La ciudadela. A.J. Cronin
Esta novela cuenta la historia de Andrés Manson,
médico, y de su azarosa carrera profesional, que comienza llena de ideales,
abnegación y pobreza. El sentido moral y las
cualidades humanas del joven doctor le inclinan a criticar duramente las costumbres viciadas
de sus colegas, en las que domina la falta de actualización científica y el
afán de lucro, por encima incluso de la salud de sus pacientes.
El libro es un duro alegato contra las costumbres
viciadas de la profesión médica en la Inglaterra de principios de siglo XX. Tan
extendido está el vicio, y tan degradada la profesión, que el mismo Andrés acaba
sucumbiendo, dejándose arrastrar por los cantos de sirena del dinero fácil y el
ascenso rápido hacia los círculos restringidos de la alta sociedad. El
protagonista cae lastimosamente en lo mismo que en sus primeros años criticaba.
La muerte absurda de uno de sus pacientes sobre la
mesa de operaciones de un ignorante y pretencioso cirujano, recomendado por él
mismo, es el detonante que le hace ver cuán bajo había caído. Dispuesto a
reanudar su trayectoria según los principios éticos que nunca debió abandonar,
rompe con todo lo logrado, con gran alegría de Cristina, su mujer.
Pero la Providencia le depara aún duros golpes: la
muerte en accidente de Cristina, justo ahora que se habían reconciliado; y un
juicio del Colegio de Médicos, que pretende arrojarle de la profesión por las
envidias y desplantes suscitados por su repentino cambio. La honestidad no es
soportada por los viciosos, pues les deja en evidencia.
En los momentos más duros, los protagonistas (Andrés
y Cristina) son conscientes de su insuficiencia para afrontar los problemas y tomar
decisiones éticas firmes. Y rezan. Acuden a Dios en petición de ayuda, que es
lo normal en todo ser humano, aunque tanto cueste reflejarlo a ciertos autores.
El libro es un clásico de la literatura. Fue publicado
por primera vez en 1937, después de que Cronin, médico militar, ejerciera
también como inspector médico de minas y viese necesario denunciar las lacras
del deficiente sistema de salud británico. La novela fue un revulsivo, y logró
su propósito de influir en la creación de un mejor sistema sanitario.
El contraste de vicios y virtudes que refleja tiene
plena validez en los momentos actuales, y puede orientar los planteamientos
vitales de quienes ejercen la profesión médica y sanitaria en general. Una profesión neurálgica para la
sociedad, como hemos comprobado estos días con la reciente pandemia, y que
merece todo el reconocimiento. Pero que corre peligro de deshumanizarse cuando entre
sus profesionales priman intereses distintos a los de cuidar y sanar a las
personas: a cada persona, dotada de plena dignidad desde la fecundación en el
seno de su madre hasta la muerte natural.
El médico que no tenga ese sentido de la profesión
ha equivocado su carrera.
Un buen
complemento de este libro es Cuerpos y almas, de Maxence van der Meersch.
Archibald Joseph Cronin |