La casa del páramo. Elisabeth
Gaskell. Ed Alba
Amable cuento de Navidad, que transcurre en la
Inglaterra del siglo XIX. Maggie es una adolescente que vive humildemente en
una casita alejada del pueblo con su madre, viuda del vicario anglicano, y un
hermano.
Maggie es admirablemente buena, sacrificada,
generosa y humilde. Pero nadie se lo agradece, ni siquiera su madre, que tiene
todas sus preferencias en Edward, el hermano.
Edward acabará siendo un aprendiz de abogado
pretencioso y engañador, que de hecho estafa al señor Buxton, protector de la
familia.
Maggie ha de sufrir mucho por esa razón, poniendo en
juego incluso un futuro prometedor con Frank, hijo del señor Buxton,
perdidamente enamorado de Maggie.
Se lee con agrado. La autora logra un cuadro
agradable, en el que resaltan los valores de la virtud y las sombras del vicio. Junto a relatos de ficción, Elisabeth Gaskell es autora también de la primera biografía de Charlotte Bronté.
Elisabeth Gaskell (1810-1865) |
Apunto algunas ideas sugerentes que rezuman del texto.
Descansar
en el cumplimiento del deber
“Los deberes atendidos son un placer para la memoria”: Nos evitamos muchos desasosiegos e inquietudes cuando hacemos lo que tenemos que hacer, en el plazo indicado.
Murmuración
Maggie no sabía lo extendida que está la costumbre de criticar a las personas que se ha visitado instantes antes.
El
heroísmo de hacer el bien sin ruido
La señora Buxton hablaba a Maggie –que corría el peligro de vivir fuera de la realidad, debido a su costumbre de esperar algún acto heroico- de otros ideales femeninos: le hablaba de aquellos cuyos nombres jamás se enaltecen… y pasan la vida sin hacer ruido, con el corazón lleno de los más nobles propósitos, por los que renuncian al placer y a la comodidad…
Sentido
del dolor
El dolor tiene una benéfica finalidad: “(Frank)…pensó
en el dolor y en el mejor modo de sobrellevarlo. Decidió que Dios lo enviaba
con algún sagrado propósito,
persiguiendo un bien mayor; y que, si uno aceptaba Su voluntad, dejaría de
resistirse encarnizadamente a él.
Y, dado que el dolor tiene tal finalidad benéfica, no deberíamos esquivarlo ni burlarlo, ni dejarlo a un lado ni buscar distracción en las cosas mundanas para impedir que lleve a cabo su función.
Belleza
y contemplación
La belleza que transmite la contemplación de cosas bellas: detenerse a contemplar un rumoroso manantial dibuja en el rostro la belleza de su vista y su sonido:
“Y ella pondrá el oído
En mil rincones secretos
Donde el arroyo danza su redondel travieso,
Y la belleza que nace del rumoroso arrullo
Se dibujará en su rostro.”
Dificultades
En las dificultades que surgen ante una voluntad
decidida “hay un designio sagrado”: Dios se vale de esas dificultades para
enseñarnos lo que nos falta: sumisión, paciencia, fortaleza… lo que nos
convenga a cada uno.
“Los necios entran corriendo donde los ángeles temen aventurarse”: por muy buenos que seamos, y de voluntad decidida, la prudencia nos lleva a calibrar que no todo se resolverá fácilmente, que surgirán dificultades que deberemos superar.
Dar
confianza
“¿Quién es capaz de obrar bien si el mundo ha
perdido su fe en él?”: Las personas necesitan ver junto a ellas alguien que
confía en su capacidad para el bien: nadie es tan malvado que no tenga derecho
a esa confianza. Si ven confianza, pueden obrar mejor.