podemos superarla, ni escribirla de nuevo: ya dijo Santa Teresa que Dios no se muda.


Jesús Acerete
(publicado en Las Provincias)

Historia Breve del mundo reciente. (1945-2004) José Luis Comellas. Ediciones Rialp





    
    Esta obra del historiador José Luis Comellas, catedrático de la Universidad de Sevilla, corresponde al contenido de la asignatura Historia del Mundo Actual, incluida en los planes de estudio de la carrera de Ciencias de la Información. Es además un magnífico instrumento de consulta rápida para el trabajo de las redacciones.


    Se trata de un libro de indudable interés para cuantos necesitan manejar con fluidez datos, fechas, nombres... de nuestra historia reciente, y –sobre todo- hacerse una idea clara de los hechos más trascendentales que ha vivido la humanidad en el siglo XX y comienzos del XXI, y de sus consecuencias constatables hasta el momento. 


   El autor se propone “exponer un panorama claro y comprensible de los aspectos más destacados, más influyentes en la realidad del mundo, de una realidad en verdad apasionante y digna de conocerse, pero que se nos aparece sumamente enrevesada y compleja”. Y consigue hacerlo con rigor y profesionalidad, a pesar de la dificultad de referirse a sucesos a veces tan recientes que todavía no somos capaces de colegir su alcance.

    Su buen criterio y objetividad se ponen de manifiesto cuando nos ayuda a entender las raíces de algunos de los personajes, ideologías y sucesos clave del siglo XX, de manera que resulta fácil ponerlos en relación y percibir su impronta histórica.

  Por ejemplo, cuando apunta a los fuertes nacionalismos fomentados por los Estados en el siglo XIX, que provocaron “un ansia de prevalecimiento y un culto a la nacionalidad que fueron responsables en gran parte de las dos terribles guerras del siglo XX”. Fue el deseo de superar para siempre esos ridículos antagonismos el que movió en 1946 a una serie de intelectuales de naciones de la Europa libre, antes contendientes, a poner las bases de una de las mejores realizaciones que ha visto el siglo XX: la Unión Europea.

    La brevedad del libro no permite exhaustividad de datos, pero desde luego están casi todos los realmente relevantes: desde la estrategia comunista de Gramsci, a la guerra fría, la Revolución del 68, la caída del telón de acero y del bloque comunista, las guerras ( Corea, Vietnam, Malvinas, Afganistán, Kosovo, Chechenia, árabe-israelíes, del Golfo, Irak...); los orígenes y desarrollo del fundamentalismo islámico y los sucesos del 11-S y 11-M. 

  Sitúa en su origen problemas tan dispares como importantes: la introducción del permisivismo en la educación, las conductas escépticas del postmodernismo, o el fenómeno de la desinformación como fruto del exceso de información no contrastada. 

    Detalla también otras cuestiones que será necesario afrontar en el siglo XXI, como las nuevas fuentes de energía o la conservación de la naturaleza. Y acierta a ofrecer un panorama claro de la situación actual en los principales países de los cinco continentes.

    Como señala el autor, aplicarnos al estudio de la historia con toda la imparcialidad de que seamos capaces, nos puede ayudar a plantear más correctamente los problemas, y así procurar resolverlos con acierto. Ese esfuerzo de imparcialidad es bien patente a lo largo del libro.


La audiencia no demanda basura



Lo cuenta J.R. Ayllón en Desfile de modelos. El director de una gran cadena de televisión alemana discutía con el filósofo Karl Popper acerca del sensacionalismo en la televisión. Invocaba el director los porcentajes de audiencia, e incluso se remontaba a la democracia para respaldar su actitud de ofrecer programas de baja calidad.


Popper atajó: “No hay principio democrático alguno que pueda justificar la estrategia de rebajar el nivel de los programas porque la gente así lo quiere. Por el contrario, la meta declarada de la democracia ha sido siempre elevar el nivel de cultura del pueblo. En su lugar, el principio populista ofrece emisiones cada vez peores…”


Hay todavía en antena demasiado programa infecto, que supone un atentado a nuestra salud cultural y social. Nos jugamos demasiado. Los responsables deberían reflexionar. Y asumir su propia responsabilidad, sin transferirla a otras instancias, ni a la audiencia. Realizador, productor, director, consejo de administración, publicistas, empresarios anunciantes, sin olvidar al político de turno en las televisiones públicas,… Cada uno tiene su parte de culpa si el programa es zafio y barriobajero.


No es digno ampararse en la audiencia. Porque además, como dice José María Iñigo: “la audiencia no demanda nada: se traga lo que la tele les da”. Lo cual no deja de ser significativo: hay que elevar el nivel urgentemente.


Entender el mundo de hoy. Ricardo Yepes Storck. Ed Rialp



Fundamentos de Antrpología, otro interesante libro de Ricardo Yepes

    La complejidad del mundo que vivimos exige un esfuerzo de reflexión al que pocos se animan. Parece más cómodo dejarse llevar por la superficialidad imperante, pensar poco, y tratar de vivir lo mejor posible sin complicarse mucho, como si la felicidad consistiera en ausencia de complicaciones. 

    Este libro es para los que aspiran a algo más, para los que se preguntan por el sentido de su vida y no se conforman con respuestas vagas o mediocres.

    Ricardo Yepes fue una de las mejores cabezas de la filosofía y antropología españolas de finales del siglo XX. Joven profesor de universidad, fallecido en accidente de montaña, nos ha dejado una reducida pero valiosísima colección de publicaciones en las que logra ayudarnos a pensar, haciendo sencilla e inteligible la complejidad de nuestro mundo.


    Escrito en la amable forma de cartas a un inquieto estudiante, este libro es un profundo y ameno conjunto de reflexiones sobre el modo en que los hombres tratan de resolver los grandes problemas de la existencia y de la convivencia. El estilo, conciso y directo, es el propio de la sinceridad juvenil.


    A lo largo del texto desgrana lo mejor de los clásicos, que desde siempre se han hecho las mismas preguntas sobre las dimensiones humanas fundamentales: la vida, la felicidad, el amor, la amistad, el bien, el mal, la política, la religión... 

    Y va señalando los puntos de luz o de oscuridad de las ideologías dominantes, dando pautas para que el lector saque sus propias conclusiones prácticas desde la consideración global y coherente de esas dimensiones fundamentales.

    Ricardo Yepes apuesta por la capacidad autocrítica, la interiorización y el cultivo de la propia personalidad, como modo de superar una cultura dominante que tiende a anular el deseo de volar alto, de ideales nobles, que tienen todos los jóvenes, y perdura en lo más recóndito de cada persona hasta el final de sus días. 

    En la novedad de cada persona radica la esperanza de la sociedad. Cada persona posee una capacidad infinita de rebelión frente a culturas que le oprimen tratando de reducirle a cosa : "lo que hay de inédito en el mundo lo aporta la persona, la única fuente de novedades auténticas."

    Pienso que este libro es especialmente necesario para quienes se dedican a la comunicación y quieran hacerlo desde planteamientos plenamente humanos y bien pensados. 

    Es muy útil también para cualquier profesor universitario que aspire a mejorar la coherencia de su discurso, en cualquier materia.

    Aporta además una larga relación de lecturas recomendables, que ciertamente constituirán un bagage intelectual y cultural de primer orden para cuantos los conozcan.