Los cerezos en flor. Relatos sobre la expansión del Opus Dei en Japón.
José Miguel Cejas. Ed Rialp 2013
El encuentro con Dios es siempre personalísimo. Quizá por eso José Miguel
Cejas ha escogido como formato de este magnífico libro la narración de una
larga serie de historias personales, contadas en primera persona
por sus protagonistas. Tienen en común el impacto del cristianismo en
las vidas de hombres y mujeres de una singular nación: el Japón. Un impacto transformador
de la existencia, que tantas veces culmina con el encuentro con Jesucristo, y
tantas otras con una mayor cercanía y simpatía hacia su Persona.
La historia particular de cada personaje y de sus antepasados nos permite
conocer muchos detalles de la historia y la cultura japonesa. El origen del
pensamiento sintoísta, la influencia budista… Asistimos a la primera
evangelización en el siglo XVI, interrumpida cruelmente por largos siglos de
persecución y martirio. La sorprendente historia de los católicos
ocultos, los Kirishitani, que en 1865 se presentaron inesperadamente en la
pequeña iglesia del sacerdote francés Petitjean, de las Missions Etrangères de
Paris: “Nuestro corazón es el mismo que el tuyo” le dijeron, cuando le vieron
arrodillarse ante el Santísimo. Habían permanecido heroicamente fieles a
su fe durante más de tres siglos de clandestinidad.
Asistimos también a la historia del comienzo y desarrollo de la labor apostólica del Opus Dei. Un periodista, una traductora, una profesora de idiomas, la ejecutiva de una productora de televisión especializada en programas educativos… Son las primeras personas del Opus Dei que llegan a roturar el terreno. Llegan a Japón con un impulso común: disponibilidad para llevar a Jesucristo a quienes no le conocen, a quienes ni siquiera han oído hablar de Él.
Y se encuentran con un pueblo que sabe apreciar la belleza de las cosas
corrientes: el agua que brota de un apacible manantial, la luna llena, el puchero
en el centro del hogar familiar, las hojas de arce arrastradas en otoño por el
viento… Un pueblo que intuye que en la belleza de esas cosas corrientes se
esconden brillos de algo sobrenatural, de un Dios al que en su mayoría aún no
conocen. Y pueden sentirse identificados con el mensaje del Opus Dei, que
enseña la importancia de las cosas pequeñas de la vida corriente, del trabajo
bien hecho, con sentido profesional y afán de servicio a los demás, por amor a
Dios.
El trato personal y la amistad de aquellos primeros con sus colegas de
trabajo les permite ir disipando prejuicios hacia el catolicismo entre los
japoneses, quienes en su inmensa mayoría todavía no conocen o miran con recelo
la religión católica.
Asistimos con emoción contenida a la acción de Dios en las almas, en cada
alma. Una historia siempre diferente. El Espíritu atrae a cada uno
valiéndose de medios insospechados. Puede ser la cariñosa expresión de un
amigo, impaciente por nuestra indecisión: “¡pero qué tonto!”. Y
sorprendentemente el alma se arranca.
O puede valerse de la conmoción ante una imagen de Cristo crucificado,
incomprensible para un japonés. O de la admiración ante la alegre laboriosidad
de un compañero de trabajo.
Dios se sirve también a veces de escenas corrientes de la vida cotidiana,
que de pronto inexplicablemente iluminan el alma. Es el caso
conmovedor del artista y escultor Esuro Esooto. A él se debe el llamado
“fenómeno japonés” de Barcelona: miles de japoneses acuden para visitar
el templo de la Sagrada Familia, atraídos por el trabajo que allí
realiza su famoso compatriota, y reciben quizá por primera vez una explicacióndel cristianismo a través de las majestuosas esculturas del templo.
Pero roturar el terreno es también ir cambiando conductas arraigadas en la
tradición japonesa, que no cuadran con las prioridades propias del
cristianismo: primero Dios, después la familia, y en tercer lugar el trabajo.
En Japón se vive para trabajar. Hay que vencer muchas resistencias para dar a
Dios y a la familia el lugar que merecen. Y vemos, como en el caso de la
primera vocación al Opus Dei, Soichiro Nita, que Dios premia el esfuerzo, y el
ejemplo va cundiendo poco a poco.
Deslumbra la belleza interior de tantas personas corrientes, manifestada
con una sencillez encantadora. Interpelan al lector. Y le llenan de
esperanza ante su particular historia de relación con Dios.
Porque a todos, si no nos ha pasado ya, nos puede pasar lo que cuenta Soichiro
Nita, hoy Vicario de la Prelatura en Japón. Un día entiende su canción
favorita con un sentido nuevo:
“How thethought of you does things to me / Never before has someone beenmore?” (Nat King Cole)
"¿Cómo es que el hecho de pensar en Tí, nunca antes había significado tanto?"
Este libro se disfruta y deja poso desde la primera
página.
Grupo de mujeres japonesas en la plaza de San Pedro de Roma, el 6 de octubre de 2002, día de la canonización del fundador del Opus Dei |