Sé
lo que estás pensando. John
Verdon. Ed. Roca
Una
novela policíaca que engancha, primera de la serie iniciada por Verdon con
David Gurney como protagonista. A esta siguieron otras, la última El ángel
negro, publicada en noviembre de 2020.
Un
detective jubilado atiende la petición de ayuda de un antiguo compañero de
estudios que está recibiendo unas misteriosas cartas amenazadoras. La pasión
por su trabajo de detective le lleva a aceptar ayudarle.
Bien
descritas las conductas psicológicas de los diversos personajes, especialmente
las relaciones del policía con Madeleine, su esposa, y sus hijos, a los que no
siempre ha sabido prestar la atención que hubiera sido necesaria. Madeleine es
una mujer fuerte, en la que el policía encuentra apoyo para su vulnerabilidad.
Y es una mujer inteligente, honesta e intuitiva, cualidades que la acaban
convirtiendo en coprotagonista de la narración.
Como
el propio Verdon ha explicado, en sus libros afronta cuestiones como la
empatía, la culpa, la responsabilidad de los padres, o el daño que producen en
las personas las “narrativas falsas”, es decir, el mentir con objeto de “tener
más”, que acaba convirtiéndose en un terrible “ser menos”.
Verdon,
que antes de jubilarse se había dedicado a la escritura publicitaria, comenzó a
interarse por la novela policíaca gracias a su afición a las obras de Conan
Doyle y otros clásicos de la novela negra y de misterio.
Las
historias de detectives, ha declarado, son su género favorito porque tienen una
orientación esencialmente moral: “no solo porque el bueno gana, sino porque la
estructura de la forma tiende a valorar la objetividad por encima de la
conveniencia, y la verdad por encima de la ganancia personal.”
Describe
a su personaje como “un detective cuyo apego a lo que es bueno crea toda la
emoción, todas las recompensas y la mayoría de los problemas de su vida. David
Gurney es un genio cuando se trata de lidiar con maníacos y asesinos, pero no
tan bueno cuando se trata de lidiar con su esposa e hijo. Es un policía fantástico
con una trágica sensación de su propia ineptitud como ser humano. Creo que este
tipo de personaje central ayuda a que la historia se convierta en muchas cosas
para muchas personas.”
Pienso
que ese contraste, efectivamente, convierte a la novela en algo más que un buen
entretenimiento. Tiene la facultad de despertar emociones y deseos de mejora en
nuestras relaciones con los demás.