Santiago Grisolía, como hombre de ciencia, sabe que los conocimientos científicos van quedando obsoletos a medida que avanza nuestro conocimiento del mundo.
Nada más anticuado que un libro de física de hace apenas cincuenta años. Todo científico sabe que mañana su ciencia será superada por nuevos descubrimientos. Porque todo lo humano es limitado.
Pero ni la Iglesia ni la Escritura son humanos. Son una manifestación de Dios a los hombres. Y Dios no se queda obsoleto, ni necesita progresar: lo sabe todo.
Pero ni la Iglesia ni la Escritura son humanos. Son una manifestación de Dios a los hombres. Y Dios no se queda obsoleto, ni necesita progresar: lo sabe todo.
De hecho, la ciencia, si está bien orientada, es un continuo acercarse a la Verdad, que es Dios.
La Escritura es el mensaje que Dios nos ha dejado para no desorientarnos. Podemos entenderla cada vez mejor (para eso está el Magisterio de la Iglesia, querido también por Dios); o no entenderla, o incluso malinterpretarla.
Pero no podemos superarla, ni escribirla de nuevo: ya dijo Santa Teresa que Dios no se muda.
Jesús Acerete
(publicado en Las Provincias)
Jesús Acerete
(publicado en Las Provincias)
No hay comentarios:
Publicar un comentario