Todo está tranquilo (Dashing Through the
Snow)
Mary y Carol Higgins Clark. Randon House Mondadori. 2010
"Mucho se espera del que mucho recibe." Así concluye esta simpática
historia, que tiene por protagonistas a Alvira Meehan, detective aficionado, y
Regan Reilly, investigador privado, habituales personajes en las novelas
de Carol Higgins.
Todo transcurre en Brascombe, un tranquilo pueblecito de New Hampshire, en vísperas de la Navidad. Mientras caen los primeros copos de nieve, sus habitantes se preparan para estrenar la Fiesta de la Alegría, un feliz hallazgo de citty-marketing del equipo del alcalde. Con el tiempo esperan que llegue a convertirse en famosa atracción turística que anime la precaria economía local.
Pero todo se altera cuando un grupo de empleados del
supermercado de Brascombe es agraciado con el premio gordo de la lotería.
Alvira, presidenta del Grupo de Apoyo a los Ganadores de Lotería (¡los
americanos tienen grupos de apoyo para casi todo!) se siente obligada a
entrar inmediatamente en acción. Bien sabe por propia experiencia que
encontrarse de pronto con una fortuna de 180 millones de dólares es una
situación de alto riesgo, sobre todo síquico y moral. De la noche a la mañana,
la vida de los afortunados se complica enormemente, y su fortuna
puede llegar a convertirse en una pesadilla.
La intervención de Alvira resulta providencial. Una banda
de estafadores, que operan como “asesores financieros”, está al acecho.
(¡Asesores financieros! Una profesión que requiere un buen lavado de imagen…)
Está en peligro no sólo el dinero y la tranquilidad, sino la propia vida de los
ganadores: el joven Duncam, empleado del supermercado, y su adorable novia
Flower.
Escrito en clave de humor, el relato casi parece
un cuento de Navidad. Una historia de esas en las que la inocencia y
bondad de los buenos reciben su premio, y la malicia e hipocresía de los malos
es desenmascarada y castigada. Como debe ser. Eso sí, el castigo es
proporcional a la maldad, porque hay malos que no lo son tanto, y hay malos
redobladamente malos… Incluso hay malos que se arrepienten.
(Arrepentimiento: otra palabra que hay que poner de moda. Describe una de las
actitudes más liberadoras de la persona: el dolor de haber hecho algo malo y el
deseo de no volver a caer en esa ofensa a Dios y a los demás. Qué risa -y qué
lástima- esos personajillos que declaran ufanos “no tengo nada de qué
arrepentirme...")
Se lee con gusto, sin grandes complejidades
intelectuales. Sólo eso: pasar un rato agradable y simpático, que no es poco.
Las Higgins Clark, madre e hija, lo consiguen casi siempre.