Es muy interesante leer la intervención del cardenal Bergoglio en una de las reuniones de cardenales previas al Cónclave en que resultó elegido papa. Sintetizan sin duda el programa que el papa Francisco traza para su pontificado y los cambios que son necesarios para que la Iglesia sirva mejor a las almas.
El cardenal Jaime Ortega le pidió el texto a Bergoglio, y ahora lo ha publicado en la revista diocesana de La Habana.
Bergoglio centró sus palabras en la evangelización, y usó la expresión de Pablo VI: la dulce y confortadora alegría de evangelizar. Es la razón de ser de la Iglesia, a la que el mismo Jesucristo nos impulsa.
Estos son los cuatro puntos que anotó el cardenal Bergoglio en el manuscrito que guió su discurso:
Estos son los cuatro puntos que anotó el cardenal Bergoglio en el manuscrito que guió su discurso:
2.- Cuando la Iglesia no sale de sí misma para evangelizar deviene
autorreferencial y entonces se enferma (cfr. La mujer encorvada sobre
sí misma del Evangelio). Los males que, a lo largo del tiempo, se dan en
las instituciones eclesiales tienen raíz de autorreferencialidad, una
suerte de narcisismo teológico. En el Apocalipsis Jesús dice que está a
la puerta y llama. Evidentemente el texto se refiere a que golpea desde
fuera la puerta para entrar... Pero pienso en las veces en que Jesús
golpea desde dentro para que le dejemos salir. La Iglesia
autorreferencial pretende a Jesucristo dentro de sí y no lo deja salir.
3.- La Iglesia, cuando es autorreferencial, sin darse cuenta, cree
que tiene luz propia; deja de ser el mysterium lunae (metáfora que alude a que la Iglesia, como la luna, ilumina con una luz que no procede de ella sino de Jesucristo, el verdadero sol) y da lugar a ese
mal tan grave que es la mundanidad espiritual (Según De Lubac, el peor
mal que puede sobrevenir a la Iglesia). Ese vivir para darse gloria los
unos a otros.
Simplificando; hay dos imágenes de Iglesia: la Iglesia evangelizadora que sale de sí; la Dei Verbum religiose audiens et fidenter proclamans (la Iglesia que escucha religiosamente la Palabra de Dios y la proclama con audacia), o la Iglesia mundana que vive en sí, de sí, para sí. Esto debe dar luz a los posibles cambios y reformas que haya que hacer para la salvación de las almas.
Simplificando; hay dos imágenes de Iglesia: la Iglesia evangelizadora que sale de sí; la Dei Verbum religiose audiens et fidenter proclamans (la Iglesia que escucha religiosamente la Palabra de Dios y la proclama con audacia), o la Iglesia mundana que vive en sí, de sí, para sí. Esto debe dar luz a los posibles cambios y reformas que haya que hacer para la salvación de las almas.
4.- Pensando en el próximo Papa: un hombre que, desde la
contemplación de Jesucristo y desde la adoración a Jesucristo ayude a la
Iglesia a salir de sí hacia las periferias existenciales, que la ayude a
ser la madre fecunda que vive de "la dulce y confortadora alegría de la
evangelizar".
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