Grandes interpretaciones de la historia. Luis Suárez Fernández. Ed. Eunsa.
El
historiador Luis Suárez nos ofrece en esta obra un análisis profundo acerca de
la percepción histórica y la forma de interpretar los hechos pasados en las
diversas culturas de la humanidad, desde la antigüedad hasta nuestros días.
Si la primera
concepción de la historia se encuentra en los poemas de Homero, La Odisea y La
Ilíada, probablemente debemos a san Agustín una de las primeras intuiciones acerca
del sentido de la historia y del tiempo, al percibir la tensión que provoca en el
espíritu del hombre la memoria del pasado, la vivencia del presente y la
expectación del futuro.
El historiador
holandés Johan Huizinga considera que la historia es la forma en que una
cultura se rinde cuentas de su pasado. Y que la tarea del historiador consiste
no tanto en el estudio objetivo del pasado, como en el conocimiento del
presente a través del pasado. En la medida en que este presente cambia, cambian
también las preguntas que el hombre formula a su pasado.
Por eso, señala
Luis Suárez, casi cada generación necesita rehacer su historia, pues las
respuestas dadas por las generaciones que la precedieron ya no satisfacen a los
nuevos interrogantes que se plantean. El historiador selecciona, de todos los
hechos acontecidos, cierto tipo de hechos, a los que llama “históricos”, que
son los que han promovido consecuencias que se reflejan en el conjunto
evolutivo de la Humanidad.
Además, del
conjunto de los “hechos históricos”, elige solamente los que se relacionan
específicamente con su trabajo. Y orienta las investigaciones en el sentido que
marcan las tendencias de su propio tiempo: el historiador se sitúa
subjetivamente (es necesario) en su propio tiempo.
La
historia trata de entrelazar presente y pasado para someterlos a un orden
lógico unitario, explicando el presente por el pasado y el pasado por el
presente. Sirve para el autoconocimiento del hombre; sin ella, faltaría en la
conciencia científica una dimensión humana esencial: la del tiempo.
La
historia universal es el ámbito en que se mueven las varias culturas,
contemporáneas y progresivas; su movimiento constituye sin embargo un proceso
único en el sentido de que por medio de él van alcanzando los hombres su
libertad –entendida no en el aspecto político, sino en el científico de dominio
cada vez más perfecto de la Naturaleza- al mismo tiempo que su unidad.
En las décadas
recientes estamos asistiendo al fenómeno de que los hechos históricos se
producen a escala mundial; es decir, el hecho histórico está empezando a ser
universal. El universalismo es término de llegada más que puro planteamiento
científico.
Luis
Suárez señala dos modos de entender la historia:
a) lineal ascensional: la humanidad
tiene objetivos exteriores a ella que alcanzar; es común a:
-providencialismo
agustiniano: Dios, supremo motor de la historia, conduce a la humanidad hacia
el Reino que no es de este mundo (porque donde Dios quiere reinar es en los
corazones…)
-marxismo:
suprime a Dios y su providencia, considerando la meta como un Reino de plenitud
humana instalado en el futuro;
-positivismo:
sustituye providencia por progreso, situado fuera de la mente humana; los
hombres se dirigen al futuro iluminados por el brillo fulgurante del saber.
b) cíclica: formulada por primera vez
por Polibio al constatar el sucederse de regímenes políticos: se cumple en cada
cultura; resulta compatible con la concepción lineal de progreso cuando se
relacionan unas culturas con otras, ya que ninguna parte de cero, sino de
cierto grado de evolución colectiva que sirve de plataforma. En época reciente,
coinciden en esta interpretación cíclica las formulaciones de Hegel, Splenger y
Toynbee.
Al analizar con
detenimiento cada una de esas interpretaciones, Suárez nos ofrece también un
ámbito para la reflexión -y revisión quizá- sobre los contenidos esenciales de
nuestra particular percepción histórica. ¿Los hemos adquirido de fuentes
fiables? ¿O albergamos prejuicios sobre hechos, personajes o culturas? Es
notorio el interés de ámbitos de poder, a escala local y global, por ofrecernos
visiones sesgadas de la historia, sin otra razón que favorecer sus intereses de
dominio económico o político.
Es saludable caer
en la cuenta de que la historia se interpreta desde el presente, y que por eso
mismo está expuesta no sólo a puntos de vista cambiantes, sino también a
falseamientos y manipulaciones de quienes pretenden alcanzar un control
ideológico del pueblo. Un ciudadano responsable debe estar atento a quién y
cómo formula esas “nuevas interpretaciones”, para no caer víctima del engaño.
El profesor y académico Luis Suárez ha realizado un excelente trabajo científico como historiador, y lo demuestra en cada uno de sus numerosos ensayos, muy recomendables todos ellos: Historia de España Antigua y Medieval, La política internacional de Isabel la Católica, Los Reyes Católicos: el camino hacia Europa, Franco y la Iglesia, etc.
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