Mostrando entradas con la etiqueta Guadalupe Ortiz de Landazuri. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Guadalupe Ortiz de Landazuri. Mostrar todas las entradas

martes, 14 de mayo de 2019

Un perfil de Guadalupe Ortiz de Landázuri



Artículo publicado en el periódico Levante-EMV el viernes 10 de mayo de 2019. 



El próximo 18 de mayo tendrá lugar en Madrid la beatificación de la primera fiel laica del Opus Dei: Guadalupe Ortiz de Landázuri. Una química e investigadora que también ha dejado huella  en València, donde es muy conocida y querida entre la gente cercana a la Obra.

La investigadora enamorada de Dios

Es una mujer de nuestro tiempo, que hasta hace poco ha transitado por nuestras calles.  Intrépida desde niña: la única mujer en el aula de aquel  instituto de los años 30 en Tetuán, capaz de retar a sus compañeros a ver quién se bebe el tintero, y ella gana el reto. 

Apasionada por la química, una de las cinco únicas mujeres en el aula universitaria de Madrid, cuando la ciencia era rara avis entre las mujeres.

Independiente, trabaja como profesora de química en cuanto acaba la carrera. De cabeza científica, emprende investigaciones para la industria y para facilitar la vida a los demás: el empleo como material refractario de las cenizas de la cáscara del arroz, o el tratamiento de las nuevas telas que produce la industria textil. Sus investigaciones la traen a Valencia en diversas ocasiones, la última en 1973, como ponente de un congreso sobre el textil.

Sabe perdonar desde el minuto cero, y perdona a quienes fusilan a su padre (no hace falta mencionar el bando, que eso forma parte del perdón), y es capaz de hacer nacer la amistad entre personas que piensan diferente. 

Enamorada de Dios, desde que, joven profesora, inesperadamente, siente el flechazo de la gracia en su corazón: “para ti tengo otros planes”, oye en su interior cuando está pensando en su próxima boda.

Valiente, se lanza a comenzar el trabajo apostólico del Opus Dei en México cuando se lo pide su fundador, sin más medios que su propio ingenio y trabajo. Alegre y con un optimismo a prueba de bomba, capaz de capear las pequeñas o grandes tragedias de la vida cotidiana,  y levantar el ánimo a sus compañeras. “Y yo tan contenta” es su lema.

Mujer de gobierno, trabaja junto a san Josemaría en la sede central del Opus Dei en Roma, anticipando el deseo actual de la Iglesia de promover la misión de la mujer laica a puestos de responsabilidad de la estructura eclesiástica.

Con profundo sentido social, le apasiona enseñar y mejorar la cultura de las personas que tiene cerca. Nada más llegar a México promueve un centro rural  en una hacienda en ruinas desde la revolución mexicana: Montefalco. Trabaja con sus propias manos en el desescombro, con sustos de serpientes pitón y una picadura de alacrán que está a punto de anticipar su muerte. Hoy esa vieja hacienda es un centro de formación profesional que ha mejorado la vida a miles de personas.

Mujer fuerte, las fiebres cogidas en Tetuán y la picadura del alacrán en México han deteriorado su corazón, pero nadie lo nota, no se queja. Los médicos se asombran, cuando la revisan al final de su vida, de que con semejante estado de corazón haya sido capaz de mantener ese ritmo vital, con una sonrisa. Y es que es un corazón enamorado.

Es el perfil de GuadalupeOrtiz. El papa Francisco acaba de aprobar un milagro atribuido a su intercesión, y va a ser beatificada el 18 de mayo. No es un acto de homenaje, que no lo necesita. Es una propuesta de modelo cercano para nuestra vida corriente. Y una propuesta de amistad y ayuda, porque los santos están ahí para ayudarnos en nuestros pequeños y grandes  vaivenes de la vida.




Jesús Acerete

Puede leerse también aquí.


miércoles, 10 de abril de 2019

Diseño y arquitectura. Una mirada a África con Harambee


Una mirada a África desde la arquitectura y el diseño



África puede inspirar valores a los creativos de la arquitectura y el diseño en los países más desarrollados.

Es la conclusión de otra de las sugerentes tertulias de la Fundación Coso en torno a su iniciativa Diseñosque cambian vidas, a favor de la ONG Harambee.

El marco no podía ser más idóneo: la sede del Colegio de Arquitectos de Valencia.




En ameno diálogo de Amparo Ferrando con Ricardo Moreno, profesor de la Escuela Superior de Arte y Diseño de Valencia, y Macarena Gea, conocida arquitecta muy seguida en las redes sociales, se resaltó la irrepetible personalidad de África (Kapuchinski), capaz de atrapar el corazón de cuantos la visitan. Atrapa porque esconde unos valores que enamoran.




La imponente belleza y la fuerza de sus paisajes naturales, que se transmite como por encanto en la alegría de vivir de los africanos, en los fulgurantes colores de sus vestidos, en la apertura a la luz de su estilo de vida.

La serenidad de sus movimientos, en armonía con la naturaleza, que parece transmitir un ritmo más pausado,  más humano, alejado de nuestra estresante prisa que conduce a ninguna parte. 

Un estilo sereno de vida que invita a la interioridad y a la reflexión, a elevar la mente al Creador, a hablar con calma con amigos y seres queridos, a contar bajo las estrellas historias de familia, sin prisa.



La generosidad y espíritu de colaboración, aún en medio de condiciones de escasez y de pobreza. Una solidaridad que viven tantos africanos que, una vez formados, regresan a su país para contribuir al desarrollo de su tierra, trabajando para construir sociedades más justas y libres de corrupción y de guerras.



De ese sentido de cooperación solidaria participa la ONG Harambee (que significa todos a una). En la tertulia se anunció un nuevo proyecto de Harambee: conseguir 100 becas de estudio para que universitarias africanas puedan realizar estancias de especialización en universidades prestigiosas europeas, durante al menos los próximos diez años.

Ha sido una iniciativa del comité organizador de la beatificación de Guadalupe Ortiz, química española que realizó una gran labor de promoción de la mujer en aspectos educativos y científicos, y será la primera laica del Opus Dei beatificada. Van a colaborar tanto los asistentes a la beatificación como todas las personas que lo deseen, a través del Proyecto Becas Guadalupe





Una tertulia magnífica, en la que estuvieron presentes muchas diseñadoras que participaron en el reciente Premio del Desfile Diseños que Cambian Vidas, y entre ellas su ganadora, Lydia Herrero.

Sus preciosos diseños, artísticamente presentados por el equipo de CosoModa, Amparo Ferrando y Macu Martínez, daban prestancia, luz y color a la sede de los arquitectos valencianos.




viernes, 15 de febrero de 2019

Una profe de Química entusiasmada con su trabajo


La libertad de Amar, Ediciones Palabra. Cristina Abad Cadenas



La decisión del Papa Francisco de beatificar a Guadalupe Ortiz de Landázuri, primera laica del Opus Dei en subir a los altares, ha puesto a esta mujer sencilla e intrépida en el centro de las miradas. 



Para dar ese paso el Papa Francisco, a propuesta de la Congregación para las Causas de los Santos,  ha constatado la creciente difusión entre los cristianos de la fama de santidad de Guadalupe. Y no solo entre las personas que asisten a las actividades de formación cristiana que organiza la prelatura delOpus Dei. 




La figura de Guadalupe como ejemplo e intercesora trasciende las fronteras geográficas e institucionales. No en vano los santos son de todos, y en el cielo viven como nadie la comunión de la Iglesia.


La aprobación por el Papa  de un milagro obtenido por  intercesión de Guadalupe es solo la punta del iceberg de un cúmulo de favores obtenidos por personas que buscan su ayuda sobrenatural ante los problemas de la vida cotidiana.  Esa vida cotidiana que ella supo transformar en ocasión de encuentro con Dios, que eso es la santidad. El milagro es el dedo de Dios que señala a una persona con fama de santidad para que sea propuesta oficialmente como modelo.


La periodista Cristiana Abad aborda  en este libro quién era y cómo vivió Guadalupe, y qué podemos ver en ella que nos sirva para nuestra vida. Guadalupe no le resultaba simpática al principio, confiesa. Le resultaba todo demasiado extraordinario y lejano: el entusiasmo por la química, el optimismo a prueba de bomba, la valentía e intrepidez, el cargar con importantes tareas de gobierno, la capacidad de conciliar obligaciones familiares, profesionales y formativas y de gobierno en el Opus Dei…



Pero la antipatía se fue desvaneciendo a medida que avanzaba en la investigación y en las fuentes sobre Guadalupe. Sus cartas (esas maravillosas cartas a san Josemaría), los testimonios de quienes la trataron, los apuntes recogidos en los diarios de los centros del Opus Dei en los que vivió… reflejan una personalidad fuerte, sí, pero sobre todo normal, humilde, que se encontraba con los mismos problemas con los que nos encontramos cualquiera de nosotros en un día cualquiera de nuestra vida corriente.  Y los afrontaba con humor, por Amor. 


                              Guadalupe Ortiz de Landázuri


Y ahí radicaba el secreto: era un alma impactada por el Amor a Jesucristo. Quisiera que el Señor estuviera contento y no pensar más que en él”, escribía. 


Ese era su norte. Y lo retomaba a cada paso, a cada resistencia, a cada error: sabía rectificar con un gesto de humor que denotaba entrega.


                Amparo Ferrando, Cristina Abad y José Carlos Martín de la Hoz

Todo esto y mucho más es lo que afloró en la presentación de este estupendo libro de Cristina Abad, que invita a saber más de esa mujer cercana. Su vida, tan parecida a la de cualquiera de nosotros, nos muestra que si realmente  buscamos a Dios en la vida corriente seremos capaces, si hiciera falta -que la hace- de hacer cosas tan grandes como ella: iniciar una enorme siembra apostólica en México, llena de sentido social para elevar a los más desfavorecidos, por ejemplo. 


Precisamente porque ponemos esfuerzo en cumplir bien nuestras tareas ordinarias, las del aquí, hoy, ahora, estaremos listos para tareas grandes.  Y sabremos afrontar con deportividad también esas otras cosas que no esperábamos pero que la Providencia  nos pone delante.




Y no me resisto a un apunte valenciano. Porque Guadalupe estuvo en Valencia en varias ocasiones. Le trajo aquí precisamente su trabajo profesional. Su tesis doctoral fue una investigación sobre el poder refractario de las cenizas de la cáscara del arroz. Y en 1973 participó en un Simposio sobre el Textil. De su ponencia en ese simposio se hizo eco el periódico Las Provincias, que le hizo una entrevista.





Una mujer trabajadora y cercana, una de nosotros, a la que Dios quiere señalar como compañera y ayuda en nuestro camino hacia el cielo, que eso es la vida. Vale la pena pedirle ayuda práctica para cosas concretas.


Un buen complemento del libro es este estupendo multimedia, que acaba de presentarse en Madrid. 

Y este resumen de los actos de la beatificación: