Posguerra. La primera
expansión del Opus Dei durante los años 1939 y 1940
El
historiador Onésimo Díaz analiza en este libro el desarrollo de la Obra fundada
por san Josemaría Escrivá en los meses que sucedieron al final de la guerra
civil española.
En
abril de 1939 el Opus Dei lo formaban 14 hombres muy jóvenes y 2 mujeres recién
incorporadas. El único inmueble del que disponían para realizar su labor
apostólica al comienzo de la guerra, la Academia DYA, en Madrid, había quedado
toralmente destruido por los bombardeos y saqueos durante la contienda.
Onésimo Díaz, que es investigador del Centro de Documentación y Estudios JosemaríaEscrivá de Balaguer, ha tenido acceso para su trabajo a valiosa documentación, tanto la que se conserva en el Archivo General de la Prelatura (diarios de los primeros centros del Opus Dei, abundante correspondencia de aquellos jóvenes con el fundador y entre sí, relatos de conversaciones y correspondencia con autoridades eclesiásticas, etc.) como la del Archivo de la Universidad de Navarra, el Archivo General de la Administración y el del Palacio Real, entre otros fondos.
Con ese
abundante material, el conjunto resulta una panorámica minuciosa y de gran
detalle que nos permite asistir, casi a tiempo real, al desarrollo en las
diferentes ciudades a las que acudían el fundador y aquellos jóvenes primeros
que le secundaban con gran entusiasmo y no pocas dificultades: Valencia,
Barcelona, Valladolid, Bilbao…
Se
describen no sólo los detalles de la puesta en marcha de las actividades, sino
también los pasos previos que tuvieron que dar y el motivo de que se comenzara
concretamente en esas ciudades, que tenían en común ser sedes universitarias.
Onésimo
Díaz ofrece también una contextualización de los hechos, en el marco de la
situación que se vivía en esos inquietantes momentos de la posguerra en España
y la Guerra Mundial en Europa.
Sorprende
el esfuerzo agotador que debieron emplear el fundador y sus jóvenes seguidores
(Álvaro del Portillo, Pedro Casciaro, Francisco Botella,…) teniendo en cuenta las dificultades para
viajar, la escasez económica y que la mayor parte de ellos no habían terminado
todavía sus estudios universitarios y además seguían movilizados en unidades
militares.
A lo
largo del libro van apareciendo nombres de jóvenes que comenzaron a frecuentar
las actividades de formación cristiana que se organizaban: así, en el capítulo
dedicado a Valencia vemos los pasos de Rafael Calvo Serer, que había solicitado
la admisión en el Opus Dei en 1936, Amadeo de Fuenmayor, José Manuel Casas
Torres, Florencio Sánchez Bella, José Orlandis,…
Se
narra también la intervención de amigos eclesiásticos del fundador, como
Antonio Rodilla, Eladio España, Antonio Justo Elmida (rector del Colegio Mayor Juan de Ribera de Burjasot) o el obispo auxiliar de Valencia monseñor Francisco
Javier Lauzurica, gran amigo del fundador desde que se conocieron en el
seminario de Logroño, y con quien ya habían hablado en 1935 para comenzar
cuanto antes en Valencia: sin duda su presencia fue determinante para que
Valencia fuese la primera fuera de Madrid.
Se
refleja también, gracias a las anotaciones que se conservan tanto en los
diarios como en la abundante correspondencia, detalles del contenido de los
medios de formación, y consideraciones sobre el espíritu y el mensaje del Opus
Dei que escuchaban directamente del fundador.
Se
percibe la sorpresa con que aquellos jóvenes escuchaban un mensaje que
precisamente por estar enraizado en el Evangelio les sonaba a nuevo: la llamada
a santificar el estudio y el trabajo profesional y todas las actividades de la
vida ordinaria.
No
se trataba de saber cosas, sino de vivirlas. Por eso el contenido de las
actividades formativas era eminentemente práctico. Por ejemplo, en los Círculos
de San Rafael, en el que se glosaba el Evangelio del día y se comentaba algún
aspecto de la vida cristiana, el momento más importante era el del examen
personal, unas preguntas redactadas por el fundador a las que cada uno debía
responder en silencio en su interior.
Uno
de aquellos jóvenes, Alfonso Balcells, a propósito de la predicación de san
Josemaría en unos ejercicios espirituales a los que acababa de asistir, anota sorprendido
que eran “ejercicios de vida, y no de muerte”. En contraste con lo que era
habitual en aquellos tiempos, se fomentaba la alegría y la actitud optimista
propia de los hijos de Dios, el amor más que el temor de Dios, la santificación
de las actividades temporales, y no sólo el pensamiento del más allá.
En
Valencia, la primera ciudad fuera de Madrid a la que extendió su trabajo
apostólico, el Opus Dei cuajó con fuerza, y pronto hubo que buscar un lugar más
amplio donde organizar las actividades de formación. Se cambió un minúsculo entresuelo en la calle
Samaniego, El Cubil, por una sede más amplia en la misma calle, que dio origen
a la residencia de estudiantes Samaniego, que pocos años después se convertiría
en el colegio mayor universitario de la Alameda.
San Josemaría y el beato Álvaro del Portillo en los Viveros Municipales de Valencia Octubre de 1939 |
Sorprende
la fortaleza y el buen humor de aquellos primeros seguidores de san Josemaría,
su capacidad de pasar por encima de las dificultades de todo tipo –que las
hubo- y que esconde una profunda fe y la convicción de estar trabajando con un
encargo divino en servicio de la Iglesia y del mundo.
A la
vez, quedaba de manifiesto que lo importante en el Opus Dei no es disponer de
instrumentos materiales, sino que cada uno interiorizase el mensaje y se
propusiera seriamente imitar y seguir de cerca a Jesucristo en su vida
ordinaria.
El 5
de octubre de 1939 el periódico Levante se hacía eco de la primera edición de
Camino, la obra más conocida de san Josemaría, que acababa de imprimirse en la
ciudad del Turia, y tuvo un impacto inusitado entre los jóvenes.
Es
notable el esfuerzo de reconstrucción pormenorizada de los hechos y de su contextualización
que ofrece Onésimo Díaz en este libro. El trabajo puede considerarse en continuidad
con los escritos por José Luis González Gullón sobre los años anteriores del Opus
Dei: DYA, la primera obra corporativa del Opus Dei, y Escondidos, que narra la
aventura de supervivencia del fundador y los primeros fieles de la Obra en la
zona republicana durante la guerra civil.