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miércoles, 28 de agosto de 2019

Liderazgo amable


El liderazgo amable. Tertulia con Patricia Ramírez



Recientemente hemos tenido un nuevo encuentro de periodistas y comunicadores en la sede de la oficina de comunicación del Opus Dei en Valencia. Esta vez la invitada era la conocida psicóloga Patricia Ramírez, especializada en medicina deportiva y una gran divulgadora de la psicología cotidiana, que es la ciencia que entrena para el gran deporte de la vida.

“Estamos hechos biológicamente para cuidar de los demás, para ser amables. Hay que declarar la guerra al individualismo, porque se vuelve contra uno mismo. Y ese individualismo nos lo inoculan desde la infancia en el sistema educativo.”

Para tan contundente afirmación Patricia aporta años de investigación clínica, en miles de pacientes. Y su experiencia como psicóloga de equipos deportivos, como el Betis. Lo que determina la calidad de un equipo es justo eso: que hay equipo, en el que reina el espíritu de colaboración y la expresa renuncia a egos y vedetismos particulares.


                         


El secreto es pensar en los demás. “Si aprendemos a poner el foco en los demás no sólo seremos más felices, sino que además mantendremos unida a la familia, o al equipo, o a todo un pueblo. El individualismo nos aísla, y en cambio el hábito de pensar en los demás cohesiona al conjunto social.”

Patricia, que colabora en numerosos programas de radio y televisión, acaba de embarcarse –con Perico Herraiz, de la ONG Cooperación Internacional- en un nuevo proyecto para conocer y difundir las claves de ese silencioso liderazgo que  la gente buena ejerce a su alrededor: El liderazgo silencioso de la gente de bien.  

                                 

“Hay personas que, sin imponerse, te hacer sentir que están ahí para que seas mejor persona, que ponen al servicio de los demás su capacidad de liderar, sin buscar a toda costa el provecho propio.”

El respeto que despierta ese líder se debe a todo un conjunto de valores. El primero, que su conducta es ejemplar, y por eso atractiva. Su sincero desinterés inspira confianza. El líder respeta a cada persona.  Conoce a cada uno de los que dependen de él, y por eso sabe adaptarse al modo de ser de cada cual. No es autoritario, no grita. Da argumentos, y los comunica de manera amable, sin humillar, y menos en público. No pierde los nervios ante los errores. Sabe convivir con las deficiencias propias y ajenas. No se considera imprescindible, delega, ofrece con sencillez todo sus conocimientos. Y exige, marca objetivos desafiantes transmitiendo confianza en que puedes alcanzarlos.

                           


Patricia es conocida por su afición a los pósits, que le permiten condensar en frases breves, como en un ejercicio de meditación, ideas prácticas para la mejora personal. Más de cien mil seguidores en Instagram y Twitter avalan la calidad de esas píldoras diarias que ayudan a pensar en lo correcto.

Las redes te dan visibilidad, pero no te dan de comer”. Instagram es su favorita, porque es más amable que twitter. “Los seguidores llegan cuando compartes cosas que realmente pueden servir a los demás.” Y es muy grato lograr generar una comunidad de seguidores amable y amigable, en la que se escucha aunque se disienta. Ahí tenemos un reto: hay que lograr que las redes sirvan para generar amistad social. Los que lanzan odios o insultan hacen daño a la convivencia, son tóxicos, mejor ignorarlos.




Esa visibilidad provoca que su gabinete de consulta psicológica no de abasto. Acuden a Patri equipos deportivos, atletas afamados,  personas deprimidas a consecuencia de una jubilación anticipada (“no nos damos cuenta de las profundas heridas que está causando ese “véte, ya no nos sirves”). Patri ayuda a superar los retos de la vida, a desarrollar capacidades que a menudo nos pasan ocultas, a desterrar hábitos nocivos o adquirir costumbres sanas que cuidan y potencian las neuronas de nuestro cerebro.

                             



Entre los consejos que suele recomendar está la meditación, porque vivimos en una época alocada y los seres humanos estamos dotados de inteligencia y cerebro para que podamos reflexionar, lo que en cristiano se llama también oración personal, que es muy sana.  Y por supuesto también el deporte al aire libre, la calidad del sueño, fomentar la curiosidad y el diálogo con personas distintas, salir de cómodos encierros en busca de la amistad y la solidaridad…

Cosas tan sencillas como hacer los cálculos de la compra de memoria, aprender cada día alguna palabra nueva de algún idioma, o usar la mano contraria a la habitual (para comer, abrocharse un botón, abrir una puerta…) dinamizan la actividad cerebral, nos mantienen ágiles y alejan el peligro de enfermedades como el Alzeimer.

                             

Es vital el deseo de seguir aprendiendo toda la vida, de seguir trabajando, con una actitud positiva ante el futuro que nos condiciona más que la edad. Hay jóvenes en edad que son ancianos por dentro, y transmiten desánimo y tristeza. Y personas de ochenta y noventa años con espíritu joven por su actitud positiva ante la vida, con las que convivir es una experiencia alegre y encantadora. Como lo fue esta deliciosa tertulia periodística con Patricia @patri_psicologa



martes, 25 de septiembre de 2018

Memorias de Vernon Walters



Misiones discretas. Vernon A. Walters. Ed. Planeta




Vernon A. Walters es un ejemplo de cómo el dominio de los idiomas abre puertas en la vida. Sin estudios universitarios, pero con una buena educación adquirida en un colegio católico, su niñez transcurrió entre Estados Unidos, Inglaterra  y Francia, acompañando a sus padres, por lo que desde muy temprano hablaba con fluidez varias lenguas. Llegó a dominar ocho idiomas.

Recién alistado en el ejército, su habilidad como traductor le valió ser llamado al servicio del Estado Mayor del general Clark, que comandaba el desembarco aliado en el norte de África. La cercanía a mandos militares fue para él una escuela de las virtudes del mando y el sentido de la disciplina, imprescindibles en la vida militar, pero necesarios también en la sociedad civil. Hoy son cualidades que relacionamos sobre todo con el liderazgo empresarial.

Vernon Walters comenzó la guerra como traductor de prisioneros y enlace entre fuerzas aliadas, y llegó a ser intérprete de cinco presidentes de los Estados Unidos. Asistió en primera fila a los hechos más sobresalientes de la guerra fría, a veces como protagonista.  Alcanzó el grado de teniente general, y fue subdirector de la CIA y embajador de su país en Alemania.





Cuando ya mayor le preguntaban por qué seguía en activo, daba esta razón: “Tengo la íntima convicción de que mi país es la única garantía que tiene la libertad para perdurar en el mundo.”  Era consciente de la dura lucha que se estaba desarrollando entre diferentes conceptos de la vida y de la dignidad humana, y que el objetivo era cambiar la mentalidad de la sociedad occidental para que abandonara los valores cristianos. "No podemos perder esta lucha por culpa de nuestra inacción o por un excesivo sentido de culpabilidad nacido de nuestras deficiencias."

Es significativa su referencia al encuentro que mantuvieron el almirante Carrero Blanco y el presidente Nixon: "Carrero Blanco dijo a Nixon que los comunistas procuraban debilitar la voluntad y decisión de defensa de Occidente, utilizando a este fin las libertades democráticas. El Che Guevara había dicho con toda claridad: "Hay que dar mala conciencia a los burgueses." Los comunistas seguían un plan deliberado de socavar todos los valores del mundo cristiano, cubriéndolos de ridículo, antes que atacarlos directamente. Con la explotación de los estupefacientes y de la pornografía, reforzaban su ataque a la sociedad burguesa."

 El libro es ameno y aleccionador. He subrayado algunas ideas relacionadas con el liderazgo que Walters parece querer subrayar,  fruto de experiencias –no siempre positivas- vividas en primera persona.

1)   La primera es evidente: los idiomas abren puertas, profesional y humanamente. Sin idiomas su vida hubiera sido muy distinta, y casi con seguridad más alicorta.

2)   Dar cuenta una vez cumplida la misión. Siendo ayudante del general Clark, éste le encargó que hiciera llegar una carta de un niño a un guerrillero aliado. Después de muchas gestiones, consiguió entregarla a un equipo que iba a lanzar víveres en paracaídas a los guerrilleros, y le aseguraron que incluirían la carta. Y se quedó ya tranquilo con esa promesa. Al cabo de un tiempo, el general le preguntó si ya se había entregado aquella carta, y como no pudo asegurarlo (“Dije que se hiciera”, le contestó) el general dijo: “O sea, no lo sabe. Cuando le digo que quiero que se haga algo, encárguese de que se haga. Compruebe que se ha hecho. Y cuando esté convencido de que realmente se ha hecho, vuelva a comprobar, para ver si se ha hecho bien, y a continuación, me comunica que se ha hecho.”

3)   Estar con los subordinados en los momentos duros, sin justificar la ausencia por el grado.

4)   En los momentos difíciles es una falta de dotes de mando no dirigir unas palabras de ánimo a los subordinados deseando buena suerte, y limitarse a presenciar en silencio su partida hacia el trance.

5)   No decir nunca que no al superior, aunque ampare cierto derecho y lo pida por favor.

6)   No pedir medios al superior para alcanzar el objetivo que manda: hacer uso de la iniciativa e ingeniarse los medios.

7)   Es una mezquindad no facilitar trámites de alojamiento o transporte al viajero que está de paso.

8) Walters resalta la importancia de la virtud humana de la valentía. Para los tormentosos años que esperan a nuestro país -escribe- "necesitaremos sobre todo valor; no sólo valor físico, sino verdadero valor. El verdadero valor navega contracorriente. Comienza en el momento en que todos los demás han claudicado o han dejado de luchar. Jamás consiste en dejarse arrastrar por la corriente de lo que hacen los demás. El verdadero valor es, a menudo, solitario. Rezo para que en nuestra singladura nos acompañe la Fe que ilumina el camino, ya que oscura es la senda de la nación que avanza sin Fe; el Entusiasmo que nos ha hecho grandes y que será causa de que seamos la fuerza del bien en el mundo; y por fin, el Valor, que es la más grande de las virtudes humanas, por cuanto garantiza las otras."